Acabada la pretemporada y antes de comenzar la competición oficial toca hacer un somero balance de lo que ha dado de sí la preparación de los 18 jugadores hispanos que han formado parte de la NBA en octubre. Algunos, recién llegados a sus nuevos equipos, se han adaptado con rapidez.
Es el caso de Trevor Ariza (Houston Rockets), Charlie Villanueva (Detroit Pistons) y Carlos Delfino y Carlos Arroyo (que regresan a la NBA de la mano de Milwaukee y Miami).
Ariza ha llegado a los Rockets procedente de los Lakers, y lo ha hecho con el anillo de campeón, pero su adaptación no ha sido fácil. Lo mejor que se puede decir es que ha ido de menos a más, pues tras un comienzo titubeante con verdadero desatino en el tiro ha llegado a un final de octubre en franca progresión y con el punto de mira bien mejorado. Sus números hablan por sí solos: 10,9 puntos, 3,8 rebotes, 2,4 asistencias y 1,4 robos en 26,5 minutos de juego. Y un 40,7% en el triple.
La situación de Charlie Villanueva en Detroit ha sido distinta. Problemas físicos le impidieron ejercitarse en un buen número de partidos, pero en los que jugó -solamente 3- demostró que puede ser pieza básica en estos nuevos Pistons. Su final de pretemporada ha sido notable y sus promedios destacables: 12,3 puntos y 5,7 rebotes en 25,7 minutos, con un 44,4% en el triple y un 90 en el libre.
Los dos Carlos regresan
Carlos Delfino y Carlos Arroyo han regresado a la NBA. El primero al fichar por Milwaukee Bucks y el segundo al hacerlo por Miami Heat. Ninguno de los dos ha tenido problemas para reintegrarse al estilo de juego de Estados Unidos.
Delfino ha realizado la preparación completa con los Bucks y en algunos partidos ha brillado bastante. En los 8 que disputó se fue a 9 puntos, 3,5 rebotes y 1,4 robos con un 39,5% en el tiro de 3. Su promedio en la pista fueron 23,6 minutos.
Más difícil, a priori, lo tenía Arroyo. El base boricua se incorporó a Miami en plena pretemporada, cuando el resto de compañeros ya llevaba tiempo entrenando, pero ese retraso no le hizo mella. Jugó los últimos 4 encuentros de los Heat y logró unas medias respetables dadas sus circunstancias (5 puntos y 3,8 asistencias en 21,8 minutos).
Otros que cambiaron de aires
Otros dos jugadores que cambiaron de aires fueron el argentino Fabricio Oberto (de San Antonio a Washington) y el español Sergio Rodriguez (de Portland a Sacramento).
El pívot cordobés jugó más de lo esperado y aportó lo suyo, si bien ha perdido definitivamente la causa del ataque, pues cada vez encara menos el aro. Jugó 8 partidos, y en algunos llegó a ser titular, y se quedó en 2 puntos, 2,5 rebotes y 1 robo en 17,1 minutos, con un 53,4% en el tiro de campo.
Mientras, el base canario de los Kings se vistió de corto 6 veces pero sólo destapó el tarro de las esencias en una ocasión, cuando tuvo minutos suficientes para demostrar su visión de juego. Sin embargo, la pretemporada arroja cierta luz, ya se verá que pasa, en el puesto de base, ya que se perfila como titular el novato Tyreke Evans. La lucha por el segundo puesto correrá a cargo de Sergio Rodríguez y Beno Udrih. El jugador español aportó, en 14,7 minutos, 3,5 puntos y 3,7 asistencias y sus porcentajes dejaron mucho que desear.
Jugadores consolidados
Jugadores hispanos que demostraron estar plenamente consolidados en la NBA fueron José Manuel Calderón, Andrés Nocioni y Al Horford, a los que habría que añadir a Marc Gasol y José Juan Barea.
Calderón fue de menos a más y terminó muy bien (8,4 puntos y 3,9 asistencias en 23,8 minutos), Nocioni demostró que va a ser un magnífico sexto hombre en los Kings (8,6 puntos en 19 minutos con un 41,7% en el triple) y Horford da la sensación de que va a mejorar sus prestaciones ofensivas (9,9 puntos, 6,3 rebotes y 1,1 tapón en 22,6 minutos con un 51,7% en el tiro de campo).
En cuanto a Marc Gasol, ha demostrado una enorme consistencia en un equipo de muy difícil lectura como es Memphis. Su aportación al equipo en pretemporada ha sido notable: 8,1 puntos, 6,5 rebotes y 1,1 tapón en 21,4 minutos).
Otro aspecto destacable es el crecimiento de José Juan Barea en la pizarra de los Mavericks. El base puertorriqueño ha sido uno de los jugadores que más ha jugado en Dallas en la preparación y ha contribuido lo suyo, si bien ha andado bastante poco certero en el tiro. Sus números: 8,3 puntos y 4,3 asistencias en 29 minutos de juego.
Estrellas hispanas a medio gas
Son 4 de los mejores exponentes del baloncesto hispano a nivel mundial, pero su preparación no ha sido brillante por distintos motivos. Hablamos de los argentinos Manu Ginóbili y Luis Scola y de los españoles Pau Gasol y Rudy Fernández, todos ellos iconos del baloncesto FIBA.
Ginóbili ha utilizado la preparación para lo que realmente hay que hacerlo, para ponerse poco a poco a punto, algo que aún no ha logrado. Y es que venía de una prolongadísima ausencia por lesión y eso se ha notado. Jugó 5 encuentros y tiró a canasta bastante mal, terminando con 6,4 puntos y 3,2 pases de canasta en 19,4 minutos.
Muy distinto ha sido el signo de su compatriota Luis Scola, que apenas se ha dejado ver en la cancha por varios motivos: sus achaques físicos y el hecho de que Rick Adelman le considera un jugador interior consolidado y quería probar a otros jugadores ante la ausencia de Yao Ming. Por ello jugó poco, pero cuando lo hizo su rendimiento fue notabilísimo. A las pruebas nos remitimos: 4 partidos con una media de 14,8 minutos, pero 8 puntos y 6 rebotes por encuentro.
Los casos de Pau Gasol y Rudy Fernández han sido paralelos en cuanto a participación -jugaron 2 y 3 partidos- que no en cuanto a rendimiento.
Pau Gasol vino como un tiro del Eurobasket y en sus 2 participaciones rindió de forma sobresaliente (11,5 puntos, 5,5 rebotes y 3,5 asistencias en 20 minutos con un 62,5% de acierto en el tiro), pero sus problemas físicos le dejaron en el dique seco, siendo duda para el inicio del campeonato.
Rudy Fernández nunca estuvo en la preparación. Desde el principio los dolores de espalda no le dejaron rendir (2,7 puntos y 2 rebotes en 13,3 minutos).
Otro jugador que no tuvo tampoco una buena pretemporada fue el mexicano Eduardo Nájera, que sólo jugó 4 encuentros con 3,5 puntos y 2,8 rebotes en 15 minutos.
García y Beck, lo peor
Lo peor de este mes de octubre vino de la mano, nunca mejor dicho, de Francisco García y, en menor medida, de la presencia del mexicano Romel Beck.
El primero tuvo auténtica mala suerte cuando se fracturó la muñeca derecha al ejercitarse en el gimnasio con unas pesas. El balón de PVC sobre el que estaba explotó y todo el peso cayó sobre su mano. La desgracia se mide en meses. Dicen que estará 4 meses en el dique seco.
Mientras, Romel Beck representó la gran alegría al inicio de la pretemporada con su incorporación a las filas de Houston Rockets, pero su participación fue un visto y no visto. Se vistió 2 partidos, el primero le sirvió para estrenarse bien y el segundo para nada, pues sólo jugó 3 minutos. Tras tan corta experiencia, el equipo técnico de los Rockets decidió cortarle y su sueño NBA se truncó.