No se puede decir que la minigira de Maccabi Tel Aviv por Estados Unidos haya sido de lo más convencional. Visitaron las dos grandes mecas del país, Nueva York y Los Angeles, y, aunque su rendimiento fue más que digno, se habló más del equipo por cuestiones extradeportivas.
Si en el Madison Square Garden, el protagonista fue el reputado rabino Yitchak Dovid Grossman, que saltó a la cancha para intentar impedir la expulsión del entrenador israelí, en el Staples Center el protagonismo lo adquirieron los cacos, aunque las primeras investigaciones abogan por que fue un solo ladrón el que robó en el vestuario de Maccabi.
Porque eso es lo que ocurrió. Mientras los jugadores de Pini Gherson se fajaban en la glamourosa pista angelina con los Clippers, alguien se dedicó a desvalijar su vestuario. Y no se llevó un pequeño botín, ya que hizo caja: 15.000 dólares en efectivo y otros 7.000 en relojes y joyas, amén de otros objetos personales de valor menor.
Se enteraron en el descanso
Fue en el descanso del partido cuando los jugadores se percataron del robo, si bien saltaron a la pista con total normalidad para disputar los dos últimos cuartos y no denunciaron la situación a la policía hasta la conclusión del choque, que perdieron con un resultado más que digno (108-96).
La policía está analizando las cámaras de seguridad de la zona de vestuarios para dar con la persona o personas que perpetraron el robo. En estos momentos, la hipótesis que se baraja es que el autor haya sido un hombre cuya edad se situaría en torno a los 40 años.
Lo que está claro es que uno no puede estar tranquilo ni cuando juega en el Staples Center. Y es que una vez más el país que más dinero mueve en materia de seguridad se demuestra como un lugar de lo más inseguro.