A estas alturas, nadie duda de que el dueño de los Dallas Mavericks, Mark Cuban, necesita estar cada dos por tres en algún tipo de polémica para poder sentirse a gusto. Su último intento de agitación ha sido declararse a favor del uso de esteroides.
No sabemos si conseguirá que en esta ocasión sus palabras alcancen eco suficiente para ponerle de nuevo en el ojo del huracán o simplemente se las llevará el viento.
“Me matarán por decir esto”, empezó su declaración Cuban consciente del revuelo que podrían traer, “pero no estoy en contra de los esteroides si son administrados bajo la supervisión apropiada de forma que no haya daños a largo plazo”.
Lo dijo en un discurso en la Universidad de Pittsburgh en el que también aseguró que existen multitud de prácticas médicas para ayudar a los deportistas que no son consideradas fraudulentas y que las drogas para mejorar el rendimiento no deberían ser tratadas de forma diferente.
Cuban sugirió que las ligas profesionales deberían establecer “estrictas reglas” de uso de los esteroides y otras drogas en las que su administración estuviera supervisada siempre por médicos autorizados.
El uso de los esteroides no sólo es considerado dopaje en el deporte, sino que está prohibido por la legislación americana que sólo permite su empleo por los médicos en casos muy determinados y bajo control de la Agencia Antidroga estadounidense, la tan cinematográfica DEA.
Su empleo continuado, como reconoció el propio Cuban en su charla, puede provocar graves daños en el hígado, desórdenes psiquiátricos y alteraciones del sistema hormonal tanto en hombres como en mujeres.