El alero mexicano Romel Beck ha firmado un contrato no garantizado con los Houston Rockets para incorporarse a la disciplina texana durante la pretemporada. Se trata de una inmejorable ocasión para intentar dar el salto a la NBA que siempre ha soñado.
No será fácil. Beck llega al equipo de Rick Adelman como la última pieza de la plantilla, y lo hace gracias a que los Rockets decidieron finalmente no fichar al base Rashad McCants debido a la lesión abdominal que éste padece.
La llegada del internacional mexicano ha sido una sorpresa. Más que por su calidad individual, que la tiene, esa sorpresa ha surgido por el dudoso historial que le precede, un historial que ha adquirido un tono espectacular durante el verano que acabamos de dejar atrás.
De lío en lío con la selección
Beck, un alero de 2,01 de altura nacido hace 27 años en el estado de Sonora, fue pieza básica para bien y para mal en la selección mexicana que este verano acudió, con escaso éxito, al Premundial de Puerto Rico.
Antes, el alero formado en la Universidad de Nevada-Las Vegas había brillado en la Liga de Verano de la NBA formando parte de los San Antonio Spurs.
Sin embargo, su papel con México estuvo marcado por dos momentos ciertamente desafortunados. El primero llegó con la fenomenal tángana que se organizó en el partido amistoso disputado entre México y Uruguay. Una de las peleas más multitudinarias vistas jamás en una cancha de baloncesto, y que se extendió a la grada. Beck jugó un papel capital en el vergonzoso espectáculo.
Luego llegó el Premundial de Puerto Rico, donde el jugador nacido en Magdalena de Kino completó una notable actuación a nivel individual. Lo malo fue eso, que se olvidó de sus compañeros dentro y fuera de la cancha, y no terminó el torneo.
El seleccionador acabó expulsándole de la selección en pleno campeonato por su falta de compromiso con el resto de compañeros. Su actitud polémica e indisciplinada le perdió.
La gran estrella mexicana, Eduardo Nájera, no tuvo pelos en la lengua cuando habló de indisciplina, egoísmo, mentalidad individualista y cierta propensión a lucirse en busca de un contrato. Casi todos pensaban como el gran capitán mexicano. “Ya se habían presentado algunas quejas previas contra él porque dividía mucho al equipo”, dijo Nájera.
Una gran oportunidad
A pesar de ese carácter indómito y escasamente reflexivo, los Rockets parecen darle ahora la que puede ser la oportunidad de su vida.
Al menos, podrá luchar a brazo partido para intentar lograr un puesto en uno de los mejores equipos de la NBA, una liga de la que lo más cerca que ha estado es cuando jugó en su Liga de Desarrollo y cuando este verano disputó la Liga de Verano con los Spurs.