Anoche, toda la familia Laker irradiaba felicidad, pero había 2 hombres que lo hacían de forma especial, eso sí, con dos estilos muy diferentes: Kobe Bryant y Phil Jackson. Mientras el primero saltaba como un poseso, el ‘Maestro Zen’ mantenía su habitual tranquilidad, pero su boca parecía haber quedado paralizada en una eterna sonrisa.
“Nunca había saltado tan alto en sus otros tres títulos”, comentaba Charles Barkley en NBA TV al ver a Bryant brincando de felicidad tras conseguir el triunfo. El escolta de los Lakers se pasó el último minuto de partido mordiéndose la camiseta para contener la alegría que le embargaba y no celebrar el triunfo, que ya estaba hecho, antes de tiempo y estalló de júbilo con la bocina final.
Nunca había saltado tanto porque tal vez nunca se había sentido tan decisivo en el triunfo o tal vez, porque la veteranía y 7 años de espera te hacen valorar mucho más lo difícil que resulta conseguir un anillo.
Su cuarto anillo y su primer MVP
Tras elevar el trofeo de campeones, Kobe recibía de manos de otra leyenda, Bill Russell, el de Jugador Más Valioso de la final con los gritos de fondo de los aficionados de los Lakers presentes en Orlando que coreaban su nombre. Lo ha merecido. Ha sido el mejor y, sobre todo, el Kobe más maduro y más líder que se ha visto nunca.
Sus 32,4 puntos de media y su 7,4 asistencias hablan bien a las claras de su importancia en este equipo y en esta final. Pero si el primer dato es espectacular, la cuarta mejor anotación en unas finales, es el segundo el que ha resultado decisivo. Y es que, en esta serie, hemos visto a un Bryant mucho más centrado en hacer participar a sus compañeros en el juego, una de las claves de la victoria, y que en muy contados momentos se ha dejado llevar por el impulso egoísta de otras ocasiones.
Así lo reconocía su técnico, que narraba cómo con 22 años, un joven Bryant convertido ya en estrella le dijo “estoy preparado para ser el capitán”, a lo que Jackson le respondió “pero nadie está preparado para seguirte”. “Ha aprendido a cómo ser un líder de forma que la gente quiera seguirle. Ha llegado a ser un hombre que da en vez de sólo pedir. Ha sido estupendo para él y estupendo de ver", aseguraba anoche un Jackson orgulloso de su chico.
“Sentí que me quitaba un peso de encima”, reconocía Bryant tras conseguir su cuarto anillo. “Sienta tan bien poder disfrutar de este momento. Intentábamos no imaginarlo mucho porque generaba demasiada ansiedad. Intentamos no pensar en ello, sólo pensar en jugar el partido para que este momento llegara y fuera un reflejo de toda la temporada y todo por lo que hemos pasado... es lo más grande”, afirmaba al final del encuentro la estrella de los Lakers mientras celebraba el triunfo sosteniendo en brazos a sus dos hijas.
Phil Jackson entra en la historia
Otro hombre radiante era Phil Jackson, que anoche conseguía su décimo título deshaciendo el empate a 9 que le mantenía unido con el mítico Red Auerbach. El ‘Maestro Zen’ no daba saltos, su físico ya no se lo permite, ni perdía su parsimonia habitual, pero no podía borrar de su cara la sonrisa bobalicona de quien se siente feliz. Y anoche no cabe duda de que Jackson lo estaba. “Me fumaré un puro esta noche en honor a Red”, decía Jackson sobre el podio de los vencedores con una gorra amarilla con una X (el 10 en números romanos) que celebraba su récord.
Su historial es impresionante. Ha ganado 10 de los últimos 19 títulos de la liga y perdido 2 finales más. Es el entrenador que más partidos ha ganado en playoffs de la historia y nunca ha dejado de estar en la fase final en sus 18 temporadas en el banquillo (9 en Chicago y otras tantas con los Lakers). Su récord en temporada regular, 1041 victorias por 435 derrotas, habla por si solo de la batuta maestra de este hombre nacido en Montana.
Todavía habrá quien a estas alturas diga que todo lo ha conseguido gracias a contar con grandes equipos liderados por jugadores de la calidad de Michael Jordan o Bryant, pero como reconocía ayer el técnico derrotado, Stan Van Gundy, esa explicación es insuficiente.
“Puede que escuches el comentario de ‘tiene grandes jugadores’”, comentaba sobre su rival un Van Gundy que no escondía su desolación por la derrota, “pero, en primer lugar, no sé de ningún equipo que haya ganado sin tenerlos”.
“Sí, ha tenido grandes jugadores, pero el tipo gana una y otra vez. Si tienes a Kobe y los demás y pierdes, vale, puede que podamos hablar de ello. Pero este tío no para de ganar. No puedes obviar eso. Diablos, miras su récord y es innegable.”, remataba Van Gundy en honor a un hombre que anoche se adentró un poco más en la leyenda.