La estrella de los Cavs y MVP de la liga, LeBron James, se ha sometido a una intervención quirúrgica en una clínica de Cleveland para extirparle un quiste benigno formado en una de sus glándulas salivares. El procedimiento médico no ha sido precisamente sencillo como demuestra el hecho de que los médicos hayan tardado 5 horas en llevarlo a cabo.
Aunque la dolencia no es grave, la ubicación, detrás del maxilar inferior, de la glándula salivar afectada, la parótida derecha, dificultaba la intervención, dado que el gran número de nervios y vasos sanguíneos que atraviesan sus cercanías obliga a los médicos a ir con cuidado y tomar muchas precauciones.
Según el comunicado emitido por los Cavaliers, los médicos están “satisfechos con el resultado del procedimiento y, de momento, confían en que no sea necesario ningún otro tratamiento y LeBron se recupere de forma total y completa”.
La presencia del quiste le fue detectada al jugador hace ya unos meses, pero James, con el visto bueno de los médicos dado el carácter benigno del mismo, optó por esperar a final de temporada para operarse.