“Algo tiene que cambiar ya”. Quien así se expresa es el base suplente de Portland Sergio Rodríguez, harto de que en 3 temporadas su posición en la rotación de Nate McMillan no haya mejorado. Su principal valedor en el equipo -el general manager, Kevin Pritchard- entiende la frustración del jugador.
En unas declaraciones efectuadas al diario Portland Tribune, Pritchard dice que “Sergio está deseoso de jugar. Quiere estar en la pista, competir. Lo entiendo complentamente. Miraremos nuestras opciones con él”.
Por ello, desde los despachos de los Blazers se va a analizar el mercado para ver si el internacional español tiene cabida en otro proyecto baloncestístico que muestre un mayor interés por la aportación de Rodríguez, que aunque jugó esta temporada 80 partidos en la fase regular, no tuvo una participación importante -apenas 15 minutos por noche-. Pero lo peor llegó en los playoffs, momento en el que su estancia en la pista se redujo drásticamente, lo que fue la gota que colmó el vaso de la paciencia de Sergio.
El jugador dice que no puede hacer más
Las manifestaciones del director de juego canario al periódico The Oregonian no tienen desperdicio. Se acabaron las medias tintas.
“En Portland no puedo hacer más, es imposible. Algo tiene que cambiar ya”, dice el jugador, que se explaya a gusto cuando se le pregunta por su situación: “Algo tiene que suceder. No puedo estar aquí para siempre en la misma situación. Llevo 3 años y estoy igual que en mi primera semana. Es la misma situación una y otra vez. No puedo estar así siempre. Esto no funciona”.
El deportista español asegura no estar enfadado, pero reconoce que sí se siente frustrado por como le han ido las cosas en la franquicia de Oregón, aunque no quiere culpar a nadie de lo sucedido.
De su entrenador, Nate McMillan, dice que es un buen técnico, que es duro y exigente y que con él a Portland le va bien, pero asegura resignado que es evidente que “simplemente no congeniamos” y añade que McMillan “no se siente cómodo conmigo”.
Según Rodríguez, ambos tienen visiones muy distintas del baloncesto y ninguno de los dos ha sido capaz de adaptarse a la visión del otro.
Y es que el propio McMillan reconoce al periódico de Portland que aunque Sergio tenga que mejorar en defensa y en el tiro exterior, muchas veces lo cambió no porque el jugador estuviera haciendo mal las cosas, sino porque la segunda unidad no estaba funcionando bajo su batuta, algo que no siempre fue culpa de Rodríguez, según explica el técnico.
Palabras de despedida
Rodríguez tiene tan claro que su etapa en Portland toca a su fin que en sus declaraciones tiene tiempo para despedirse de la afición y del club. Sus palabras dando las gracias a Portland por todo y sobre todo por darle la oportunidad de aterrizar en la NBA y su afirmación de que se llevará buenos recuerdos de lo que ha vivido estos años en el Rose Garden constituyen la más evidente de las despedidas.
Ahora sólo hay que esperar a posibles movimientos este verano, empezando por la noche del Draft, que es el 25 de junio. Porque como bien dice Sergio, “algo tiene que suceder”.