Luis Scola está viviendo unas horas felices. Su primer partido de playoff fue realmente convincente en ambos lados de la cancha: defendió con enorme acierto a LaMarcus Aldridge y anotó 19 puntos. Los elogios no se han hecho esperar.
Los medios de comunicación de Houston laten a favor del bonaerense, y el mejor ejemplo del reconocimiento a la labor de 'Luifa' es el artículo que el diario Houston Chronicle dedica al ala-pívot de los Rockets.
En ese artículo se alaba el trabajo defensivo de Luis, trabajo sobre el que se centra todo el texto.
LaMarcus Aldridge venía de hacer mucho daño a Houston en la temporada regular, ya que en los 3 enfrentamientos Portland-Houston había promediado 22,3 puntos. Pero esta vez la cosa pintó de otra manera y las consecuencias fueron calamitosas para el equipo de Rudy Fernández y Sergio Rodríguez, que perdió en el Rose Garden por un contundente 81-108.
Una marca implacable
La marca de Scola sobre Aldridge resultó implacable. Tanto lo fue, que dejó a la estrella de los Blazers en 3 de 12 en el tiro de campo.
Como bien explica el articulista del Houston Chronicle, Luis Scola estuvo inconmensurable en la retaguardia, cada vez que Aldridge amagó por la izquierda para irse por la derecha allí estaba Scola, que aguantó muy bien el uno contra uno en el poste bajo y defendió con mucho acierto el temible tiro en suspensión a la media vuelta de su pareja de baile. Cada movimiento iniciado por Aldridge, incluidos los cortes en busca de posiciones más favorables, fueron dificultados por la defensa del argentino, que llegó a provocar la confusión en la ofensiva del joven jugador de los Blazers.
El 4 de los Rockets tuvo ante sí 35 minutos de enorme exigencia, porque a esa intensidad defensiva la acompañó con 19 puntos a partir de un ataque certero (7 de 9 en el tiro de campo).
Fue Scola el complemento perfecto de un perfecto Yao Ming (9 de 9 en el tiro de 2). Lo fue sobre todo en la segunda parte, cuando la defensa local empezó a concentrarse sobre el jugador chino. Entonces, Scola abrió zonas del campo en la ofensiva, lo que le permitió tirar del equipo al encestar 15 puntos en la segunda mitad.
A vueltas con la defensa
Todos alaban, sin embargo, la marca defensiva de Luisito. Habla su entrenador, Rick Adelman: “Sabemos que Chuck (Hayes) ha hecho un buen trabajo otras veces, pero Luis trabajó realmente duro sobre (Aldridge), se lo puso difícil. Luis es realmente importante para nosotros. Cuanto más podamos mantenerle en la pista mejor para nosotros”.
Tampoco escatima elogios su compañero Chuck Hayes, que asegura que “Luis hizo un gran trabajo”. Hayes destaca el hecho de que Scola no permitiera a Aldridge recibir el balón en el poste y que cuando el balón acabó en las manos del atacante en esa posición tan delicada, Scola no diera espacio alguno a su par. “Cada vez que se dio media vuelta para lanzar, Luis estaba en su línea de tiro”, destaca Hayes.
La ambición de Scola
Mientras, Scola se guarda los elogios pero no se vanagloria. El argentino tiene los pies en el suelo y la experiencia es un grado, una experiencia que resultó capital para frenar en el primer partido la juventud de Aldridge.
Preguntado por la forma que tienen los Blazers de iniciar los partidos, cargando el juego sobre Aldridge al poste, Scola señala que “no creo que sea una cuestión personal. Es la forma en la que ellos inician los partidos” y de inmediato el argentino saca su lado más salvaje, su espíritu más indómito y competitivo: “Sólo quiero ganar. Sólo quiero hacer todo lo que sea necesario. Los emparejamientos y el orgullo no importan. Lo único que importa en definitiva es quién gana, y sólo importa hasta el próximo partido”. Ese próximo partido es mañana.