La rocambolesca trayectoria deportiva del joven pívot Jorge Bryan Díaz parece no tener fin. Está abonado este chico a la polémica. Primero fue por su inclusión o no en la selección de Puerto Rico, después por su eligibilidad universitaria y ahora... ahora no juega porque tiene que demostrar, a pesar de haber nacido en Estados Unidos, que domina el inglés.
Lo cierto es que nada se sabe en estos momentos sobre si el jugador puertorriqueño jugará o no en Nebraska, toda vez que la propia universidad no ha informado de novedad alguna sobre su inclusión o no en la vida académica de la misma. Lo único seguro es que a día de hoy Bryan Díaz no está en el ‘roster’ del equipo.
La participación del jugador de origen puertorriqueño en la NCAA empieza a parecer un culebrón veraniego en pleno invierno estadounidense. Primero fueron las dudas de Nebraska sobre si el jugador podía o no podía ser elegido a cuenta de su relación con el Alta Gestión Fuenlabrada, equipo de la Liga ACB española. Unas dudas a las que nada ayudaron en su día las palabras de su mentor Félix ‘Felo’ Rivera, que aseguró que ir a España es “la mejor decisión que pudo tomar. Mire el desarrollo de los argentinos y brasileños, es mil veces mejor que los que van a las universidades”.
El caso es que finalmente el joven Jorge se decidió por enrolarse en una universidad. Su figura resultaba apetitosa para cualquier equipo, pues se trata de un pívot que tiene 19 años cumplidos en noviembre y mide 2,11. Y cuando lo de su eligibilidad parecía superado apareció la polémica administrativa, ese tipo de problemas kafkianos que sólo es capaz de generar la burocracia.
Un error lleva al absurdo
Bryan Díaz hizo la preceptiva solicitud de ingreso en la Universidad de Nebraska y en dicha solicitud seleccionó el español como idioma principal sin saber que una regla interna de dicha universidad exigía tener que pasar una prueba en caso de no elegir el inglés como primer idioma. Esa prueba no tenía otro fin que comprobar que el futuro estudiante dominaba el idioma. Pues bien, al jugador boricua le exigen dicha prueba a pesar de que nació en Estados Unidos y de que su madre es puertorriqueña nacida en Nueva York.
Pero eso no era lo peor. La situación se enmarañó aún más cuando el futuro estudiante universitario comprobó que ya no sería posible integrarse en la universidad en el segundo semestre del año 2008 porque la fecha límite para hacer dicha prueba ya había expirado.
De este modo, el pasado 20 de diciembre la página web de la universidad decía en su apartado de baloncesto que no había nada nuevo sobre el jugador Jorge Bryan Díaz y explicaba que su inscripción no podría ser admitida hasta que no se reabriera la Oficina de Admisión, lo que ocurriría el 29 de diciembre, unas fechas difíciles donde las haya. Además, la información dejaba claro que el primer semestre estaba cerrado y que el chico, eso sí, podría integrarse en el segundo semestre a la universidad. Es decir, a partir de enero.
Ahora, en toda esta ceremonia de la confusión, no se sabe todavía si el puertorriqueño ha pasado el examen, si ha solicitado ya su inscripción, si ésta ha sido admitida o denegada... no se sabe nada. Pero ni está en la plantilla de Nebraska ni se entrena con el equipo.
Una trayectoria polémica
No es ésta la primera polémica que envuelve a Jorge. Mayúsculo fue el follón que se montó cuando se discutió si era elegible o no para formar parte de la selección de Puerto Rico, ya que no era puertorriqueño ni de primera ni de segunda generación, pues su padre es ecuatoriano y su madre es puertorriqueña nacida en Nueva York.
Corrieron ríos de tinta y cada aficionado tenía su opinión. Se lamentaban algunos de que un puertorriqueño pudiera jugar sin ningún problema como estadounidense y existieran más trabas en situaciones contrarias como la que concurría en el caso de Bryan Diaz...
Éste no sería su único problema de elegibilidad ya que, como antes contamos, también existieron problemas para saber si podía ser elegido o no por las universidades en virtud del tipo de relación que hubiera tenido o no con un equipo profesional español, el Fuenlabrada.
El caso es que recién cumplidos los 19 años, el espigado pívot boricua está aún inmerso en su tercer lío ajeno al baloncesto en sí. Lo suyo es un continuo sobresalto. Esperemos que al final se solucione y el muchacho pueda empezar a mostrar su calidad.