Trevor Ariza y Sasha Vujacic tienen algún problema. Lo debían de tener antes del partido que enfrentó el martes a los Lakers y los Bulls. Si no es así, resultaría del todo inexplicable el enfrentamiento que protagonizaron en la pista a raíz de una jugada completamente intrascendente.
Debió de ser la gota que colmó el vaso de una frágil relación. Sólo así se puede explicar lo ocurrido en el Staples Center cuando restaban 8.37 para llegar al descanso.
Ariza, situado bajo la canasta, sacó un pase hacia el triple, donde se encontraba libre de marca Vujacic a la par que se desmarcaba hacia la banda derecha para recibir un posible pase del esloveno que nunca llegó. Vujacic prefirió lanzar el triple ante la escasa oposición de su defensor mientras Ariza completamente solo en el lateral dispuesto a hacer su triple se quedaba con las ganas.
La jugada, a simple vista, es una de las más repetidas en una liga tan llena de egoismo como es la NBA. Un jugador prefiere hacer su tiro a doblar el balón a un compañero mejor situado. Por eso, lo que resultó inexplicable es lo que vino después.
Unos segundos más tarde se pide un tiempo muerto y mientras los jugadores se dirigen a sus respectivos banquillos Ariza y Vujacic se enfrascan en una discusión sin sentido en medio de la cancha en la que el jugador de origen dominicano lleva la voz cantante y, todo hay que decirlo, adopta la actitud más desafortunada.
Ariza reprocha a su compañero su actitud en la jugada anterior, los dos jugadores cruzan palabras y el estadounidense coloca su rostro junto al de Vujacic hasta juntar sus frentes en una actitud impresentable y termina por amenazar con su índice al escolta europeo.
Placidez rota en el Staples Center
La placidez en la que se mueven los Lakers en este principio de temporada se rompe por unos segundos. Y sólo la veteranía del entrenador local, Phil Jackson, y de su jugador franquicia, Kobe Bryant, es capaz de apaciguar un poco los ánimos.
El caso es que Bryant logró aplacar un poco el malestar de Ariza con la intención de ocultar una situación que en nada beneficiaba a su equipo.
Mientras, Phil Jackson optó por sentar a los 2 jugadores e hizo algo que no suele hacer: abandonó su zona habitual en el banquillo y se fue hasta el final del mismo para hablar directamente con Ariza.
El técnico angelino habló también un poco después con Vujacic, con el que también charló en el banquillo uno de los técnicos asistentes de Jackson, Kurt Rambis.
Después del encuentro, Jackson señaló que “Trevor explotó, fue lamentable ver esto en la pista”.
Los protagonistas restan importancia al roce
Por su parte, los protagonistas del incidente intentaron restar importancia al mismo, si bien Vujacic vino a decir que no entendía nada y que él no era culpable de lo ocurrido.
“No hice nada. Estaba jugando al baloncesto. ¿He hecho algo?, ¿he reaccionado inapropiadamente?, ¿no fui profesional?”, afirmó Vujacic.
Ariza aseguró, por su lado, que “no fue algo importante, los dos queremos ganar” y calificó lo ocurrido en la cancha como “una pequeña discusión, eso es todo”.
Una pequeña discusión que ha servido para mostrar de cara al público que en los Lakers no es oro todo lo que reluce.