Los Lakers están imparables. Su inicio resulta arrollador: 5 victorias en otros tantos partidos con una diferencia media de más de 22 puntos en cada choque. La última paliza, ante los Rockets de Luis Scola, tuvo como gran protagonista al español Pau Gasol.
El mayor de los Gasol completó su mejor partido de la temporada y se convirtió junto a Kobe Bryant en el gran verdugo de Houston, equipo en el que el argentino Scola fue de los pocos que se salvó.
Mientras, el puertorriqueño José Juan Barea y sus Dallas Mavericks volvieron a mostrar sus debilidades y permitieron la primera victoria de la temporada de los Clippers.
Sacramento ganó, sin Francisco García, a Golden State Warriors y los Grizzlies de Marc Gasol cayeron en Denver.
Lakers 111 Houston 82
Más de 22 puntos. Ésa es la diferencia media que el equipo de Phil Jackson saca hasta la fecha a sus rivales, que no han podido en ningún caso hacer sombra al equipo angelino en los 5 encuentros que lleva disputados.
El último caso resulta especialmente sangrante, ya que el rival, Houston Rockets, es uno de sus enemigos directos, un equipazo diseñado para optar al título.
Y aún resulta más estremecedora la situación si se tiene en cuenta que el primer cuarto en el Staples Center concluyó 16-28 y que los Rockets dominaban 16-32 en el segundo acto. Ese dato nos lleva a una verdad matemática difícil de digerir: desde entonces hasta el final los Lakers endosaron a los Rockets un brutal parcial de ¡95-50!. Sobran las palabras.
Gran parte de culpa de tan escalofriante desenlace descansa sobre las espaldas de un jugador hispano, el español Pau Gasol. El ala-pívot catalán completó su mejor partido hasta la fecha al terminar con 20 puntos, 15 rebotes, 3 tapones y 3 asistencias en 33 minutos de juego. Anotó 7 de sus 10 lanzamientos de campo y no falló ni uno solo de los 6 tiros libres que intentó.
Su prodigiosa actuación tiene parte de su origen en la naturaleza del juego de los Lakers, donde cada jugador parece estar dispuesto a sacrificarse por el bien común. Ése fue el caso de Andrew Bynum. Su tremenda labor defensiva ante el chino Yao Ming, al que dejó en 12 puntos y 8 rebotes, liberó a Gasol de una gran faena defensiva y le abrió el camino del rebote. Y el español no desaprovechó esa ayuda.
También resultó gratificante ver la labor de Kobe Bryant, que volvió a ser decisivo con sus 23 puntos, pero que no abandonó la contención en su juego (anotó 10 de 17 tiros de campo).
Otros jugadores destacados fueron el base suplente Jordan Farmar (16 puntos, 6 asistencias y excelentes porcentajes) y el hispano Trevor Ariza, que jornada a jornada se afianza como la gran revelación de estos poderosos Lakers. Anoche aportó 8 puntos, 8 rebotes, 3 asistencias y 3 robos en 25 minutos, convirtiéndose en el jugador que atesoró un mejor parcial estando en pista, ya que en los minutos que jugó los Lakers ganaron a los Rockets por 34 puntos.
El partido había llegado todavía igualado al descanso (50-48 para los locales), pero la segunda parte resultó demoledora (61-34, con especial mención para el último tiempo que acabó con un concluyente 39-17).
En Houston, el base suplente Aaron Brooks fue el mejor (20 puntos y 4 asistencias) y el argentino Luis Scola fue de los pocos que mantuvieron el tipo (12 puntos, 9 rebotes y 3 asistencias en 32 minutos, aunque anduvo flojo en el tiro dinámico –3 de 9-).
Sin embargo, el juego exterior de Houston constituyó un severo problema, sobre todo el de sus dos grandes estrellas de perímetro, Tracy McGrady y Ron Artest.
T-Mac volvió a ofrecer un partido nulo. Su rendimiento empieza a ser más que preocupante. Ante los angelinos rozó el ridículo con 3 puntos y 1 de 11 en el tiro.
No anduvo mucho mejor el polémico Artest, que aportó 8 tantos tras encestar 2 de sus 11 lanzamientos.
Cuando en la segunda parte los Lakers empezaron a mover con fluidez la bola, todo acabó. Esa facilidad en la circulación del juego originó posiciones cómodas de tiro que elevaron el porcentaje angelino en la segunda parte, minutos en los que su acierto en el tiro de campo se situó en un espectacular 65,8%. Con ese dato la victoria resultó sencilla, amable y dichosa.
Clippers 103 Dallas 92
Que Dallas no está en su mejor momento y que el paso del tiempo es su peor aliado parece cada vez más claro. No será ésta, salvo sorpresa, una temporada fácil para la franquicia de Mark Cuban. Un buen ejemplo de ello fue la derrota ante los Clippers, que representa la cuarta en 6 partidos para los de Carlisle.
Los Clippers se presentaron en el partido huérfanos de éxitos y los Mavericks lo hicieron sin Josh Howard, aquejado de un problema en su muñeca izquierda. Fue la suya una notable baja que facilitó que los angelinos alcanzaran su primera victoria del presente curso.
Baron Davis (22 puntos y 10 asistencias) y Al Thornton (17 puntos en 20 minutos debido a sus problemas con las faltas personales) fueron los máximos artífices del triunfo de los Clippers, que contaron además con el poder reboteador de Marcus Camby (14 capturas).
Fue, además, la pareja Davis-Thornton la que resolvió el choque deshaciendo la igualdad que lo recorría. Ocurrió en el último cuarto cuando a 8.31 para el final el marcador señalaba empate a 79. A raíz de ese momento un parcial de 13-0 en algo más de 3 minutos hundió al conjunto texano. Davis y Thornton lideraron la ofensiva.
A partir de ahí (del 92-79 que reflejaba el luminoso a 5.23 del final) los Mavs se nublaron por completo y no mostraron capacidad alguna para remontar.
Su porcentaje de tiro a lo largo del partido (41,4%, con 3 de 18 en los triples) lo dice todo. Y la soledad de Dirk Nowitzki también. El jugador teutón firmó 33 puntos y 7 rebotes, tuvo que hacer 26 tiros a canasta y sólo encontró la ayuda de Gerald Green (13 puntos y 12 rebotes). El resto poco hicieron, destacando el mal partido de Jason Terry (3 de 15 en el tiro).
El puertorriqueño Barea jugó menos de los habitual (9 minutos), aunque no aprovechó mal su tiempo (6 puntos, 1 rebote y 1 asistencia).
Denver 100 Memphis 90
Grandísimo partido del novato de Memphis O.J.Mayo y derrota de su equipo. Y es que por enésima vez el foco ofensivo visitante se centró tanto en la pareja Mayo-Gay (lanzaron 38 de los 71 tiros del equipo) que el equipo de Iavaroni resultó muy previsible.
El juego interior de los Grizzlies apenas existió. El español Marc Gasol, por ejemplo, estuvo bien parado por el brasileño Nené Hilario. Jugó el catalán 39 minutos en los que sólo hizo 4 intentos a canasta. Anotó 6 puntos y capturó 8 rebotes.
Mientras, Mayo fue la gran referencia (31 puntos y 8 rebotes) y Rudy Gay la referencia errada a pesar de que estuvo más generoso que de costumbre (17 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias, pero 4 de 17 en el tiro –con 0 de 7 en triples- y 6 pérdidas de balón).
Pero para desastre el del serbio Darko Milicic. El que fuera número 2 del gran draft del siglo XXI (el de James, Wade, Bosh, Anthony...) va de mal en peor. Tras perder la titularidad se ha ido al último puesto en la rotación de los hombres altos y eso le ha descentrado hasta el extremo de cometer anoche 5 faltas personales en menos de 9 minutos. Todo un récord.
Mientras, en Denver, el liderazgo lo ejerció Carmelo Anthony con 24 puntos y 8 rebotes y la organización la puso Chancey Billups (16 puntos, 6 rebotes y 10 asistencias). Es verdad que el base erró bastante en el tiro (2 de 13), pero no es menos cierto que con él en la cancha el parcial favorable a Denver fue de +28.
Nené Hilario también destacó, tanto en ataque (18 puntos) como en defensa (12 rebotes y buena labor sobre Gasol).
Los locales se escaparon mediado el último cuarto y los Grizzlies ya no pudieron remontar.
El partido fue bastante malo: se perdieron 44 balones (22 por equipo), se hicieron bajos porcentajes en el tiro, hubo muchos parones y muchos tiros libres, demasiados.
Sacramento 115 Golden State 98
Los Kings ganaron a los Warriors en otro partido sin el dominicano Francisco García, que sigue lesionado.
Lo hicieron gracias a Kevin Martin y a pesar de Kevin Martin. Y es que el escolta local fue el mejor de su equipo con 27 puntos en 31 minutos de juego, pero tuvo que abandonar la pista en el tercer cuarto debido a una lesión en su tobillo izquierdo que, por fortuna para Sacramento, se ha revelado leve tras las exploraciones a las que ha sido sometido tras el encuentro.
Lo cierto es que los Reyes de Sacramento tuvieron que aprender sobre la marcha a ganar sin su estrella, y lo consiguieron.
Ese aprendizaje acelerado fue posible gracias a la aportación de dos jugadores interiores blancos: Brad Miller (14 puntos, 10 rebotes y 6 asistencias) y Spencer Hawes (14 tantos y 11 rebotes). Pero también fue posible, sobre todo, gracias a la aplicación colectiva en el juego.
El tercer cuarto fue el del despegue local, con Martin aún en cancha, pero aguantar el resultado fue una ardua labor ausente Martin.
Mientras, los Warriors echaron en falta a hombres como Ellis, Maggette o Harrington. Demasiada calidad ausente. Y fue nuevamente el letón Biedrins el que alimentó el juego de Golden State (16 puntos y 18 rebotes para situarse como el mejor reboteador de la NBA en este inicio de campaña).
Lo más negativo del partido fue comprobar cómo el duelo californiano entre dos equipos cuyas sedes se encuentran muy cercanas no despertó demasiada expectación. Y es que se vieron muchos huecos en las gradas del Arco Arena. No es de extrañar, pues parece que los aficionados de Sacramento viven en la nostalgia. Y cuando sus recuerdos se van a los Bibby, Webber, Stojakovic o Miller de hace algunos años y se topan de vuelta con la cruda realidad de 2008, la grada se resiente.