El dueño de los Grizzlies, Michael Heisley, dejó claro al finalizar la temporada pasada que quería que su equipo defendiera y parece que sus deseos se están cumpliendo. Tras los 4 primeros partidos de temporada está claro que estos Grizzlies no tienen nada que ver con los del año pasado.
En esos 4 primeros duelos, Memphis sólo ha permitido que los rivales anoten un 37,5% de sus tiros, la segunda mejor marca de la liga, y promedien 85,3 puntos. Nada que ver con los 106,9 que encajaron el año pasado permitiendo al rival anotar el 48% de sus lanzamientos, la peor marca defensiva de la liga.
En ese cambio ha tenido mucho que ver la llegada de Kevin O’Neill, un especialista en esquemas defensivos, como asistente. Una contratación llevada a cabo para cumplir los deseos defensivos de Heisley.
Y también la presencia interior del pívot español Marc Gasol, un hombre que aúna físico y calidad y que no duda en fajarse con los más grandes de la liga. Sus dos primeros rivales fueron, nada más y nada menos, que Yao Ming y Dwight Howard, los dos mejores pívots de la liga. El español salvó la papeleta con nota, especialmente en su lucha con Howard.
El fin de los pollos sin cabeza
Habrá que ver si Iavaroni consigue mantener este nivel de concentración defensiva a lo largo de la temporada, pero por ahora las sensaciones que transmite el equipo son buenas.
Heisley probablemente estará contento, como todos, de no ver el juego del año pasado. Un juego que pasaba por un ataque caótico en el que todos, unos más que otros, querían tirar según recibían el balón, pero en el que eran muchos menos a los que se veía correr cuando lo que se trataba era de defender las transiciones rápidas y ataques del rival.
Con semejante planteamiento, el resultado fue el que fue, un montón de derrotas y una afición desencantada que tenía que ver como, tras la marcha del otro Gasol, Pau, su jugador franquicia, su equipo se dedicaba a convertir los partidos en un correcalles sin mucho sentido y con nulo resultado.
Una mentalidad muy diferente
Este año las cosas son muy diferentes porque lo es la mentalidad del equipo. “Realmente, nosotros queremos defender”, dice Marc Gasol en lo que resulta toda una declaración de principios. “No siempre puedes anotar”, continúa “pero en todos los partidos puedes defender”.
“Llegamos tras la pretemporada y nos dijimos que íbamos a ser un equipo duro, de mentalidad defensiva”, afirma su compañero Hakim Warrick y el novato O.J. Mayo remacha “queremos estar orgullosos de nuestra defensa” y confirma que es habitual que “muchos de nuestros entrenamientos se centren en la defensa.”
Esa mentalidad que parecen haber asimilado todos está dando resultados y sus propios rivales lo reconocen. “Fueron muy sólidos defensivamente”, decía Don Nelson tras ver como su equipo salía derrotado de su enfrentamiento con los Grizzlies en un partido en el que Marc Gasol sumó a su gran labor defensiva 27 puntos y 16 rebotes.
Con la defensa, otro aspecto que ha mejorado ha sido la capacidad reboteadora del equipo y ahí vuelve a ser decisiva la aportación de los novatos del equipo. Marc Gasol (10,3) y Darrell Arthur (7,8) ocupan el primer y tercer lugar respectivamente, ente los jugadores de primer año, en la lista de reboteadores.
Un prometedor comienzo que augura una mejor temporada de lo pronosticado por la totalidad de los analistas. Ahora sólo falta que los Grizzlies apliquen sus esquemas ofensivos con la misma claridad que los defensivos y, sobre todo, que sus jugadores estrella, O.J. Mayo y especialmente Rudy Gay, terminen de asumir que el baloncesto es un juego colectivo. Si lo hacen, estos Grizzlies pueden llegar mucho más lejos de lo esperado.