Muy mal lo pasaron anoche los Raptors de Toronto para poder doblegar a uno de los mejores equipos de Europa, el CSKA de Moscú. Los canadienses, que jugaban en su casa, ganaron 86-78 gracias a la labor de José Manuel Calderón y Chris Bosh.
Sam Mitchell tuvo que exigir el máximo a sus dos estrellas visto el cariz que estaba tomando el partido, que llegó al ecuador con ventaja moscovita de 9 puntos (38-47).
Por ello, el entrenador local tiró de galones y se amparó en el poder bajo los tableros de Chris Bosh (24 puntos y 10 rebotes) y en la capacidad de dirección del español José Manuel Calderón, que disputó la segunda parte entera para ver si podía poner orden al desastre en el que estaba inmerso su equipo.
Calderón estuvo en cancha 34 minutos en los que aportó 14 puntos, 3 rebotes, 6 asistencias y 2 robos, si bien perdió 4 posesiones. Sus porcentajes de tiro volvieron a ser excelsos (6 de 8 de campo y 1 de 2 en triples).
La clave de la victoria radicó en el serio ajuste defensivo que los Raptors hicieron tras el descanso, lo que llevó a un parcial en la segunda parte de 48-31 que disipó los viejos fantasmas, puesto que Toronto ya tuvo la experiencia hace unos años de perder un amistoso en su casa ante Maccabi de Tel Aviv.
Los rusos mejoran notablemente
Nada tuvo que ver este CSKA de Moscú con el equipo temeroso y ramplón que fue arrasado hace unos días por Orlando Magic.
Esta vez los jugadores del conjunto ruso sacaron su mejor versión. Siskauskas, por ejemplo, se fue a los 15 puntos, Lorbek terminó con 14 puntos y 4 robos y el ex NBA Khryapa completó un doble-doble (13 puntos y 11 rebotes).
Pero más allá de individualidades, el CSKA demostró un quehacer más colectivo que el de los Raptors, y eso le sirvió para estar agarrado al partido y poner en muchísimos aprietos al conjunto canadiense.