El culebrón del traslado de los Supersonics a Oklahoma City desde su actual sede en Seattle sigue complicándose. En un nuevo capítulo de lo que promete ser un largo serial, la intención de los antiguos propietarios de la franquicia de recuperar la propiedad de la misma a través de los tribunales ha obtenido respuesta de las autoridades de Oklahoma City. La respuesta es una larga carta en la que amenazan con entablar a su vez acciones legales si de cualquier manera se intenta impedir la llegada de los actuales Sonics a su ciudad.
La demanda presentada por los antiguos propietarios, encabezados por Howard Schultz, fundador y presidente de la cadena de cafeterías Starbucks, que tiene su sede en Seattle, se une a la presentada anteriormente por las autoridades de la ciudad de Seattle con el fin de obligar a los actuales propietarios de los Sonics a cumplir su compromiso de utilizar la cancha del Key Arena para disputar sus partidos como locales hasta el año 2010.
A pesar de las sucesivas demandas, el traslado cuenta con el visto bueno de la NBA, cuyo Consejo de Gobierno aprobó por amplia mayoría el pasado 18 de abril el cambio de ubicación de la franquicia y cuyo comisionado, David Stern, dejó claro que no habría vuelta atrás posible en dicha decisión.
Objetivo: los Sonics en Seattle
La demanda de Schultz tendría como primer objetivo anular el acuerdo de venta por el que en el año 2006 la propiedad de la franquicia pasó a un grupo de inversores con sede en Oklahoma City, liderados por Clay Bennett, a cambio de 350 millones de dólares (el acuerdo incluía también a las Storm, la franquicia de la NBA femenina con sede en Seattle de la que también era propietario Schultz y que posteriormente fue vendida a un grupo de mujeres de negocios de la ciudad).
La petición de anulación de dicho acuerdo se fundaría en la mala fe contractual por parte de Bennett y los suyos, que habrían asegurado a los vendedores su intención de permanecer en Seattle cuando por otro lado se encontraban negociando un posible traslado con las autoridades de Oklahoma City. Eso es al menos lo que afirma la demanda interpuesta por los abogados de Schultz, aunque la otra parte lo niega y afirma haber hecho todos los esfuerzos posibles por permanecer en la ciudad del estado de Washington.
Una vez recuperada la propiedad de la franquicia, la intención de Howard Schultz sería volver a venderla, dejándola en manos de una serie de inversores ligados a la ciudad de la costa oeste que garantizarían la permanencia del equipo en Seattle. Esa intención coincidirían plenamente con la manifestada por las autoridades de la ciudad, encabezadas por su alcalde Greg Nickels, de conseguir que los actuales propietarios cumplan su compromiso de permanencia en el Key Arena (los propietarios de los Sonics pretenden zanjar su marcha con un acuerdo de indemnización) para de esa forma ganar tiempo de cara a lograr reunir un grupo de inversores locales que se haga cargo de la franquicia.
Según todas las fuentes, la más que probable cabeza visible de ese grupo de inversores que asumirían la misión de retener en Seattle a los Sonics, sería el presidente de Microsoft, la gran multinacional informática con sede en el estado de Washington, Steve Ballmer.
En Oklahoma dan por segura la llegada del equipo
Mientras tanto, en el otro lado de este enfrentamiento, Oklahoma City, las cosas se ven de una forma diametralmente opuesta y se suceden las declaraciones de políticos afirmando que el equipo estará en la ciudad, pase lo que pase, la temporada que viene.
Con ese finalidad los votantes de la ciudad aprobaron por amplia mayoría un nuevo paquete de medidas impositivas con el objetivo de financiar una inversión de 120 millones de dólares en la mejora del Ford Center, que sería la nueva sede de la franquicia, así como la creación de unas nuevas instalaciones de entrenamiento para la misma.
Al mismo tiempo, las autoridades de la ciudad habrían cerrado varios acuerdos con los actuales propietarios por los cuales estos se comprometerían a jugar en la renovada cancha sus encuentros como locales durante 15 años y a que el nombre de Oklahoma City figurase en la nueva denominación del equipo. A cambio recibirían el 40% de los ingresos comerciales derivados de la explotación del Ford Center y el 25% de los ingresos de taquilla.
Las autoridades de Oklahoma han remitido a los representantes legales de Howard Schultz una carta de 9 páginas en la que le recuerdan los compromisos adquiridos por la actual propiedad y le exigen su cumplimiento en el hipotético caso de que la recuperara si prosperase su demanda. En caso contrario amenazan con demandarle a su vez por los daños y perjuicios que el incumplimiento ocasionaría a la ciudad.
Los aficionados de Oklahoma, entre tanto, siguen ilusionados con la llegada de la franquicia a su ciudad y en los medios locales se organizan encuestas sobre el nombre y colores que debería tener el nuevo equipo. En una encuesta realizada por el diario local The Oklahoman, los aficionados eligieron de entre 64 nombres, el de Thunder (trueno), como futura denominación del equipo. El nombre de Thunder se impuso en la votación a los de Outlaws (proscritos), Barons (barones) y Thunderbirds (pájaros de trueno). Así mismo, mostraron su preferencia por el negro y el oro como futuros colores básicos en la equipación del conjunto.
En todo caso, las preferencias de los lectores del Oklahoman no vinculan de ninguna manera a los propietarios del equipo, que serán los que decidan finalmente si se modifica su actual sobrenombre, colores y logos. Ellos y la corte federal de Seattle, donde el próximo 16 de junio se iniciará la vista sobre la demanda presentada por la ciudad para que el equipo permanezca en ella.