Los Lakers vuelven a lo más alto. Lo hacen tras vencer en el sexto partido a los Jazz en su fortín de Salt Lake City (105-108). Liderados por Bryant, que anotó 34 puntos, los angelinos dominaron de principio a fin, aunque al final estuvieron a punto de tirar por la borda todo su trabajo.
Bryant volvió a ser fundamental, ya que 12 de los 34 puntos que anotó los consiguió en los últimos 6 minutos, cuando peor se le pusieron las cosas a su equipo, que siempre llevó la iniciativa en el marcador, llegando a dominar por 19 puntos.
El español Pau Gasol también fue protagonista del partido. Logró 17 puntos, capturó 13 rebotes y colocó 4 tapones en los 44 minutos que estuvo en pista, siendo el jugador visitante que de más tiempo de juego dispuso. El suyo está siendo un viaje supersónico a la estratosfera baloncestística. En apenas 4 meses ha pasado de ser la estrella de uno de los peores equipos de la liga a ser un jugador muy importante en un conjunto del máximo nivel. Por de pronto ya está en la final del Oeste.
El de anoche fue un partido extraño. Y es que los Lakers jugaron a un nivel enorme durante los tres primeros cuartos, acallando al público siempre ruidoso del EnergySolutions Arena. Pero, una vez más, los chicos de Phil Jackson se complicaron la vida de mala manera, y en un partido que ganaban en el último cuarto por 17 tuvieron que ver cómo su rival intentaba dos triples postreros que hubieran llevado el partido a la prórroga.
Empezando por el final
Le quedó un regusto amargo a Phil Jackson tras la victoria, seguro. Sus jugadores firmaron un primer cuarto antológico (20-33), se fueron al descanso con una insólita ventaja en el marcador de 19 puntos (43-62), concluyeron el tercero 16 arriba (70-86) y dominaban el último por 17 a falta de 9:47 para la conclusión (72-89). Un gran paseo militar, una tremenda demostración de calidad.
El comienzo del último cuarto desvelaba a un Jerry Sloan con cara de pocos amigos y gesto más bien resignado, pero era tan solo su fachada. Por dentro aún abrigaba ciertas esperanzas, que supo inculcar a los suyos.
Ese inicio de cuarto supuso un nuevo palo para los locales, ya que los suplentes de los Lakers aguantaron el marcador sin problemas. Todo parecía decidido. Pero entonces apareció Millsap.
Sloan se había decantado en estos momentos por dejar fuera del quinteto a Okur y Kirilenko, dos jugadores que habían aportado bien poco hasta entonces, y dar entrada a Harpring y Millsap. Boozer estaba con 5 personales y los Lakers cargaron el juego sobre Gasol para intentar expulsarle del partido, pero no fue posible. Y entonces, como decimos, surgió Millsap, que resucitó a sus compañeros con 3 canastas consecutivas que ayudaron a un parcial de 14-5. El luminoso se colocó con un esperanzador 84-91.
La alegría duró poco, porque Bryant rescató a su equipo. Lo hizo con dos canastas de tres consecutivas. La primera, un triple impresionante; la segunda, una jugada excepcional de 2+1 en la que Kobe desafío el sentido del equilibrio. Tras recibir un impacto de su defensor, a 6 metros de la canasta y completamente desequilibrado, la estrella angelina ‘fabricó’ un tiro imposible contra tablero. Impresionante.
Entre medias de esas dos jugadas, Boozer cayó eliminado al cometer su sexta falta. Y de este modo el partido se puso 86-99 a favor de los Lakers, y los Jazz sin su gran estrella. Un vuelco decisivo.
La locura final
Al menos eso parecía, pero no fue así. No lo fue porque los Lakers completaron unos últimos 3 minutos simplemente desastrosos que pudieron dar al traste con el fantástico partido que habían realizado hasta entonces.
En esos últimos 3 minutos, los dos jugadores de los que había prescindido inicialmente Sloan para protagonizar una posible remontada, Okur y Kirilenko, se convirtieron en fundamentales.
Todo empezó con un triple de Deron Williams a falta de algo menos de 3 minutos, al que siguieron 2 de Okur y otros 2 de Kirilenko. Hasta entonces los Jazz llevaban 4 triples anotados de 17 lanzados, y en apenas 2 minutos y medio encestaron 5 consecutivos que dajaron a los Lakers al borde del KO.
La situación la salvaron los visitantes merced a su acierto en los tiros libres –entre Bryant, Odom y Fisher anotaron 5 de 6 en los últimos 20 segundos-. Pero Utah tuvo la última posesión para empatar, un ataque agónico que culminó con un tiro de 3 de Okur que se fue al aro, un rebote ofensivo largo que fue a parar a Williams y un triple final de éste que heló el corazón a todos los presentes. No entró, 4-2 para los Lakers y acceso a la final de la salvaje Conferencia Oeste.
Merecida victoria de los Lakers
Hubiera sido injusto que los Jazz hubieran derrotado anoche a los Lakers, ya que el equipo de Phil Jackson hizo un gran partido durante 45 de los 48 minutos de juego, con momentos de auténtica brillantez.
Ese juego brillante apareció desde el primer momento, aprovechando los visitantes que esta vez su base titular, Derek Fisher, no se cargó de personales nada más empezar.
El primer cuarto de los Lakers fue sublime, tanto en el plano defensivo como en el ofensivo.
Ese gran juego partió de Gasol, que tras no capturar ni un solo rebote defensivo en el quinto partido, en el primer cuarto del sexto se hizo el dueño de su tablero. En el primer cuarto ya llevaba 6 rebotes y 2 tapones y alcanzó el descanso con 11 rebotes y 4 tapones.
La seguridad en el rebote defensivo fue la llave para que los Lakers pudieran construir su mejor baloncesto a partir de un inspirado Kobe Bryant y un convincente Radmanovic. Los visitantes perdieron 1 balón en los primeros 12 minutos y anularon la creatividad de Williams, que no repartió ni una sola asistencia. Cortado el grifo, jugadores como Boozer y Okur se quedaron sin agua y tuvieron que recurrir a los recursos propios. Y fue ahí donde Gasol y Odom, bien ayudados por sus compañeros, trazaron una gran labor defensiva. El 20-33 con el que acabó el cuarto lo decía todo.
El segundo período fue más de lo mismo. Una vez abierto ese hueco en el electrónico, los de Phil Jackson se dedicaron a gestionar con inteligencia la ventaja. A Bryant y Fisher se unió en este cuarto un Vujacic que está madurando aceleradamente, y que anoche cuajó un gran partido, cargado de seriedad y efectividad, sin abusos en el tiro.
Un triple del esloveno situó la ventaja foránea en 18 puntos, y Jerry Sloan tuvo que recurrir a una zona, una variante táctica que tampoco fructificó. Y el encuentro llegó al ecuador con la máxima ventaja (43-62), y con polémica.
Una falta en ataque más que dudosa pitada a Boozer y otra señalada a Williams cuando Fisher se disponía a anotar un triple sobre la bocina soliviantaron a los aficionados locales. No es que el arbitraje fuera marcadamente anticasero. Simplemente, anoche el rasero del arbitraje cambió, lo que impidió el juego tremendamente físico de los Jazz en defensa que está en el límite de la ilegalidad, frontera que traspasa con frecuencia.
Una vez los árbitros marcaron esa tendencia, Utah se sintió perdido en la cancha. Ello permitió que los Lakers disfrutaran con el balón en las manos (6 robos y 4 pérdidas al descanso), lo que hizo, junto con la igualdad en el rebote (23-23), que los visitantes dominaran a su antojo el encuentro liderados en ataque por Bryant, Fisher y Vujacic, y en defensa por Gasol y Odom.
Todo sigue igual hasta que...
La reanudación fue un paso más en la cada vez más abultada confianza de los Lakers. Los visitantes aguantaron muy bien la acometida de los Jazz, incluido el despertar ofensivo de Okur. Lo lograron merced a Bryant, pero sobre todo a Gasol, que anotó 9 puntos en este cuarto. Un canastón de Kobe a 4 segundos del final dejó el luminoso en un incontestable 70-86. Todo era felicidad en Hollywood, pero el final feliz se hizo esperar y no estuvo exento de sufrimiento.
Ese final agónico, que ya les hemos contado, supuso que los Lakers recibieran 35 puntos en el último cuarto. Se llegó hasta ese extremo por varias causas: el equipo californiano perdió la concentración en el rebote defensivo (Utah atrapó 20 a lo largo de partido, ¡10 de ellos en el último cuarto!), se vino abajo en el balance robos-pérdidas (0 recuperaciones y 10 extravíos en la segunda parte) y defendió de forma muy deficiente el juego perimetral de su rival en los últimos minutos (5 triples en los últimos 180 segundos de partido). A pesar de todo ello, sobrevivió.
En los Lakers sobresalieron su quinteto titular y Vujacic, su sexto hombre en la actualidad. Todos ellos superaron la decena de puntos. A los 34 puntos de Bryant y 17 de Gasol, hay que añadir los 16 puntos y 3 robos de Fisher. Odom hizo 13 y Radmanovic y Vujacic 12.
Los Lakers basaron su victoria en un gran acierto ofensivo (50% en el tiro de campo con 7 de 11 en los triples) y en sus numerosas visitas a la línea de personal (38 tiros por 25 de su contrincante).
En Utah, el mejor fue nuevamente Deron Williams, que lo bordó en la segunda parte. Acabó con 21 puntos y 14 asistencias (12 y 12 en los dos últimos cuartos). Okur y Boozer estuvieron bien en el rebote (10 y 14 respectivamente), pero fueron vigilados muy de cerca y sólo pudieron anotar entre los dos 28 puntos con 11 de 34 en el tiro. Kirilenko notó sus molestias físicas y, al igual que Okur, sólo despertó en la recta final del encuentro, Harpring hizo un notable trabajo desde el banquillo y Millsap completó una actuación sensacional (15 puntos, 8 rebotes y 3 tapones en 24 minutos).
Ahora, los Lakers esperarán al lunes para conocer a su rival –Hornets o Spurs- y aprovecharán para descansar, lo que le irá muy bien a la maltrecha espalda de Kobe, que anoche pareció bastante recuperada.
Utah Jazz 105 Los Angeles Lakers 108 (4-2) UTAH JAZZ: Williams (21), Brewer (13), Kirilenko (12), Boozer (12), Okur (16) –cinco inicial-. Millsap (15), Harpring (7), Korver (5), Miles (2) y Price (2). |
L.A.LAKERS: Fisher (16), Bryant (34), Radmanovic (12), Odom (13), Gasol (17) –cinco inicial-. Vujacic (12), Walton (3), Farmar y Turiaf (1). |
Parciales: 20-33, 23-29, 27-24 y 35-22. |