Pau Gasol resultó decisivo en la victoria de los Lakers sobre Utah Jazz (111-104), un triunfo que adelanta a los angelinos en la eliminatoria (3-2) y les coloca a un paso de alcanzar la Final de la Conferencia Oeste.
El jugador español anotó 2 canastas cuando más lo necesitaba su equipo. Un triple del mejor jugador de los Jazz, Deron Williams (27 puntos y 10 asistencias), situó el marcador en un margen apropiado para el infarto (101-100 a falta de 2:17 para el final), lo que llevó a que la resolución del encuentro fuera un auténtico crisol de emociones, más aún para los locales, que si perdían se quedaban con más de medio cuerpo fuera de la final del Oeste.
Entonces, en ese escenario donde han de aparecer los más grandes, apareció Gasol (21 puntos, 8 asistencias, 6 rebotes y 4 tapones). El jugador catalán rompió la igualdad. Lo hizo con dos golpes certeros que ya no pudieron ser devueltos por su rival. A 59 segundos de la conclusión, Pau puso el luminoso 105-102 a favor de los californianos tras completar un brillante uno contra uno ante Okur. La siguiente jugada se saldó con un triple errado del jugador turco y rebote defensivo para Lamar Odom, que hizo un auténtico partidazo y acabó con 22 puntos y 11 rebotes. Y acto seguido llegó la jugada crucial: el balón llegó a Vujacic a la esquina y éste falló un triple que acabó en las manos de Gasol merced a un rebote ofensivo que el español culminó con un mate lleno de pasión. Era el 107-102 y faltaban 20 segundos. El Staples Center se vino abajo, todos los aficionados locales eran conscientes de que en esos 40 segundos, en esas 2 cestas del ex jugador de Memphis, estaba el partido, y quién sabe si la eliminatoria.
Con 107-102 en el marcador, todo quedó en manos de los tiros libres, lugar desde el que los angelinos no se complicaron en exceso. Bryant, con 3 tiros libres, y Fisher, con otro, mataron el choque. Así los Lakers traspasaban toda la presión a los Jazz.
Bryant, Odom y el colectivo
Aunque Gasol fue el que certificó el triunfo, la victoria lograda anoche por los de Phil Jackson no se fundó en las individualides, a pesar de que fueran importantes, sino en el esfuerzo colectivo.
Bryant, un tipo inteligente, supo extraer las conclusiones apropiadas tras la calamitosa prórroga jugada por él y su equipo en el partido anterior disputado en Salt Lake City. Su modo de proceder en el quinto encuentro así lo atestigua.
El jugador nacido en Filadelfia venía de no entrenar ni el lunes ni el martes por sus problemas de espalda, que tan dolorido le dejaron en el cuarto partido. Sin embargo, en el quinto apenas se pudieron ver secuelas graves de sus males, porque Kobe no las dejó traslucir al jugar del mejor modo para que sus limitaciones físicas no se notaran demasiado.
El escolta de los Lakers sólo lanzó 10 veces a canasta, si bien se fue en 17 ocasiones a la línea de personales. A pesar de tan sensacional economía en el tiro, la estrella local concluyó con 26 puntos, 6 rebotes y 7 asistencias, mostrándose muy activo en los tres primeros cuartos. Pero fue en el último, en el que menos estadística hizo, cuando su inteligente actitud obró como parte esencial de la victoria.
Bryant anotó en el último cuarto 3 puntos, todos de tiros libres. Pero lo sorprendente no es que no lograra ni una sola canasta en juego -que lo es-, sino que no intentó en los últimos 12 minutos tiro alguno a canasta.
Su 0 de 0 en el último período tiene su origen en una maravillosa defensa de los jugadores de los Jazz -especialmente Kirilenko-, pero, sobre todo, en un fantástico ejercicio de autocontrol por parte de un jugador colosal, que, al saberse en inferioridad física, delegó en sus compañeros en los momentos importantes, demostrando que confía en ellos.
Ese autocontrol de Bryant obligó a sus compañeros a dar un paso al frente, y ¡vamos que si lo dieron!. Encabezados por Odom, Gasol y Fisher, los Lakers esculpieron en el último cuarto un monumento al juego colectivo. ¡Hasta 8 jugadores anotaron en la recta final del encuentro! (Odom, Gasol, Fisher, Bryant, Vujacic, Farmar, Radmanovic y Walton). Pocos precedentes habrá de tal reparto de funciones ofensivas en un momento tan delicado.
De todo ese ejército de secundarios, hay que destacar la labor a lo largo del partido de Fisher -14 puntos, 5 asistencias y 4 robos, anotando 5 tiros libres en los últimos 5 minutos- y Radmanovic, que acabó con 15 puntos en 21 minutos de juego y que, tal vez, debería haber jugado más minutos al final del partido dada la desafortunada actuación de Sasha Vujacic (1 de 11 en el tiro con 1 de 8 en triples).
Los cinco titulares llegaron a las dobles figuras en anotación, algo que a lo largo de la temporada regular ha sido, prácticamente, sinónimo de éxito. Fue su labor fundamental, más aún cuando la segunda unidad no tuvo una gran noche, si bien cabe destacar cómo Farmar empezó a sacar la cabeza del profundo pozo en el que se encuentra en estos playoffs.
Siempre por detrás
Parece mentira que en un encuentro tan sumamente igualado, un equipo, Utah, jamás pudiera adelantarse en el marcador. Los Jazz fueron siempre por detrás, y es que aunque empataron 4 veces a su rival nunca pudieron liderar el electrónico. Ésta fue, tal vez, una de las claves psicológicas que impidió a los de Sloan dar la campanada.
Y no es que no tuvieran oportunidades, especialmente en un tercer cuarto cargado de tensión y plagado de claves psicológicas de trascendental importancia.
Al descanso se llegó con 61-54 para los locales, que volvieron a disfrutar de la dirección de juego de Fisher, que esta vez no estuvo acosado por las personales, lo que su equipo agradeció. Hasta el ecuador, los Jazz apenas tuvieron oportunidad de dominar el marcador e incluso llegaron a ceder por 12 puntos (51-39 a 4:31 del descanso). En ese momento, los Lakers volvieron a mostrar su incapacidad para dejar el encuentro visto para sentencia y, lejos de irse a los vestuarios con una holgada ventaja, vieron cómo su rival, en menos de 3 minutos, reducía la ventaja a 3 puntos (53-50 a 1:53 del final del segundo cuarto). A partir de ahí todo fue igualdad.
Sin embargo, ese inestable equilibrio podría haber saltado hecho añicos si el equipo mormón hubiera acertado alguna vez en las muchas posesiones que tuvo para adelantarse en el luminoso. La cuestión no es baladí. Los de Sloan desperdiciaron en el tercer cuarto ¡11 posesiones! para ponerse por delante, y lo más que hicieron fue empatar en alguna ocasión el encuentro.
Esa frontera psicológica siguieron sin poder atravesarla en los 2 primeros minutos del último período, en los que dispusieron de otras 2 posesiones para liderar el resultado. Tampoco lo lograron. La última fueron 2 tiros libres de Okur, de los que sólo anotó uno. Empate a 84 y restaban más de 10 minutos. Ya no hubo más opciones para ello a pesar de que el choque se decidió al final y por un suspiro.
Circulación de balón, personales y rebote
El partido tuvo algunos apartados claves. Por ejemplo, el ataque de los Lakers tendió a una mayor fluidez a partir de que el balón pasara mucho más por las manos de Pau Gasol en el poste. La habilidad de Gasol para generar juego desde posiciones interiores -facilitó 8 asistencias a sus compañeros- suscitó una mayor agilidad en la circulación del balón. Y es que el español, que anotó 15 puntos en el segundo cuarto, absorbió anoche mucho juego (fue el que más minutos jugó -44-, más tiros hizo -17- y más asistencias dio -8- en su equipo).
La otra clave importante a la hora de analizar la victoria del conjunto de Phil Jackson fue que, nuevamente, sus jugadores se fueron a la línea de personal muchas más veces que su rival (42 por 28). Y ambos equipos lanzaron por encima del 80%, lo que dice mucho de la capacidad de estas dos plantillas para asumir episodios de gran responsabilidad.
En el lado contrario estuvo el rebote, un aspecto que permitió a los Jazz mantenerse en el partido. Utah capturó 44 por 34 los Lakers, que volvieron a tener muchos problemas para proteger el rebote defensivo (en el tablero local hubo 23 rebotes defensivos y 17 ofensivos). Hicieron mucho daño en este apartado Carlos Boozer (18 puntos y 12 rebotes) y Mehmet Okur (13 puntos y 13 rebotes), los dos hombres que mejor secundaron a Williams, junto a un sorprendente Brewer (16 puntos) y un intermitente Kirilenko.
Y es que éste, el rebote defensivo, fue el único lunar de Gasol en toda la noche. Es cierto que atrapó 6 rebotes ofensivos, algunos de ellos de capital importancia, pero es que no fue capaz de capturar ni uno solo en su tablero.
Sloan ajusta su defensa
Los peores momentos del partido los vivieron los Lakers en el tercer cuarto. Al reanudarse el encuentro tras el descanso, se pudo apreciar que Sloan había puesto las cosas en su sitio en los vestuarios en el terreno defensivo, y es que había recibido para entonces 61 puntos. Los Jazz iniciaron el tercer tiempo con renovadas exigencias defensivas, subieron varios peldaños su nivel de presión y ayudas, y los angelinos comenzaron a pasarlo mal, aunque afortunadamente, para ellos, sobrevivieron.
Ese sobreponerse al momento de mayor dureza defensiva del contrario fue importante, como lo fue el inicio del último cuarto, en el que Jackson dejó en el banquillo a Bryant y Odom, y los Jazz con un quinteto teóricamente superior no supieron sacar tajada.
A partir de ese momento crítico, superado con nota, los Lakers crecieron mentalmente como equipo hasta apoderarse del quinto encuentro y estar ya a un paso de la gran final de su conferencia.
Los Angeles Lakers 111 Utah Jazz 104 (3-2)L.A. LAKERS: Fisher (14), Bryant (26), Radmanovic (15), Odom (22), Gasol (21) -cinco inicial- Vujacic (6), Walton (1), Farmar (6), Turiaf y Mbenga. |
UTAH: Williams (27), Brewer (16), Kirilenko (12), Boozer (18), Okur (13) -cinco inicial- Korver (6), Harpring (6), Millsap, Miles (4), Price (2) y Collins. |
Parciales: 29-26, 32-28, 20-27 y 30-23. |