Washington Wizards 88
Cleveland Cavaliers 105 (2-4)WASHINGTON: Daniels (8), Stevenson (10), Butler (18), Jamison (23), Haywood (13) -cinco inicial- Mason (7), Blatche (4), Young (5), Pecherov y McGuire. |
CLEVELAND: West (4), Sczcerbiak (26), James (27), Wallace (4), Ilgauskas (12) -cinco inicial- Gibson (22), Smith (8), Varejao (2), Brown, Dw.Jones, Da.Jones y Pavlovic. |
Parciales: 31-27, 17-29, 16-23 y 24-26. |
LeBron James demostró en el sexto partido de la serie que enfrenta a su equipo, Cleveland, contra Washington que es una megaestrella de la NBA. Allí donde se calibra la verdadera valía de un jugador, 'King' James demostró que es, hoy por hoy, uno de los mejores jugadores de la liga y que no le tiembla el pulso en las grandes ocasiones.
Anoche lideró con un triple-doble (27 puntos, 13 rebotes y 13 asistencias) el triunfo decisivo de su equipo en la cancha del rival, Washington, por 88-105, una victoria que coloca a Cleveland en las semifinales de su conferencia al derrotar a los Wizards por 4 a 2.
James, dada su edad, tiene visos de romper un buen número de registros históricos de la liga, pero lejos todavía de ese futuro, el jugador de Ohio vive el presente y lo hace a lo grande. El año pasado ya demostró de lo que era capaz al llevar a los Cavs a la final de la NBA a pesar de contar con un equipo que no correspondía, por plantilla, a tan alto rango. Y este año quiere volver a intentarlo, aunque la empresa se antoja muy complicada.
El líder de los Cavaliers saltó a la cancha del Verizon Center enrabietado por el desenlace del quinto partido de la serie, en el que Caron Butler anotó la canasta decisiva cuando era defendido por LeBron y en la jugada posterior el propio James no fue capaz de lograr la cesta que hubiera dado la clasificación a los suyos.
Por eso anoche se planteó que el partido tenía que acabar por la vía rápida. Y vaya si lo hizo. Porque a parte de esas cifras de impresión, de ese triple-doble sobrado -el tercero de su carrera en playoffs-, en los números de James hay que destacar dos apartados que demuestran la madurez de un joven jugador: sólo perdió 1 balón en 44 minutos a pesar de absorber una ingente cantidad de juego y logró un pleno desde la línea de personal -10 de 10-, algo inusual en su tarjeta estadística.
Szczerbiak y Gibson
Pero LeBron no estuvo solo. Hubo dos compañeros que secundaron su propuesta y resultaron muy importantes en el desenlace del partido decisivo. Wally Szczerbiak y Daniel Gibson hicieron los deberes, y muy bien.
El primero, un ya experimentado jugador, hijo del gran Walter Szczerbiak, tuvo por fin los minutos necesarios para demostrar que no se le ha olvidado jugar al baloncesto. Wally es un tirador excelso y un jugador muy elegante. Anoche esa conjunción de elegancia y efectividad le llevó hasta los 26 puntos, su mejor registro anotador en partidos de playoff.
El segundo, un joven tirador con el alma de un 'killer' clásico, tipo Reggie Miller -salvando las distancias-, volvió a demostrar que cuando atrapa una racha puede resultar demoledor. Acabó con 22 puntos y fue el artífice, junto a James, del parcial que despegó a su equipo en el marcador en lo que a la postre fue el momento más trascendental del encuentro.
Entre Sczcerbiak y Gibson machacaron desde el perímetro a la defensa de los Wizards al sumar 10 de los 11 triples que convirtió Cleveland. Sczcerbiak anotó 6 triples de 13 intentos y Gibson 4 de 6 para un total de 10 de 19.
Un parcial que rompe el partido
El encuentro estuvo muy igualado y ofensivo en el primer cuarto, y en la continuación siguió por el mismo camino hasta casi el ecuador del mismo.
Los locales dominaban 41-35 a 7:23 del descanso sin poder imaginar la que se les venía encima. Y es que en los siguientes 6 minutos y 17 segundos los de Ohio lograron un parcial de 2-21 que dio la vuelta al luminoso y dejó herido de muerte a su rival, que pasó de dominar por 6 a perder por 13 (43-56) a falta de 1:07.
Esa fantástica racha estuvo liderada por Daniel Gibson, que anotó 3 triples para un total de 9 puntos, y por LeBron James, que hizo 8 tantos. Los Cavs encestaron 8 de sus 12 lanzamientos en contraste con los Wizards que sólo fueron capaces de anotar una solitaria canasta de 8 intentos.
A pesar de que en la parte final del cuarto el equipo capitalino recortó ligeramente las distancias (48-56 al descanso), a partir de ese fantástico parcial de 2-21 el encuentro dio un giro de 180 grados par no volver a virar nunca más.
Incapaces de remontar
No viró más porque el equipo de Eddie Jordan fue incapaz de ponerse a tiro en el marcador en toda la segunda parte.
El tercer cuarto se mantuvo en un perfil discreto. Ni unos remontaron ni los otros fueron capaces de romper el marcador, que se movió con asiduidad en torno a una diferencia a favor de los visitantes de 10 puntos. De este modo discurrió el envite hasta que en los últimos momentos del cuarto los visitantes abrieron ligeramente el marcador hasta situarse en 15 puntos de ventaja (64-79), resultado con el que se afrontó el último tiempo. Fue, por lo tanto, el encadenamiento del segundo y el tercer cuarto el que propició el despegue del equipo de Ohio al completar un parcial de 33-52 a partir de un gran trabajo defensivo en el que también fue muy importante la labor de James sobre Butler.
Ese pequeño incremento de 10 a 15 puntos tuvo un componente psicológico importantísimo, ya que marcó la diferencia entre creer en la reacción y dudar sobre si era posible. Y esa duda se acrecentó notablemente cuando la primera canasta del último cuarto procedió de un triple de Sczcerbiak que situó el electrónico en un rotundo 64-82.
El triple del escolta de los Cavs impulsó definitivamente a los de Mike Brown a la victoria, y con ella a la clasificación para la segunda ronda.
Los últimos minutos no tuvieron gran historia y los Cavaliers llegaron a amasar una ventaja de 25 puntos (79-104) a 2:27 del final tras una canasta de James.
En esos momentos los Wizards eran ya un equipo derruido a pesar del esfuerzo realizado por Jamison (23 puntos, 15 rebotes y 3 tapones), Butler (18 tantos y 9 rebotes) y Haywood (13 puntos y 10 rebotes). Un conjunto derruido y al límite físico, ya que Eddie Jordan había tenido que utilizar una rotación muy corta, de sólo 7 hombres, debido a la baja por lesión de Arenas y por sanción de Songaila, que había propinado un golpe en la cara a James en el quinto encuentro de la serie.
Esos minutos finales de la basura dieron la opción a Sasha Pavlovic de volver a las canchas tras superar su lesión. El serbio pudo así disfrutar con sus compañeros de la clasificación para las semifinales, donde, sorprendentemente, aún no les espera nadie ya que Boston y Atlanta tendrán que ir a un séptimo partido para decidir el ganador.
Una eliminatoria muy dura
Termina así (4-2) una serie eliminatoria muy dura desde el plano verbal y físico. El enfrentamiento lo empezaron a calentar antes del primer partido algunos jugadores de los Wizards, que dudaron de la capacidad baloncestista de LeBron James. Y el tiempo, lógicamente, le ha dado la razón al gran jugador de los Cavs, que sale muy reforzado de este enfrentamiento.
Lo peor de los Wizards es que ese inicio de batalla dialéctica lo trasladaron al terreno de juego en forma de dureza física, especialmente con James, que ha recibido palos a mansalva. El resultado de la batalla no puede ser más espectacular: 13 técnicas, una expulsión y una suspensión que tuvieron que ser dos, ya que la liga no sancionó, inexplicablemente, a Haywood tras el empujón criminal que dio a LeBron James en pleno salto en el segundo partido de la serie.