La Conferencia Oeste está que arde. Si bien todo parece indicar que hoy Los Angeles Lakers lograrán la primera plaza en el 'Salvaje Oeste', lo que elevará sus opciones a la hora de lograr el título de conferencia en los playoffs, no es menos cierto que más de una duda no se podrá disipar hasta la última jornada, la de mañana miércoles.
Especialmente increíble es la igualdad existente en la cuarta, quinta y sexta plaza donde Utah, Houston y Phoenix están con 54 victorias y 27 derrotas, un triple empate al que contribuyó el triunfo anoche en el EnergySolutions Arena de Utah ante Houston por 105-96 en un partido en el que el argentino Luis Scola lo bordó con 22 puntos y 13 rebotes.
Lejos de Salt Lake City, en Milwaukee, los Bucks y los Bulls protagonizaron un partido sin tensión, un encuentro dado al puro divertimento tan del gusto del público estadounidense. No hubo defensas y entre los dos equipos casi alcanzaron los 300 puntos (135-151). Dos hombres, ambos bases, no habituales de las estadísticas espectaculares se salieron. Ramon Sessions acabó con 20 puntos y ¡24 asistencias! y Chris Duhon finalizó con 22 tantos y 15 pases de canasta. Mientras, el jugador de origen hispano Charlie Villanueva regresó a las canchas tras un corto período alejado de ellas por lesión. Acabó con 22 puntos. Más discreto estuvo Nocioni. El argentino de los Bulls terminó con 10 puntos su participación en el partido, que se extendió durante 19 minutos.
Utah 105 Houston 96
Quiso el calendario, por esos caprichos del destino, que Utah comenzara en su pabellón la temporada regular enfrentándose a los Rockets y acabara anoche la campaña antes sus aficionados volviéndose a enfrentar a los texanos. Entre uno y otro partido, el equipo de Jerry Sloan ha trazado una trayectoria intachable en el EnergySolutions Arena, convirtiéndose en el mejor equipo de la liga como local al acabar sus 41 partidos en casa con 37 victorias y sólo 4 derrotas.
Esa solidez de los mormones en su propio territorio resultó un muro infranqueable para el conjunto de Rick Adelman, que acudía a Salt Lake City cargado de energía por la recuperación de Battier, que había permanecido un par de partidos sin jugar por molestias físicas, y Bobby Jackson. Pero la incorporación de estos dos importantes jugadores a la plantilla no fue suficiente, como no lo fue el partidazo protagonizado por el argentino Luis Scola, que acabó con 22 puntos y 13 rebotes en 43 minutos y lo hizo firmando una gran serie de tiros libres (12 de 14), algo que no ha sido habitual en él esta temporada.
Scola y sus compañeros se vieron desbordados por los Jazz en el segundo cuarto, que resultó, a la postre, decisivo. Ese desbordamiento tuvo lugar en los últimos 6 minutos del cuarto, un tiempo en el que los visitantes desaparecieron en ataque hasta alcanzar unos límites ciertamente preocupantes. No es ninguna exageración. Los Rockets recibieron un parcial en esa media parte de 14 a 3 debido a su inoperancia ofensiva, pues sólo anotaron una canasta de campo en 6 minutos. Desde que Jackson acercara a su equipo a 4 (42-38 a 6:00 del descanso), los de Adelman no volvieron a anotar una canasta en juego hasta que restaban 7 segundos para irse a los vestuarios. Una sequía que les costó el partido.
Si la empresa de los Rockets anoche era muy compleja dada la fortaleza del rival como local, a partir de ese momento se convirtió casi en un imposible, más aún cuando en el tercer cuarto Utah no ofreció ninguna señal de debilidad.
Todo resultó sencillo para los locales en la segunda parte. El tercer cuarto acabó con un diáfano 84-67 y en el último período los de Sloan mantuvieron la ventaja sin apuros.
Parte de culpa en la derrota la tuvo la escasa capacidad de los Rockets para hacer daño en la zona. Scola se está encontrando muy solo. Con la baja de Yao Ming, el equipo apenas tiene fuerza en la pintura. Mutombo hace lo que puede, que no es poco dada su edad, y Landry parece estar acusando en su debú la dureza de la temporada y ha bajado el pistón en su rendimiento.
A esa circunstancia hay que añadir otra: los Jazz tienen un banquillo más que convincente. Anoche, por ejemplo, Korver, Millsap y Harpring (tres suplentes de lujo) dieron un gran impulso al equipo desde el banco. Y eso, sin duda, lo agradece Utah.
Los locales estuvieron liderados por tres clásicos en estas lides: Boozer (22 puntos y 11 rebotes, con 9 de 13 en tiro de campo), Deron Williams (17 tantos y 9 pases de canasta) y el turco Okur (12 puntos y 13 rebotes).
Fue un partido muy trabado (se lanzaron 74 tiros libres) y, por lo tanto, muy del gusto del estilo físico y directo de los equipos de Sloan, aunque también, todo hay que decirlo, de la forma de hacer baloncesto de estos Houston de Adelman que nada tiene que ver con aquellos Kings que maravillaron hace unos años dirigidos por el propio Adelman. Los locales dominaron el rebote y aunque tiraron muy mal de 3 (3 de 16) lo hicieron espléndidamente de 2.
Los mejores visitantes, aparte de Scola, fueron el reaparecido Bobby Jackson (19 puntos y 6 asistencias) y, en menor medida, Tracy McGrady, que aunque anotó los mismos puntos en idéntico tiempo de juego que Scola (22 puntos en 43 minutos), no anduvo demasiado fino de cara a canasta (7 cestas de 21 intentos).
Milwaukee 135 Chicago 151
El encuentro disputado en el Bradley Center fue una locura. Un auténtico correcalles en el que nadie defiende y que es tan del gusto de muchos aficionados estadounidenses, pero que, si se mira bien, no es baloncesto, al menos serio. Fue un duelo de corte All-Star, una especie de fin de fiesta de temporada regular en el que ninguno de los equipos se jugaban nada y decidieron, por lo tanto, regalar a los aficionados un inmenso catálogo de jugadas sin hilazón.
Buena prueba de que no defendió ni el tato fueron los porcentajes de tiro. Milwaukee perdió claramente anotando un 57,5% de sus lanzamientos dinámicos, pero es que Chicago se fue hasta el 67%, uno de los índices de acierto más altos de toda la historia de la franquicia.
Y es que fue una noche de récords y de casi récords. En la segunda categoría entrarían los 151 puntos logrados por los Bulls, 5 menos que su mejor registro absoluto, con prórroga, que data de 1984 ante Portland y 4 menos que su récord en partidos sin prórrogas. En este caso habría que remontarse un poco menos, a 1990 ante Phoenix.
El que sí batió una marca histórica fue el base Ramon Sessions. Él entraría en la primera categoría antes mencionada. Quién se lo iba a decir cuando se ha pasado gran parte de la temporada desbordando calidad en la Liga de Desarrollo, como un desheredado. Pues bien, anoche Sessions se fue hasta los 20 puntos, 24 asistencias y 8 rebotes, batiendo así el récord de asistencias de un jugador en la franquicia y siendo el primer jugador de la misma que logro un doble veinte de puntos y asistencias.
Otro récord, pero de carácter negativo, fue el de los Bucks, que al permitir ese altísimo porcentaje de acierto de su rival 'lograron' la peor actuación defensiva en 40 años, lo que les llevó a su séptima derrota consecutiva.
Es lo que tienen este tipo de partidos, que estadísticamente dan para mucho, pero en materia puramente baloncestística, fuera de espectáculos circenses, dan para poco.
El inicio del encuentro fue ya toda una declaración de intenciones (45-39), al descanso se llegó con un marcador igualmente de escándalo (71-81) y Chicago concluyó el tercer cuarto con 120 puntos anotados.
Charlie Villanueva regresó a las canchas tras un corto paréntesis por una lesión. Y su inicio fue espectacular, paralelo al inicio colectivo de los dos equipos. En el primer cuarto anotó 18 puntos, pero luego ya no pudo amoldarse al ritmo trepidante del choque y acabó con 22 puntos y 4 rebotes en 32 minutos.
Cuatro hombres de su equipo llegaron a 20. Los citados Sessions y Villanueva, así como Bogut (25 puntos y 8 rebotes) y Redd (22).
Los Bulls lo bordaron. Anotaban con una facilidad pasmosa y buena parte de culpa de tan alto rendimiento la tuvo otro base que anoche cuajó una actuación sensacional. El armador suplente Chris Duhon que acabó con 22 puntos, 15 asistencias y 0 pérdidas, anotando 8 de 9 tiros de campo y 4 de 4 triples para totalizar 40 puntos de valoración en 30 minutos.
Junto a Duhon brillaron sobremanera las dos estrellas del equipo: Deng (32 puntos con 15 de 20 canastas de campo) y Gordon (29 puntos en 27 minutos). Nocioni se limitó a participar de forma parcial en la fiesta y presentó unos números discretos, dados los puntos que se metieron. Acabó con 10 en 19 minutos. Estaba claro que el modelo de partido no se amoldaba a la forma de sentir el baloncesto del argentino.