La de hoy es una de las escasísimas jornadas a lo largo de la temporada en la NBA en la que no se disputa ningún partido. La razón es muy simple: esta noche se celebra la gran final de la liga universitaria (NCAA) y todo el baloncesto americano estará pendiente de esa gran fiesta.
Para hacerse una idea de la importancia que la NBA otorga al evento baste recordar que desde que comienza la fase regular de la liga allá por finales de octubre los únicos días en los que ésta se detiene por completo son el Día de Acción de Gracias, Nochebuena, Año Nuevo y el fin de semana del All-Star . A esas fechas tan señaladas se une la de hoy, en la que la gran liga profesional cede todo el protagonismo a la NCAA.
Gran fiesta del baloncesto
La jornada de hoy en San Antonio es la culminación de la larga temporada de la liga universitaria, la NCAA, que disputan más de 300 universidades en las que juegan los mejores jugadores jóvenes del país y no pocas promesas extranjeras. Todo el país estará pendiente de lo que ocurra esta noche en el Alamodome entre las universidades de Kansas y Memphis que son este año las finalistas.
Multitud de entrenadores, directivos y jugadores se desplazarán a la ciudad texana para asistir en vivo a un encuentro que genera una expectación sólo superada, y no siempre, por las propias finales de la NBA. La sede del encuentro final se convierte así en un foro en el que se da cita el mundo del baloncesto americano al completo y directivos y técnicos aprovechan para obtener la última información disponible sobre los jugadores que tienen en cartera de cara al próximo draft.
Tras el esperadísimo partido de esta noche la liga retomará su ritmo normal mañana martes, ritmo frenético a estas alturas, con poco más de una semana para la finalización de la temporada regular y muchas cosas por decidir, especialmente en la conferencia Oeste.