UCLA, donde milita el hispano Lorenzo Mata-Real, y North Carolina se proclamaron anoche campeones regionales del Oeste y el Este, clasificándose así para disputar la Final Four que se jugará los días 5 y 7 de abril en San Antonio.
Se trata de dos equipos históricos, cargados de tradición, que acumulan entre ambos 15 títulos universitarios en 33 presencias en la Final a Cuatro. Las dos escuadras clasificadas llegan a la Final Four con unos números rutilantes: UCLA ha ganado 35 partidos y ha perdido 3 y North Carolina ha vencido en 36 ocasiones y sólo ha doblado la rodilla en 2.
En el camino quedaron Xavier, que fue ampliamente superada por UCLA, y Louisville, que tras eliminar en las semifinales regionales a una da las favoritas, Tennessee, en la final puso en apuros a los todopoderosos Tar Heeels. La universidad del colombiano Palacios y el jugador de origen dominicano Sosa, que tuvo una gran actuación, llegó a empatar el partido a 10 minutos del final, pero no pudo rematar la faena y sucumbió ante el equipo de Chapel Hill.
UCLA 76 Xavier 57
Vuelta a la gran defensa y no repetir los errores cometidos en la segunda mitad de la semifinal regional ante Western Kentucky. Esas dos consignas bastaron para que UCLA cumpliera anoche todos los pronósticos ante Xavier.
En el U.S Airways Center de Phoenix los Bruins volvieron a escribir una página más dentro de su extraordinaria trayectoria en el torneo de la NCAA. La victoria ante Xavier hace que el equipo que entrena Ben Howland acceda por tercer año consecutivo a la Final Four, una racha positiva para la que habría que remontarse a la época dorada de los californianos cuando dirigidos por el mítico John Wooden llegaron a 9 Finales a Cuatro consecutivas, que se ampliaron a 10 tras la salida del banquillo de Wooden. UCLA ganó entonces 8 títulos. Una hazaña mágica sin parangón.
Pero quedémonos en la actualidad más inmediata, la de anoche en Arizona, una actualidad que pasa por un gran equipo, los Bruins, y un jugador de excepción, Kevin Love.
Love es un pívot de primer año que no es el hombre alto que más corre de la NCAA ni el que más salta, pero existen pocos jugadores de su altura que sepan hacer tantas cosas y tan bien como él. El 42 de UCLA lo mismo es capaz de hacer un mate espectacular, que anotar un triple o que dar una fantástica asistencia de canasta a canasta como la que le regaló anoche a su compañero Russell Westbroock mediada la segunda parte.
Kevin lleva en su primer torneo NCAA más de 20 puntos y 10 rebotes de promedio en los 4 partidos que ha disputado y sus cifras ya se comparan con las de dos vacas sagradas de UCLA, Lew Alcindor, es decir, Kareem Abdul Jabbar y Bill Walton. Con los pies en el suelo, ni Love es tan discreto como algunos agoreros dicen ni hay que empezar a ponerle en la estela de jugadores de este rango. Por ahora es tan solo un magnífico proyecto de jugador que a poco que se esfuerce y tenga suerte...
Love fue anoche parte de un triángulo ofensivo modélico formado por él mismo (19 puntos, 10 rebotes, 2 tapones y 4 asistencias), Darren Collison (19 puntos con 3 de 3 triples y 5 asistencias) y Russell Westbrook (17 puntos, 3 asistencias y 3 robos). Pero sería injusto no resaltar también la inmensa labor de Luc Mbah a Moute, que terminó con 13 puntos, 13 rebotes, 3 asistencias y 3 robos.
El conjunto angelino se basó en una rotación muy corta. Howland apostó de lleno por su cinco titular y apenas participó el resto. De hecho sólo Keefe y Mata-Real superaron desde el banco los 5 minutos. El hispano jugó 6 minutos en los que capturó 1 rebote y colocó 1 tapón.
Mientras, en las filas de los Musketeer el mejor fue Derrick Brown con 13 puntos y 6 rebotes. Duncan aportó 11 tantos y Anderson 10, mientras que el base titular, Lavender, ayudó en el rebote y el reparto de juego (6 y 6), pero estuvo discreto en la anotación con 5 puntos tras anotar 2 canastas de 9 intentos.
El partido se caracterizó durante toda la primera parte por el tremendo equilibrio entre ambos bandos. Xavier tuteó a UCLA en los primeros 20 minutos en los que los californianos alcanzaron su máxima ventaja justo a la hora de irse a los vestuarios (33-24).
Una canasta de Collison hizo que UCLA alcanzara la barrera de los 10 puntos de ventaja (38-28) en la segunda parte. Fue en plena racha de Love y compañía, que endosaron un parcial a su rival de 14-0 para pasar de un 34-28 a un 48-28, una veintena de puntos de diferencia que constituyeron un auténtico mazazo para la universidad jesuíta. De esos 14 puntos, 7 los anotó Love y 5 Collison.
A partir de ese arreón el luminoso se movió en distancias muy cómodas para el equipo ganador, que acabó el partido con un 53,8% en el tiro de campo (7 de 15 en triples) y dominando el rebote, a la par que su fortaleza en defensa provocó que la efectividad en el tiro de Xavier fuera muy baja.
Como decimos ésta es la tercera vez consecutiva que UCLA accede a la Final Four, pero con una diferencia con respecto a las dos anteriores, como bien recordó al final del partido su entrenador. El año pasado no tenían a Kevin Love.
North Carolina 83 Louisville 73
El equipo de Palacios y Sosa, Louisville, demostró en el Charlotte Bobcats Arena que su amplia victoria en semifinales ante Tenneesee no fue producto de la casualidad, de un partido feliz. Lo demostró poniendo contra las cuerdas a North Carolina, un equipo que hasta anoche se había estado paseando por la competición sin dar señal alguna de debilidad y que en esta ocasión tuvo que tirar del mejor Tyler Hansbrough, que hizo un partido colosal.
Anoche, el favorito tampoco dio señales de debilidad, pero se encontró en algunos momentos del partido con la horma de su zapato.
La prueba de todo ello es que quedando 10 minutos exactos para la conclusión un tiro libre del mejor sexto hombre de la competición, Earl Clark, colocó el marcador en empate a 59. Los Tar Heels tuvieron entonces que tragar saliva y sacar lo mejor de sí mismos en el preciso momento en el que caminaban por la cuerda floja. Se repusieron y se escudaron en su gran calidad para no permitir que Louisville se adelantara.
Cinco minutos después consiguieron despegarse levemente en una jugada en la que el base Ty Lawson demostró su calidad sin balón. Lawson se consiguió zafar de su pegajoso marcador y aprovechando un bloqueo indirecto anotó con una rápida mecánica de tiro un triple desde la esquina, poniendo el marcador 71-64. Fue un momento muy importante porque a partir de ahí los Cardinals no tuvieron capacidad de respuesta y North Carolina supo administrar su renta con maestría gracias a su acierto en los tiros libres, lo que es una señal de madurez. Ni siquiera el espíritu de lucha de Edgar Sosa, que no se rindió, pudo dar la vuelta al electrónico. Sosa anotó 5 puntos en el último minuto, dio 1 asistencia e hizo 2 personales en busca del fallo del rival. Su lucha agónica contrastó con la desaparición en los instantes finales de otros compañeros.
El neoyorquino de origen dominicano representó la cara de los dos jugadores hispanos de Louisville, mientras que el colombiano Juan Palacios representó la cruz. Sosa acabó con 12 puntos y 2 asistencias en 15 minutos; Palacios se limitó a dar 1 asistencia y fallar 2 tiros en los 11 minutos que estuvo en cancha, no respondiendo, ni mucho menos, a las exigencias del guión.
La figura indiscutible del encuentro fue Tyler Hansbrough con 28 puntos (12 de 17 en el tiro), 13 rebotes y 2 robos, demostrando su estatus de estrella indiscutible de la liga y su tremenda fiabilidad en los grandes momentos. Junto a él brilló el base Ty Lawson (11 puntos y 9 asistencias). Ellington, Thompson y Green, éste desde el banquillo, encestaron 13, 11 y 10 puntos respectivamente.
En Louisville, los mejores fueron Smith con 17 puntos y Terrence Williams con 14. Padgett aportó 8 rebotes y 6 asistencias, pero estuvo deslucido en ataque y Clark y Sosa ofrecieron garantías desde el banquillo con 12 tantos cada uno. Clark, que capturó además 9 rebotes, se erigió nuevamente en un jugador fundamental, un sexto hombre cuya calidad está fascinando a los ojeadores, que alaban sus muchas virtudes.
Fue un partido modelado a partir de un gran acierto en el tiro, algo inusual en las grandes citas como ésta. Ambos equipos superaron el 50% de efectividad en los lanzamientos de campo, pero Louisville se ahogó en las pérdidas de balón (19) y dejó traslucir su inferior madurez en los tiros libres (9 de 16 por 18 de 21 su rival).
De este modo, North Carolina accede a su primera Final Four desde que en el año 2005 se proclamara campeón de la NCAA al ganar en la final a Illinois por 75-70. Casualmente, a aquella Final Four también llegó Louisville, el equipo al que anoche cerró el paso.