Los Angeles Lakers se impusieron a domicilio en la prórroga a Golden State Warriors (119-123) devolviendo así al equipo de Don Nelson la derrota que los de Oakland les infligieron 24 horas antes en el Staples Center.
El partido fue emocionante y no estuvo exento de polémica en los segundos finales. Los angelinos siguen sobreviviendo, lo que no es poco, sin Gasol, gracias al esfuerzo adicional que están desarrollando Bryant y, sobre todo, el mejor Odom de la temporada.
Mientras, Houston Rockets, donde Scola fue otra vez titular, venció a Sacramento Kings, equipo en el que uno de sus mejores jugadores fue el dominicano Francisco García. El triunfo dio al entrenador de los texanos, Rick Adelman, su victoria número 800 en la NBA, uniéndose así a una fabulosa lista de entrenadores en activo que han llegado a ese cúmulo de éxitos. Antes que él lo habían logrado Pat Riley, Phil Jackson, Jerry Sloan, Don Nelson y George Karl. Casi nada.
Golden State 119 L.A Lakers 123
El doble duelo de ida y vuelta protagonizado en las últimas 24 horas por los Warriors y los Lakers ha resultado espectacular y deja un gran sabor de boca de cara a su posible reedición en las próximas semanas, ya que las dos escuadras californianas podrían enfrentarse en la primera ronda de los playoffs.
Si los de Don Nelson se impusieron a los de Phil Jackson en Los Angeles en un partido ofensivo por escaso margen (111-115), anoche ocurrió justo al contrario y los angelinos terminaron doblegando a su rival tras una prórroga en la que saltaron chispas.
Los Lakers, ante la ausencia de Gasol (el otro jugador hispano del equipo, Ariza, también está lesionado), tuvieron que echar mano hasta límites casi sobrehumanos de sus dos mejores hombres: Bryant y, especialmente, Odom, que no sólo alcanzó unos números desbordantes, sino que también resultó decisivo en los momentos claves.
Prueba de la situación límite que se vive en la Conferencia Oeste es que Jackson tuvo que dejar en la pista a Odom durante los 53 minutos que duró el encuentro y Bryant sólo se ausentó de la pista 1 minuto.
Nuevamente ambos jugadores tuvieron que ser los que suplieran la falta de centímetros en los tableros. Bryant atrapó 11 rebotes y Odom 21 para sumar en los dos partidos ante los Warriors una cifra de rebotes escalofriante: ¡43!. El escolta acabó el encuentro con 30 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias, y su sobreesfuerzo se notó en que tuvo que tirar nuevamente 30 veces a canasta, lo que limitó su acierto. Mientras, Odom concluyó con 23 puntos, 21 rebotes, 5 tapones y 5 asistencias. El resto aportó lo suyo, especialmente Vujacic (19 puntos en 25 minutos) y Fisher (18 tantos).
Del lado local, Baron Davis hizo 30 puntos, 9 rebotes, 7 asistencias y 4 robos, Jackson se fue a los 29 puntos y Monta Ellis rozó el triple-doble (18 puntos, 9 rebotes y 9 asistencias). Entre los suplentes el mejor fue Azubuike con 19 puntos.
En el Oracle Arena se vivió, como cabía esperar, un partido trepidante basado en el juego alegre, las posesiones cortas y el amor por el contraataque de los pupilos de Don Nelson (anotaron 37 puntos así). La prueba de ese juego vivaz fueron los 103 tiros que hizo Golden State, incluidos 29 triples, y los 102 que intentó su rival, con 35 triples lanzados.
Ambos equipos saltaron a la cancha con uniformes retro de la década de los 70 y el partido, por momentos, si no fuera por las musculaturas de los contendientes, podría haber pasado por un encuentro de aquellos tiempos.
La igualdad en el marcador se mantuvo hasta el final del tiempo reglamentario (111-111) tras anotar dos tiros libres Baron Davis a falta de 3 segundos y fallar Fisher sobre la bocina un tiro más que complicado de cinco metros en carrera y desequilibrado en su suspensión. Y en la prórroga llegó la polémica.
A falta de 9 segundos, Odom adelantó a los suyos con una sencilla bandeja con la izquierda a pase de Vujacic (119-121) e instantes después llegó la definición del partido: restan 4 segundos, los Warriors sacan de banda y Monta Ellis y Fisher se van al suelo en su pugna por coger la posición para recibir el balón. Los árbitros pitan personal en ataque a Ellis. Las protestas no se hacen esperar, pero la suerte está echada y los Lakers siguen en la brecha a la espera de Gasol.
Houston 108 Sacramento 100
Los Rockets siguen en la lucha. Anoche se desembarazaron de los Kings en un partido en el que hubo duelo de hispanos con lógico resultado colectivo pero no individual, ya que el dominicano Francisco García estuvo mucho más brillante que el argentino Luis Scola. García fue uno de los mejores de su equipo al ejercer con sabiduría de sexto hombre (17 puntos y 5 rebotes en 28 minutos), mientras que Scola no estuvo al nivel de otras noches (11 puntos y 3 rebotes en 22 minutos).
El triunfo sitúa a Houston en la tercera posición del Oeste y supone un hecho histórico para el entrenador de los Rockets, Rick Adelman, que alcanza su victoria número 800 en la NBA. Y como la historia está llena de curiosas coincidencias, el jugador que más aportó a esa victoria fue el base Rafer Alston (28 puntos y 5 asistencias), que juega con el mismo dorsal -el 12- con el que lo hiciera Adelman en su etapa de jugador en la franquicia de los Rockets hace casi 40 años, cuando los Rockets se asentaban en San Diego.
Pero anécdotas aparte, el conjunto texano adquirió una importante ventaja psicológica cuando a las primeras de cambio los Kings perdieron a su base titular, Beno Udrih. El esloveno se había perdido los tres últimos partidos por una lesión de espalda y en su reaparición se resintió de sus problemas y tuvo que abandonar la cancha cuando sólo había jugado 10 minutos.
A pesar de ello, el conjunto de Reggie Theus no tiró la toalla y los cuatro cuartos estuvieron presididos por una gran igualdad sólo rota en los instantes finales. Una canasta de McGrady supuso el 99-91 a falta de 2 minutos para el final. Esa pequeña brecha se haría insalvable hasta que expiró el encuentro a pesar de que García, con un triple, llegó a colocar a 4 a los suyos cuando restaban 40 segundos.
Los mejores hombres de Sacramento, sin contar García, fueron Kevin Martin (18 puntos), Artest (17) y el suplente Salmons (15). Y es que la segunda unidad de los californianos hizo un trabajo fantástico al sumar 49 tantos. Mientras, en Houston, tras Alston se situaron McGrady, que anotó 17 puntos aunque flaqueó en el tiro, y el siempre solvente Battier (15).
Seattle 97 Portland 84
Los Blazers perdieron ante los Sonics un partido que siempre ha encerrado una gran rivalidad por la proximidad de ambas ciudades y que podría pasar a la historia como el último enfrentamiento entre Seattle y Portland, ya que la intención del propietario de los Supersonics, Clay Bennet, de trasladar la franquicia a otra ciudad, se habla de Oklahoma City, podría dar al traste con una rivalidad cuya primera piedra se puso en 1970, dejando de paso a Seattle sin un equipo al que ha estado vinculado desde 1967.
Lejos de estos sentimentalismos parece estar el entrenador de Portland, Nate McMillan, que se sigue mostrando muy duro con el español Sergio Rodríguez, con el que no contó otra vez. Todo ello mientras en el club se sigue insistiendo en la segura llegada del español Rudy Fernández la próxima temporada.
Seattle se presentó en el partido sin Watson ni Wilcox, lo que aumentó su ya contrastada fragilidad, ganada a pulso a lo largo de la temporada. Sin embargo, se deshizo de los Blazers con un juego solidario liderado por Durant (23 puntos y 9 rebotes) y Wilkins (20 puntos y 7 rebotes). Hasta seis jugadores alcanzaron o superaron los 10 puntos, entre ellos el sustituto de Watson, Ridnour, que dirigió con sensatez a sus compañeros y el batallador Collison, que se fajó bien en el rebote.
Frente a todos esos mimbres, Portland opuso el acierto anotador de Webster (22 puntos), la lucha de Przybilla en los tableros y poco más.
La magnífica defensa de los locales dejó a su rival en un 38,4% en el tiro y anuló a sus dos estrellas. Roy se encalló en 11 puntos (5 de 17 en el tiro de campo) y Aldridge en los 10 (5 de 13) y en 1 solo rebote. El acierto en defensa del equipo del estado de Washington y el desacierto en ataque de los de Oregon alcanzó su paroxismo en el tercer cuarto cuando Portland anotó en todo el periodo 10 puntos.