Paul y Ayton sacan las castañas del fuego a los Suns en Nueva Orleans

Está a punto de cumplir 37 años, se llama Chris Paul y parece tener un pacto con el diablo: no envejece. Posee Paul una especie de brújula especial para leer el juego y una tendencia natural a rebajar sus pulsaciones al modo de un yogui o un apneísta, lo que le permite reducir su miedo al fracaso en situaciones extremas.

Esta noche se dio una, la que podía haber puesto a Pelicans con ventaja de 2-1 estando Phoenix sin Devin Booker, pero Paul se encargó de gestionar los riesgos, apagar los miedos y rescatar a su equipo con un último cuarto avasallador en el que metió 19 puntos después de pasarse los tres cuartos anteriores haciendo la vida más fácil a sus compañeros a base de asistencias y más asistencias.

Especialmente feliz en un momento dado del decisivo último cuarto la cadena de canastas de Chris Paul procedentes del rango medio de tiro, ese rango de la media distancia tan denostado en la actual NBA y que Paul ejecuta con especial maestría.

Paul -28 puntos, 14 asistencias y 0 pérdidas de balón- y un resucitado Deandre Ayton -28 puntos, 17 rebotes, 3 robos y un 65% en el tiro de campo- fueron capaces de equilibrar de algún modo el desequilibrio resultante de jugar sin Booker, una situación a la que parece que se van a tener que acostumbrar los Suns en los próximos juegos de playoff.

En un partido de máxima igualdad Phoenix sobrevivió a su espantoso ejercicio desde el triple (4 de 26) para ganar 111-114 gracias a la mano firme desde el tiro libre exhibida en la recta final del encuentro por Chris Paul y Mikal Bridges, que además de defender sumó 17 puntos.

Además, 15 puntos en solo 12 minutos de JaVale McGee, que se sumó a Ayton a la hora de hacer un daño colosal desde la pintura a unos hombres altos de Pelicans que fueron un fiasco total. Ni funcionó Jonas Valanciunas, ni fue un buen suplente esta vez Larry Nance Jr. (1 de 8 en el tiro), ni ayudó Jaxson Hayes, que solo jugó 10 minutos porque fue expulsado al pitarle los colegiados una flagrante de tipo 2.

Ni siquiera en esas circunstancias -con todos los hombres altos de Pelicans ofreciendo un rendimiento ridículo y siendo avasallados por los hombres altos de Suns- tuvo una oportunidad mínima de juego Willy Hernangómez, que parece condenado a ver los playoffs desde la banda.

Phoenix, que solo perdió 5 balones en todo el partido, sufrió lo suyo para repescar el factor cancha y ponerse 2-1 tras la exhibición de Paul como facilitador en los tres primeros cuartos y como killer en el último.

Pelicans peleó de tú a tú contra el mejor equipo de la temporada, y lo hizo con sus dos grandes estrellas llevando el peso de su juego: Brandon Ingram sumó 34 puntos y C.J. McCollum añadió 30 y 7 asistencias.

Buen partido del joven Herb Jones y aportaciones positivas desde la segunda unidad del revalorizado Jose Alvarado y del hasta ahora gris Devonte' Graham.

Lo pelearon los Pelicans, pero se quedaron sin premio. La ajustada derrota de hoy puede suponer un punto de inflexión en la eliminatoria a pesar de que Suns esté jugando sin Booker.