Pelicans asesta un duro golpe a los Lakers en L.A.

Golpe casi mortal para los Lakers. El equipo angelino ha perdido un partido vital ante Pelicans en la lucha por clasificarse para jugar el play-in. Derrota por 111-114 en L.A. pese a contar el equipo local con LeBron James y Anthony Davis.

No fue precisamente el 'clutch' el mejor aliado una vez más del equipo californiano. Nuevamente los Lakers sin saber definir un partido, sin llegar con aliento y clarividencia a la parte crucial de un encuentro. La escuadra de Vogel volvió a jugar rematadamente mal en el momento en el que se jugaba media temporada.

La derrota pone a Lakers al borde del abismo, undécimo del Oeste con 31-46, por el 32-45 de Spurs que es décimo y tiene ventaja en el desempate con los angelinos y por el 34-43 de Pelicans, que es noveno y da un paso gigante para estar en el play-in.

Hoy por hoy, Lakers está fuera de él, y su calendario por cumplir no parece que le favorezca mucho en su objetivo de salvar como sea una temporada para el olvido, la segunda campaña consecutiva decepcionante y la tercera en los 4 años de LeBron en la franquicia.

Jugaron LeBron y Davis, este después de 6 semanas de baja y 18 partidos ausente, y ambos, renqueantes o no, fueron con diferencia los mejores jugadores locales, si bien el final de partido de ambos no estuvo acorde con su forma de manejarse en los cuartos anteriores.

Pelicans jugó mucho mejor el final y tuvo a sus dos estrellas en el lugar que se les exigía. C.J. McCollum, mano de santo su llegada al equipo, logró 32 puntos, 7 rebotes y 4 asistencias, destacando su primoroso primer cuarto, y el ex Laker Brandon Ingram se fue a 29 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias.

Bien e importante al final Jonas Valanciunas (17 puntos, 12 rebotes y 6 asistencias) y buena labor de Herb Jones. Se mostró inconsistente Jaxson Hayes y no jugó Willy Hernangómez.

Si Pelicans está hoy casi en play-in y Lakers anda casi fuera de él es por la trayectoria que ambos equipos están dibujando en esta recta final decisiva de la temporada. Los de Nueva Orleans suman 6 victorias en sus últimos 8 juegos y los de Los Ángeles encadenan 5 derrotas y solo han ganado 4 partidos en sus últimos 19 compromisos, números de equipo pequeño.

LeBron tiró en el tercer cuarto de la heroica (21 puntos en el cuarto) incluyendo un salto espectacular sobre la grada, aunque se encontró con la respuesta ofensiva de Ingram (15 en ese mismo período y flagrante 1 sobre el propio LeBron), pero terminó desfondado el de Akron por las exigencias del momento y la falta de dosificación de su juego desde la banda. James terminó el tercer cuarto con 36 puntos y una minutada a su espalda jugando entre algodones y en el último período se quedó seco, anotando solo 2 puntos, lo que mató a su equipo.

Terminó LeBron, gritos de MVP en el tercer cuarto, con 38 puntos y 8 rebotes, mientras que Davis firmaba 23 tantos, 12 rebotes y 6 asistencias ante su exequipo.

El resto, poco cosa. Malik Monk acabó con 13 puntos y 7 asistencias, no jugó por enfermedad Carmelo Anthony y se cayeron de la rotación del equipo, caótica a lo largo de la temporada, Austin Reaves y Talen Horton-Tucker.

Especial mención merece Russell Westbrook, que en un partido crucial ofreció un juego vulgar hasta decir basta. En los 3 primeros cuartos sumó 2 puntos, 4 faltas y 1 de 7 en el tiro. Solo despertó en el último cuarto. Demasiado tarde. Terminó con 12 puntos y 5 asistencias. Muy mal el criticado base de los Lakers.

La recta final condenó a los locales. Un 4-13 puso a Pelicans con viento favorable (108-112) con el importante concurso de Valanciunas. A partir de ahí, LeBron buscó decidir, pero no le dio el aliento para más, empatanándose en varios ataques. Un triple de Avery Bradley (111-112 a 15,8 segundos del final) pareció sacar a Lakers del atolladero en el que estaba, pero la siguiente defensa no estuvo muy avispada y terminó en falta sobre McCollum, que puso el 111-114 desde los libres. Y llegó la jugada final.

Con 111-114 y 9,4 segundos por jugar Lakers volvió a atolondrarse en ataque cuando buscaba la prórroga. Fue una ofensiva sin muchas luces, con LeBron perpetrando varias fintas inservibles que terminaron en un mal tiro sobre la bocina. Un mal final para un mal equipo en una muy mala temporada. Solo un milagro puede salvar a estos Lakers de irse en unos días a su casa tras completar una esperpéntica temporada.