Kawhi salva a Clippers de la debacle y elimina el efecto LaVine

Otra vez al filo de la navaja. Kawhi Leonard, ya despojado de su máscara protectora, salvó de la debacle a los Clippers, porque debacle hubiera sido perder en casa con unos Bulls que afrontaban el partido con 5 bajas, incluidas las de Otto Porter Jr. y Lauri Markkanen.

Victoria de Clippers por 130-127, un triunfo agónico que demuestra que a estos Clippers aún les queda un largo trecho para ser un equipo fiable y que deja con la miel en los labios a Chicago Bulls y sin premio a Zach LaVine tras una actuación portentosa.

Chicago cierra su gira por California sin victorias, una injusta situación teniendo en cuenta que ha perdido 128-124 ante los Kings y 117-115 y 130-127 ante los todopoderosos Lakers y Clippers. Merecían los de Billy Donovan haber salido de la gira con algún triunfo. Han estado muy por encima de lo esperado. Como lo ha estado Zach LaVine, que se ha salido.

Esta vez, LaVine se ha ido a 45 puntos, 7 rebotes y 7 asistencias tras meter 10 triples y apurar las últimas opciones de su equipo en un gran último minuto.

Solo la clarividencia al descubierto, ya sin máscara, de Leonard y la templanza final de Paul George han salvado a unos Clippers menores, a años luz de lo que se le ha de pedir a este equipo.

Kawhi acabó el partido con 35 puntos y 7 triples de 9 intentos. Iguala su mejor marca de triples. Su tercer cuarto fue tremendo (21 puntos, su mejor marca en un cuarto). Y de paso el alero alcanza los 10.000 puntos en su carrera NBA. Noche redonda para él.

Paul George, decisivo también al final, sumó 28 puntos, 7 rebotes y 9 asistencias. Y Lou Williams compareció, que no es poco, porque andaba hasta ahora desaparecido en combate. Hizo 21 puntos. Por fin fue el Lou Williams de siempre.

En cuanto a Serge Ibaka, terminó con 10 puntos y 5 rebotes.

El final fue bien emocionante. Una canasta de Kawhi recién entrado el último minuto puso el 126-119. Parecía que todo el pescado estaba vendido, pero LaVine se negaba a que así fuera. El escolta visitante metió 6 puntos consecutivos -un 2+1 y un triple- para poner el 126-125 en el marcador. Y tuvo que ser el temple de Paul George con 4 libres sin fallo el que garantizara la victoria local, no sin antes sufrir una nueva intentona de LaVine, que con 128-125 en el marcador lanzó un triple para forzar la prórroga a falta de 7,5 segundos. Pero esta vez el tiro no entró.

Es difícil de explicar que un equipo que termina con un 61% de acierto en el tiro de campo acaba perdiendo el partido. Eso le ocurrió a los Bulls. Mató a Chicago el perder 22 balones. Ahí se dejaron el partido. Ahí y, en menor medida, en la cesión de 12 rechaces en su propio aro.

Ambos equipos, por otra parte, lanzaron muy bien de 3 (20 y 18 anotados, estando los dos equipos por encima del 50%).

En Chicago, además de LaVine, 18 puntos de Garrett Temple. El novato Patrick Williams hizo 17. Thaddeus Young, 14. Y Coby White terminó con 9 tantos, 8 rebotes y 13 asistencias.