Ricky Rubio afirma que no está cómodo en la pista y que no se divierte
El jugador reconoce su mal momento de juego y su influencia negativa en el equipo
Ricky Rubio parece completamente estancando en la presente temporada e incluso parece haber dado un paso atrás en su rendimiento en la cancha y en su aportación al juego de su equipo, Minnesota Timberwolves.
En las últimas jornadas, el bajón del jugador español aún se ha hecho más evidente. Sin ir más lejos, en la última derrota, en casa ante Sacramento Kings, acabó con 5 puntos, 5 asistencias y 5 pérdidas de balón y no jugó en el último cuarto porque así lo decidió su entrenador, Rick Adelman, que dejó en pista a José Juan Barea.
"No me siento cómodo en la pista... no me estoy divirtiendo como solía hacerlo", ha reconocido el jugador de El Masnou a la agencia de noticias Associated Press.
El internacional español reconoce que la situación no tiene otro culpable que él mismo. "Es culpa mía", señala, a la par que explica que su carácter obsesivo no le está beneficiando, un carácter obsesivo que le lleva, por ejemplo, a dormir mal después de un mal partido. Además, sabe que su deficiente rendimiento está perjudicando a un equipo que necesita sumar más victorias.
Sin continuidad
El base español ha tenido buenos partidos, pero ha carecido por completo de continuidad, enlazando a veces extensas rachas de malos partidos.
Sus promedios no han evolucionado. En los 38 partidos que ha jugador promedia 8,6 puntos, 8,1 asistencias, 4,6 rebotes y 2,7 robos de balón. En el lado positivo, su agresividad en el robo del balón y su mejora desde la línea de 3, desde donde acumula un 36,4% de acierto. En el negativo, su incapacidad para mejorar en el tiro de campo (tiene un paupérrimo 34,6%) y su paso atrás en ataque, pues promedia 2 puntos menos que en anteriores temporadas cuando el jugador se propuso este año tener un mayor protagonismo ofensivo.
Rick Adelman reconoce que el espíritu obsesivo de Rubio le está pasando factura, así como su extrema autoexigencia que le lleva a presionarse demasiado y darle muchas vueltas a la cabeza cuando falla. Aún así, confía en que su mal juego sea algo pasajero y considera que si el equipo no termina de arrancar no es solo por culpa de su base titular.
Minnesota tiene un balance de 18-20 y su gran asignatura pendiente son los finales apretados. ¡Porque ha perdido los 11 encuentros que se han resuelto por 4 o menos puntos!. Es decir, los Wolves o ganan fácil o no son capaces de ganar.