JORNADA NBA / PLAYOFFS 2013 (SEMIFINALES OESTE)
San Antonio Spurs accede a su octava final de conferencia en la era Duncan
Parker decide en la recta final del 6º partido y Spurs doblega por 4-2 a los Warriors
Spurs-Grizzlies, enfrentamiento inédito en las Finales de la Conferencia Oeste
San Antonio Spurs no falló. El equipo texano ganó el sexto partido a los Warriors y con un 4-2 accede a su octava final de conferencia desde que Tim Duncan aterrizó en el equipo. En esa final, que será inédita, le esperan unos neófitos en la materia: Memphis Grizzlies.
El equipo de San Antonio se impuso 82-94 gracias a su gran trabajo defensivo durante los 48 minutos, su notable movimiento de balón y el gran final de encuentro de Tony Parker, que estaba completando una de las peores actuaciones que se le recuerda. Parker metió 10 de sus 13 puntos en los últimos 5 minutos del encuentro.
En ese final, Gregg Popovich volvió a demostrar que es el entrenador con mayor personalidad de la NBA. Sentó a Tim Duncan, leyenda del equipo, a 4:28 del final y no le volvió a sacar. Tomó la decisión de meter a un hombre bajo, Manu Ginóbili, por él... y la apuesta le salió bien. En descargo de Popovich, pesó a favor la mentalidad nada polémica de Duncan y su extremo amor por su equipo.
Mientras, Golden State Warriors luchó hasta donde pudo, que no fue poco. Enormes sus playoffs. Anoche, al gran problema que supone un David Lee mermado se sumó el batacazo que se dio Harrison Barnes en el segundo cuarto, un golpe que cortó de raíz el buen partido que estaba haciendo.
Golden State 82 San Antonio 94 (2-4)
San Antonio no suele fallar en estas situaciones. Es cierto que tiene un equipo rejuvenecido, pero no lo es menos que una gran parte de la plantilla está habituada a la máxima presión desde hace años, incluidos varios jugadores que llegaron en las últimas temporadas.
El resultado de ello fue un equipo que tiró de mucho oficio, un equipo que defendió a un gran nivel y que tuvo aplomo en los momentos decisivos (su 21 de 25 en libres demuestra esa templanza).
Los Spurs dominaron todo el partido, con mayores o menores ventajas. Es cierto que no pasaron de los 13 tantos como máximo colchón en el luminoso, pero también hay que decir que ejercieron un control férreo sobre el juego a pesar de la desastrosa noche ofensiva de Tony Parker y el discreto papel anotador de Manu Ginóbili.
Sin embargo, los locales, que nunca se rindieron, apretaron en el último cuarto hasta ponerse a 2 puntos (75-77) a 4:52 del final con una cesta de Stephen Curry.
Entonces, el Oracle Arena creyó. Más aún cuando Tim Duncan perdió un balón y los visitantes se vieron obligados a pedir un tiempo muerto. De ese tiempo muerto salió la primera sorpresa. Saltó a la cancha Ginóbili y se sentó Duncan. Restaba 4:28 para el final. Duncan ya no se levantaría del banquillo más que para animar.
A partir de ahí, un giro radical en el juego. Parcial de 7-17 para Spurs que le dio la victoria. En los últimos 3 minutos y 40 segundos, ¡Parker anotó 10 puntos y los Warriors sólo 7!. Un Parker que llegó a ese momento con un 1 de 13 en el tiro de campo tras un horrible desempeño prolongado. Pero así son las estrellas, llegó el momento de la verdad y decidió el partido.
Mientras, Curry no estuvo afortunado en ese final y la defensa local, tampoco. Fue un desenlace ciertamente inesperado. Porque nadie hubiera apostado por una resurrección de tal calibre del base francés, ni por que Duncan fuera a ver la conclusión del choque desde la banda.
El triunfo dejaba al entrenador local, Mark Jackson, con los ojos acuosos, ¡qué pasión por su equipo la suya!, y a los Spurs con otra final de conferencia en el zurrón en esta era Popovich-Duncan que parece no tener fin y que permite situaciones de máxima confianza como la ocurrida entre ambos al final del partido, con esa decisión técnica que al final resultó irreprochable.
El partido había empezado con ritmo lento y exhibición de juego de Harrison Barnes, que venía de hacer 2 grandes partidos. Enormemente prometedor su inicio. Como lo fue el de Duncan, que anotó 7 de los primeros 12 puntos de su equipo. David Lee saltó con buen tino a la cancha y el cuarto inicial concluyó con 19-21.
En el segundo, la gran igualdad se trastocó cuando entraron en acción a todo trapo Gary Neal y Tiago Splitter. El acierto de ambos llevó el luminoso a un 23-33. A Golden State le pesaban sus pérdidas de balón. Los hombres altos de Spurs estaban haciendo mucho daño y el local Klay Thompson no anotó sus primeros puntos hasta la recta final de este segundo cuarto.
Fue en este período en el que llegó una jugada importante para el devenir del partido. El novato Harrison Barnes intentó taponar a Tim Duncan y se pegó un tremendo batacazo que incluyó un golpe en la cabeza. Tuvo que irse a vestuarios cuando era uno de los mejores de Golden State. Es cierto que salió en el tercer cuarto tras recibir 6 puntos de sutura, pero ya no fue el mismo. De hecho, en el cuarto cuarto volvió a darse de baja. Una baja muy importante para los Warriors.
Al descanso se había llegado con un 40-47. Golden State sufría la falta de aportación de sus exteriores desde el triple, problema que se prolongó durante todo el partido (sólo metieron 4). Y el tercer cuarto devolvió al equipo visitante un par de ventajas de 10 puntos y su máxima de 13 con un 48-61. Otra vez las pérdidas mataban a los chicos de Jackson, especialmente en el inicio del cuarto. Eso sí, los locales se agarraron al partido y alcanzaron el inicio del último cuarto sólo 7 abajo (59-66).
El partido era lento, defensivo, espeso… pero tenía tensión. Los Warriors iban a tirones. Los Spurs, mientras, no iban nada mal teniendo en cuenta la actuación aciaga en ataque de Parker y Ginóbili. Hasta que en el último cuarto, la ofensiva colectiva del equipo se detuvo hasta alcanzar la miseria por momentos. Los Warriors se pusieron a 3 a 10 minutos del final con un triple de Klay Thompson (67-70), San Antonio aguantó la situación, pero no pudo evitar que los locales se acercaran mucho después a ese ya mencionado 75-77 con 4:52 por jugar. El ataque visitante no funcionaba.
Entonces llegó ese tiempo muerto de Popovich, el cambio de Duncan, la resurrección de Parker, las buenas elecciones en el pase de Ginóbili, el acierto de un gran Kawhi Leonard (gran partido el suyo) y la victoria.
Acabó el partido con Duncan en 19 puntos y un Leonard que se fue a 16 puntos y 10 rebotes y que fue esencial cuando las figuras no funcionaron. Tiago Splitter completó su mejor partido de playoffs con 14 tantos, Boris Diaw tuvo buenos minutos defensivos sobre Klay Thompson y Manu Ginóbili acabó con sólo 5 puntos (1 de 6 en el tiro), pero con 6 rebotes y 11 fantásticas asistencias.
En los Warriors, 22 puntos con 6 asistencias de Curry, 15 puntos de Jarrett Jack y buenos minutos de Carl Landry y de David Lee (9 puntos y 5 rebotes en 12 minutos), aunque tuviera sus irregularidades. Al equipo le pesó la desaparición obligada de Barnes y los malos partidos de Thompson y Andrew Bogut. Los Warriors dicen adiós a la competición con la cabeza bien alta y los Spurs ya piensan en los Grizzlies.