JORNADA NBA / TEMPORADA REGULAR 2009-2010
43 puntos mágicos de Ginóbili destrozan a Orlando Magic
Milwaukee pierde en la prórroga en el regreso de Carlos Delfino
Oberto fue titular en la derrota de los Wizards ante Chicago
Emanuel Ginóbili no tiene límites a sus 32 años. Anoche, con la ayuda de Duncan, destrozó a Orlando Magic, uno de los equipos punteros de la liga, al que endosó 43 puntos en 35 minutos de juego. No anotaba tanto el argentino desde hace algo más de 2 años.
Mientras, Carlos Delfino volvió a jugar tras su preocupante lesión al ser pisado en el cuello. Lo hizo bien, pero su equipo perdió en la prórroga ante Charlotte. Y otro argentino, Oberto, fue titular en una nueva derrota de sus Wizards, esta vez ante los Bulls.
Volviendo a Ginóbili, fue en febrero de 2008 cuando Manu hizo otra anotación de este calibre al lograr 44 puntos. Desde entonces no había alcanzado o superado los 40, aunque en algunas ocasiones se había quedado al borde.
Grandioso papel el del internacional albiceleste desde que tomara en marzo el puesto de titular tras la baja de Tony Parker. Desde entonces promedia 25 puntos y todo apunta a que su renovación este verano va a tener que ser asumida al alza. Los Spurs se tendrán que rascar el bolsillo si quieren reternerle.
San Antonio 112 Orlando 100
Importante victoria de San Antonio ante uno de los equipos más competitivos de la liga, pero para competitivos Ginóbili y Duncan, que arruinaron la noche de los Magic y de su estrella, Dwight Howard, que vivió un partido de pesadilla.
Todo empezó ya mal para el monstruoso pívot de Orlando, que se lastimó un dedo al inicio del choque. Y todo fue a peor. Sólo pudo jugar 24 minutos debido a las faltas personales (terminó siendo eliminado), sus números fueron pobrísimos (10 puntos y 6 rebotes), Duncan le dio una lección magistral de juego durante toda la noche y, por si fuera poco, sufrió de manos de Popovich la versión propia del Hack-a-Shaq, un Hack-a-Howard que derivó en una serie de 2 de 6 en el tiro libre en el último cuarto para un total horripilante de 2 de 11.
Una orden de hacer falta, la de Popovich, ejercida por cierto desde la distancia, pues el técnico fue expulsado por los árbitros en la primera parte.
Al final, cuando restaban 3 minutos para la conclusión, hizo Howard su sexta falta y fue eliminado. La frustración se reflejaba en su rostro. El jugador que provocó esa sexta personal, Ginóbili, cómo no.
Al otro lado del campo, dos colosos: Ginóbili y Duncan. En primer término, el de Bahía Blanca, sensacional en todas sus acciones.
Lanzó Manu 42 tiros en 35 minutos, un despliegue físico brutal que demuestra que el cuerpo de Ginóbili vuelve a ser el de antaño y cuando físico y mente van parejos en el argentino, éste es imparable. Lo fue ayer. Sus números así lo atestiguan: 43 puntos, 6 rebotes y 5 asistencias, 1 robo por 2 pérdidas, 13 de 25 en el tiro de campo -con 3 de 6 en el triple- y 14 de 17 en los libres. Todo ello suma 38 de valoración. Pero ningún número es capaz de mostrar la ascendencia en el juego del genio austral.
El bahiense resultó crucial en cada una de sus decisiones y en cada una de las acciones que ejecutaron esas decisiones. Las hizo de todos los colores, desde el rango más lejano del perímetro, desde la pintura, penetrando con decisión hacia el aro, entrando en la zona, dividiendo y doblando, fragmentando una defensa normalmente sólida que esta vez recibió 112 puntos, 62 de ellos hechos en la pintura. Una sangría.
Van Gundy lo intentó todo contra el argentino. Él mismo lo dijo al final del partido: “Puse a 3 jugadores diferentes sobre él... nadie pudo pararle”. Y al final del partido se oyó en la grada un cántico celestial dirigido a Ginóbili, un canto de los aficionados que decía “MVP, MVP...”. Nadie en San Antonio quiere dejar escapar a Manu.
Luego vino Duncan, majestuoso y sereno. El ala-pívot de los Spurs que siempre juega de pívot terminó con 23 puntos y 8 rebotes con 10 de 12 en el tiro de campo, pero su papel va más allá también de esos números, pues hizo 12 tantos cruciales en el último cuarto y mostró a Howard el camino del baloncesto, un deporte en el que el hercúleo pívot tiene mucho que aprender de su sesudo rival.
Los locales lograron un pequeño hueco tras un gran tercer cuarto -33 a 22- y luego supieron aguantar las arremetidas del rival con total solvencia. Lo hicieron con un control excelente del balón, dañando a los Magic en la pintura -ausente tantos minutos Howard- y tirando de Ginóbili, Duncan y, en tercer término, de un buen Bonner (15 puntos y 6 rebotes desde la banca).
Orlando cedió ante un equipo que, no olvidemos, sigue sin Parker. Lo hizo porque no dispuso del mejor Howard ni del mejor Carter. Lewis, 18 tantos con 4 de 7 triples, fue su máximo encestador junto a un enorme Pietrus, en gran forma, que los logró en 23 minutos. J.J.Redick y Nelson sumaron 15 por cabeza.
Charlotte 87 Milwaukee 86 (tras prórroga)
Regresó Delfino y lo hizo con buen cuerpo. Se le vio físicamente bastante bien, algo que constituye una gran noticia si se tiene en cuenta el susto que todos nos llevamos cuando hace unas jornadas le vimos inmóvil en el suelo tras haber sufrido un pisotón involuntario en el cuello.
Buenas noticias en lo personal para el santafesino, que respondió bien a nivel individual. Tan bien le vio Skiles, que le dio 41 minutos de juego en los que el escolta respondió con 14 puntos, 4 rebotes y 2 asistencias, a los que añadió 1 tapón y 1 robo, si bien su punto de mira en el tiro no fue todo lo correcto de otras veces desde el triple: 2 de 8.
El partido resultó igualado al máximo y ultradefensivo. De la agresividad de las retaguardias da fe una cifra increíble, los 22 tapones que se pusieron en el encuentro (12 los locales y 10 los visitantes). Y es que las defensas, sin duda, pudieron con los ataques.
De hecho, Charlotte ganó anotando un 37,5% de sus tiros y estando más acertado de 3 que de 2. Ganó también porque tuvo un sólido juego de conjunto en el que todos defendieron y todos anotaron, los 10 que jugaron, si bien esta vez el sistema de Larry Brown se basó ofensivamente en sólo 1 hombre rodeado de un gran número de compañeros en labores complementarias.
Ese hombre fue Stephen Jackson, pletórico con 32 puntos, el único referente ofensivo sólido del equipo de Carolina del Norte.
El partido tuvo que decidirse en la prórroga, pues llegó a los primeros 48 minutos con empate a 80. Una canasta de Salmons a 10 segundos del final igualó el marcador y Felton no supo desequilibrarlo en la jugada siguiente.
Luego llegaron los 5 minutos extra, que arrancaron con canasta de Delfino, pero terminaron en derrota de los suyos. Jackson y Salmons, los dos mejores, cerraron los últimos puntos del partido y con 87-86 en el luminoso Mbah a Moute hizo una falta sobre Jackson cuando apenas quedaba 1 segundo para que concluyera la posesión de la jugada. Fue ahí, la falta no fue de tiro, cuando los visitantes despreciaron sus últimas opciones de victoria.
En los Bucks, sus dos hombres más importantes fueron Salmons -28 puntos, 5 rebotes y 5 asistencias- y Bogut -19 puntos, 12 rebotes y 7 tapones-.
Washington 87 Chicago 95
Nueva derrota de los Wizards, en los que Oberto fue titular, disputó 16 minutos y acabó con 4 tantos, 3 rebotes y 2 asistencias.
Partido con escasos alicientes para los locales, pero con mucho en juego para los visitantes, que aún persiguen la meta de colarse en la octava posición del Este y competir en playoffs, algo que sigue estando complicado.
El partido se decidió en un cuarto final en el que Washington anotó 12 puntos y cavó su tumba. Y es que ni Blatche -18 puntos, 13 rebotes, 7 asistencias, pero 7 de 20 en el tiro-, ni Mike Miller (15 tantos, 7 asistencias y 5 rebotes), ni el buen papel del suplente JaVale McGee sirvió para evitar una nueva derrota.
En Chicago, los mejores fueron Derrick Rose (24 puntos) y Taj Gibson (14 con 16 rebotes y 4 tapones).