Ginóbili lidera con 22 puntos otro triunfo de unos Spurs en mejoría

La buena salud de San Antonio Spurs corre paralela a la buena salud de Emanuel Ginóbili. El escolta argentino es el verdadero termómetro de estos Spurs, que no hacen más que encadenar victorias desde que el de Bahía Blanca se ha reencontrado con su mejor físico.

Otra vez Ginóbili fue el actor principal de una victoria Spur que se basó en una notabilísima defensa. Gino lideró el triunfo con 22 puntos y supo qué hacer en cada momento del partido.

Mientras, en el otro lado de la cancha, impotencia. Los Miami Heat dirigidos por Carlos Arroyo encallaron en el ataque y con 76 puntos cavaron su tumba.

En Denver, ganaron los Nuggets a unos Wizards de medio pelo en los que no jugó Fabri Oberto.

Y en Arizona, fiesta del exceso protagonizada por los Suns, más soleados que nunca. El equipo de Nash le endosó a Minnesota ¡152 puntos!. Se trata de la mejor marca anotadora de la temporada.

Miami 76 San Antonio 88

Los Heat nada pudieron hacer ante el entramado defensivo de Popovich y los suyos. Y es que el 14-29 con el que acabó el primer cuarto fue ya todo un indicio de por donde iban a ir los tiros. Toda una declaración de principios del equipo texano, que decidió la contienda en los primeros 24 minutos.

Porque se llegó al descanso con un concluyente 37 a 55. Para entonces, los Spurs ya habían dejado en la grada una impresión inequívoca, la medida de su fuerza le quedaba grande a estos Heat.

Y es que los de San Antonio habían vapuleado al rival sin poder contar con el lesionado Parker y con el gran Tim Duncan yéndose a los vestuarios con 0 puntos tras errar sus 5 intentos de canasta. Ante tamaño lastre, fueron Jefferson, Hill y, especialmente, Ginóbili los que tiraron del carro.

Ginóbili los siguió haciendo en la segunda parte hasta erigirse en el líder indiscutible de su equipo con 22 puntos, 5 rebotes y 2 robos en 36 minutos, y tirando a canasta con criterio tanto de 3 como de 2 y de 1. Desde que es titular, su estrella cada día alumbra más.

Así lo reconoció Popovich al final del partido. Al veterano técnico se le veía en los ojos también un brillo especial, porque todos sabemos que Manu es su ojito derecho. Le puso por las nubes, pocas veces ha salido del viejo Popo tal catarata de halagos, todos para Gino. Y es que el 'Manudo' lo hizo todo con criterio y con amor a victoria.

Se emparejó muchos minutos Ginóbili con Arroyo en la cancha, porque a todos los efectos el argentino fue el base titular de los visitantes. Y no hubo color. El armador boricua no tuvo anoche una actuación para recordar. Poco clarividente en la ofensiva, no supo romper con su dirección la trama defensiva del rival. Hizo al final 8 puntos y 3 asistencias en 30 minutos, pero eso poco importa cuando tu equipo anota 76 puntos.

Miami se quedó en un 38,5% en el tiro de campo y erró 13 de los 16 triples que ejecutó, solo dio 11 asistencias en los 48 minutos de juego y no supo qué hacer con la bola.

Solo Wade tuvo criterio (28 puntos). El resto, salvo algunos destellos de O'Neal y Haslem, prescindibles. Sobretodo jugadores como Beasley, Richardson o Chalmers, que anduvieron dormidos.

San Antonio fue otra cosa, pura concentración en un partido de mucha defensa y poco acierto creativo. Además de Ginóbili, brillaron los citados George Hill y Richard Jefferson, con 16 y 15 puntos. Duncan enderezó su rumbo en la segunda parte (12 puntos y 11 rebotes). Y los suplentes no dieron nada a la victoria.

Al final la victoria texana fue holgada y hay que defender mucho para ganar cómodo anotando solo 88 puntos.

Denver 97 Washington 87

No jugó Oberto en el regreso a las pistas del entrenador local, George Karl, ausente unos días por su tratamiento contra el cáncer. Un regreso que sus jugadores celebraron con victoria.

No jugó Oberto en los Wizards y poco importó en este equipo de medio pelo, en el que a una primera parte convincente en la que lucharon por el triunfo, le siguió la más cruda realidad. Y con una 58-42 de parcial en la segunda mitad se le acabaron las esperanzas a los del distrito federal, embarcados en una temporada triste, casi dramática.

El Pepsi Center vio la victoria 46 de los suyos en la presente temporada a pesar de que los locales anotaron 3 de 18 en el triple, desastre que equilibraron con su buena mano en el doble (34 de 55).

El encuentro se decidió en el último cuarto y la mano que lo hizo fue la de un gran Carmelo Anthony, que venía de anotar 45 y perder. Esta vez, se quedó en 29 con 12 rebotes, pero ganó.

Junto a él, J.R.Smith -17 tantos, aunque 1 de 7 en el triple- y Nene -16- Y los Nuggets ganaron sin juego interior -faltaban Martin y Andersen- y con un Billups ciertamente desafortunado: 2 asistencias y 0 de 6 en el triple.

Los Wizards, mal. A pesar de los esfuerzos empleados por Blatche -23 puntos y 8 rebotes-, Thornton -16- y un estupendo Alonzo Gee -13 y 10 rebotes-. Sus únicas referencias meritorias. Y eso que no fue de los peores partidos de Washington, que solo perdió por 10 en una de las canchas más duras de la NBA.

Phoenix, mejor registro anotador

Monumento al exceso en el US Airways Center: Phoenix 152 Minnesota 114. Récord anotador de la temporada de unos Suns desmelenados, que lograron 79 puntos en la primera parte y 73 en la segunda tras anotar un 56% lanzando 98 veces a canasta, hacer 15 triples y terminar con una increíble relación asistencias-pérdidas (37-7).

Hasta 8 jugadores locales anotaron 10 o más puntos, con 3 superando la veintena. Todo estuvo muy repartido. Jason Richardson hizo 27 puntos en 29 minutos con 6 triples, Stoudemire añadió 25 en 27 minutos y Amudson se permitió el lujo de hacer 20 y 7 rebotes en 20 minutos.

Además, Frye logró 14 en 17 minutos en los que hizo 4 triples y Nash dio 14 pases de canasta en 24 minutos. Pero la mejor noticia para los Suns fue ver jugar al brasileño Barbosa tras haber estado 23 partidos ausente por lesión.

Minnesota fue un auténtico coladero. Defensa de papel, prácticamente ridícula, que llenó de estupor a su entrenador, Kurt Rambis. Al menos, Corey Brewer y Ryan Gomes, con 21 y 18 puntos, aprovecharon para hacer sus numeritos. Aunque el numerito defensivo fuera penoso.