Fue un momento de felicidad teñido de preocupación. Minnesota Timberwolves consiguió anoche pasar la primera ronda de playoffs a lo grande, endosando un 4-0 a Phoenix Suns, pero a la vez perdió a su entrenador, Chris Finch, por lesión.
Ya informamos de la misma en la crónica del partido. Hecho insólito. Faltaba 1:41 para acabar el partido. Marcador 113-117 a favor de Timberwolves. Máxima presión, máxima tensión. Y sucedió la jugada inimaginada: Mike Conley botaba a la carrera, sufrió un desequilibrio causado por Devin Booker y se estrelló contra su entrenador, que estaba de pie en la banda dirigiendo el partido.
De inmediato se vio que era algo serio. Finch cayó al suelo y se echó mano a la rodilla derecha con evidentes gestos de dolor. Se hizo un corrillo en torno a él, le atendieron los médicos y tuvo que abandonar la pista camino de los vestuarios ayudado por varias miembros del equipo. Iba renqueante, se le veía mal.
Minnesota consiguió centrarse tras tan aparatoso accidente y ganó 116-122 en Phoenix, lo que tiene su mérito.
Después del partido ya se supo el alcance de la lesión: rotura del tendón rotuliano de la rodilla derecha. Una lesión que le obligará a pasar por el quirófano y que le va a alejar de la banda a Finch en un momento clave de la temporada, cuando Minnesota está a la espera de conocer su rival en semifinales de conferencia: o Nuggets o Lakers, con todas las papeletas para que sea Denver.