A dos días del comienzo de la temporada toca repasar lo que puede dar de sí la temporada. Nos centramos en la Conferencia Este, una conferencia en la que Milwaukee Bucks está llamado a liderar la competición, con Boston Celtics y Miami Heat como claros aspirantes al cetro virtual de los de Wisconsin.
La llegada de Damian Lillard a un equipo que la pasada temporada consiguió 58 victorias es un efecto determinante para reforzar el poderío de una escuadra que, bajo el liderazgo indiscutible de Giannis Antetokounmpo, solo presente un gran interrogante: su entrenador.
Acabó la etapa de Mike Budenholzer, con título incluido en 2021, y llega la primera oportunidad para Adrian Griffin, un técnico que ha demostrado un gran desempeño en sus muchos años como asistente, pero que nunca había tenido la ocasión de dirigir a un equipo NBA. Y los primeros problemas ya han surgido hace unos días, con la renuncia de Terry Stotts, un ayudante de auténtico lujo que se ha bajado del proyecto.
Más allá de eso, el dúo Antetokounmpo-Lillard puede causar estragos, con el segundo abriendo la pista para el primero, y tener a Khris Middleton como tercera espada -veremos cómo anda su físico- es todo un lujazo. Pero es que además Milwaukee cuenta con una plantilla profunda y equilibrada, sumándose a ese big three jugadores como Brook Lopez, Bobby Portis, Jae Crowder o Pat Connaughton, y llegando buenas adiciones a la segunda unidad como Malik Beasley y Cameron Payne. Es, sin duda, el equipo a batir.
Celtics y Heat
Son los únicos equipos que parecen tener materia para intentar poner en aprietos a Milwaukee, aunque Boston presenta una falla importante: tiene un gran big four, pero ofrece una notable carestía cuando uno mira su segunda unidad. Y eso en una temporada a 82 partidos puede ser una sangría.
Las llegadas de Jrue Holiday y Kristaps Porzingis para unirse a Jayson Tatum y Jaylen Brown hacen de Boston un equipo temible, pero cuando uno analiza la plantilla en manos de Joe Mazzulla se hace evidente que los Celtics han perdido bastante profundidad con las salidas de Malcolm Brogdon, Marcus Smart, Grant Williams y Robert Williams III, y esa pérdida incluye un buen caudal de potencia defensiva. Como lleguen las lesiones las alarmas se pueden encender de inmediato.
Miami Heat es otra cosa. Es un equipo que no ofrece fisuras como equipo, una escuadra altamente competitiva amparada en el poder de Jimmy Butler, Bam Adebayo y Tyler Herro, y con un piloto a los mandos de un excelso nivel, como es el técnico Erik Spoelstra. Nadie puede hacer de menos a un equipo capaz de casi no entrar en playoffs y luego plantarse en las Finales. Y a diferencia de Boston, Miami sí tiene un plantel bien definido, con 11 jugadores que se mantienen de la pasada temporada, con su núcleo duro sin apenas alteraciones.
¿Y después... qué equipos?
Lo que viene después de Bucks, Celtics y Heat no está claro. La escuadra llamada a ser cuarta por evolución y continuidad es Cleveland Cavaliers, un conjunto que a su notable grupo joven ha añadido este verano a dos tiradores de muy buen nivel: Max Strus y Georges Niang.
Ese no está claro se refiere más bien a otros equipos. Escuadras como Sixers o Bulls.
Los primeros siguen teniendo un notable conjunto, a lo que se suma la llegada de un técnico de garantías como es Nick Nurse, pero el asunto Harden está haciendo mucho daño a la crecibilidad del equipo. Más allá de que se marche o no, tener a un Harden implicado en el proyecto o no tenerlo supone un antes y un después para Sixers, cuyo líder, Joel Embiid, se tendrá que apoyar en Tyrese Maxey y, en menor medida, en Tobias Harris, mientras Harden desaparece de la ecuación ofensiva. Un dolor de muelas. Han llegado al equipo Patrick Beverley, Danny Green y Kelly Oubre Jr. Experiencia no les falta, pero...
Los segundos parecen un proyecto agotado, o al menos un proyecto que precisaría una buena capa de pintura. El trío DeRozan-LaVine-Vucevic naufragó la pasada temporada, y no parece que Billy Donovan esté en condiciones de levantarlo.
Un equipo en el que hay que creer son los Knicks, porque es una apuesta ensamblada, con los criterios muy claros a partir de las directrices de Tom Thibodeau, y porque Jalen Brunson llegó la pasada campaña a lo grande a la Gran Manzana para quedarse, tomando de una forma ejemplar las riendas del equipo.
Brooklyn e Indiana son escuadras sin grandes estrellas pero con bloques pétreos configurados por jugadores de gran valía.
Los Nets tienen un plantel muy completo, y están a la espera de que Ben Simmons se acerque a sus propias declaraciones, que por ahora todavía parecen un canto al vacío.
Mientras, los Pacers de Rick Carlisle son un equipo muy a seguir. Porque a los Haliburton, Mathurin, Hield y Turner, se añaden esta temporada el campeón Bruce Brown y Obi Toppin, dos adquisiciones muy interesantes. Aunque con los Pacers suele pasar que las pequeñas expectativas que generan caen pronto en saco roto. Veremos.
Luego está Atlanta, equipo de complicado pronóstico. Trae Young no está suficientemente acompañado para asegurar el éxito. Veremos qué puede hacer Quin Snyder con estos Hawks. Son una auténtica incógnita, si bien su recorrido no parece que vaya a ser largo.
La juventud de Pistons y Magic
Habrá que estar pendientes de la evolución de Detroit y Orlando, dos conjuntos cargados de juventud y talento, dos escuadras llamadas a mejorar.
Detroit es un batiburrillo dificilmente definible. Su plantilla está configurada como un pequeño caos. Habrá que estar pendientes de los hasta ahora decepcionantes Marvin Bagley III y James Wiseman, pero sobre todo habrá que poner el radar en Cade Cunningham, porque puede ser su año. La llegada de Ausar Thompson parece interesante en un equipo cargado de jóvenes hombres altos, mientras que habrá que ver el desarrollo de Jalen Duren y Jaden Ivey. Todo este pequeño gran cacao está en manos de Monty Williams.
En cuanto a Orlando, Paolo Banchero y Franz Wagner tienen que ser sus líderes en ascenso, a la espera de que Jalen Suggs o Markelle Fultz sigan creciendo o permanezcan estancados. Pero no parece que estos Magic puedan aspirar todavía a logros significativos, entendiendo logros significativos el estar cerca de los playoffs.
Toronto Raptors es un equipo que no dice gran cosa. Tiene nuevo entrenador, se fue Fred VanVleet y no se ve un esperanzador panorama en el horizonte, tal y como le pasa a Charlotte Hornets, una escuadra en la que LaMelo Ball no va a hacer milagros y en la que el número 2 del draft, Brandon Miller, genera dudas.
Y luego tenemos a los Wizards, franquicia que parece destinada a buscar el draft dada su fragilidad actual, un equipo que a buen seguro deambulará por los últimos puestos de su conferencia.