Celebración por todo lo alto en las calles de Denver. Los Nuggets protagonizaron el clásico desfile de celebración que lleva a cabo el equipo que gana el título. Esta vez la celebración tenía una alta carga emotiva al ser el primer título de la NBA de la franquicia.
Masivo seguimiento en las calles. La comitiva impregnó de fiesta a la Mile High City en una mañana calurosa en todos los sentidos.
Atravesaron los Nuggets el downtown hasta terminar en el Civic Center Park. Miles y miles y miles de aficionados se agolpaban en las aceras para compartir su felicidad con los jugadores, el cuerpo técnico y los directivos del club.
El vehículo descapotable que transportaba a los Nuggets tenía como cabezas visibles a Nikola Jokic y Jamal Murray, a cuyo lado estaban tanto la copa de campeones como el trofeo de MVP de las Finales.
Tras 47 años de espera llegó el gran día. No faltó la cerveza y tampoco los puros. Consumo festivo. Kentavious Caldwell-Pope vistiendo una llamativa camisa plagada de colores y embadurnándose de cerveza el torso desnudo. El joven Christian Braun echándose a correr por las calles chocando los cinco con los aficionados que se agolpaban tras las vallas. Aaron Gordon disfrutando de su puro, como el bueno de Jamal Murray, que no lo soltó ni siquiera cuando dio su discurso. Michael Malone hablando a cámara con su esposa al lado y con un collar de rapero colgado al cuello... y Jokic a lo suyo: tranquilo, feliz, con su hija en brazos, festejando a su modo. Le hubiera gustado volverse a Serbia, pero también se mostraba alegre en Denver. Él es así.
Discursos de Jokic, de Murray, de Malone, de Jeff Green, de Calvin Booth... No hay que olvidarse de Calvin Booth, el exjugador de la NBA y actual general manager de Nuggets, porque él también tiene una buena parte de culpa en este gran éxito.
Bullían las calles, sonaba la música, gritaba la gente, sonreían los protagonistas del título.
Entre los jugadores solo uno, Caldwell-Pope, ya tenía la experiencia de haber ganado un título, pero no pudo celebrarlo en las calles, porque fue en 2020 con los Lakers y el planeta estaba en plena pandemia.
El resto estaban ante su primer anillo. Especial mención para los más veteranos, jugadores como Jeff Green (36 años), DeAndre Jordan (34), Ish Smith (34) o Reggie Jackson (33) Todos demasiado acostumbrados a cambiar de ciudad para seguir jugando en la NBA.
Green estaba eufórico. Ya había jugado unas Finales antes, pero las perdió. Un clásico de la NBA con 11 equipos en su trayectoria.
Jordan está muy lejos de su mundo Clipper, cuando fue All-Star, cuando entró en el Mejor Equipo All-NBA, cuando fue 2 veces integrante del Primer Equipo Defensivo. Desde 2018, ya en plena decadencia, ha pasado por 6 equipos.
Smith es un todoterreno que ha estado presente en mil batallas. Ha jugado en 13 equipos en sus 13 temporadas NBA. Siempre respondiendo desde la segunda unidad. Regular hasta la médula. Nada menos que 762 partidos de temporada regular a sus espaldas para degustar por fin un título.
Y Reggie Jackson llegó al equipo mediada la temporada procedente de Clippers. Raro para él no jugar prácticamente en los playoffs. Pero un anillo en sus dedos.
De los 4, solo Green estuvo permanentemente en la rotación. Pero todos logran tras una larga trayectoria su mayor éxito.
Este es el equipo de Jokic, Murray y Malone. También de Porter Jr. y Gordon. Y también de Bruce Brown, que ha sido un jugador clave a la hora de darle a esta escuadra una fortaleza a su suplencia.
Todos ellos han vivido un día muy especial. Un día inolvidable no solo para los Nuggets, sino también para la ciudad de Denver.