Otro partido con clutch ganado por Miami Heat. Otra muestra de carácter del equipo de Erik Spoelstra. Golpe de efecto en las Finales 2023: Miami rompió el fortín inexpugnable del Ball Arena y dejó a los Nuggets pensativos.
No perdía Denver en casa desde el 30 de marzo y sumaba un perfecto 9-0 como local en los playoffs. Pero fue incapaz de llegar al 10-0 sin retorno, esas 10 victorias sin derrotas en casa en la postemporada de las que todos los equipos que las lograron en la historia de la NBA salieron campeones. Miami puso un cortafuegos a la historia.
Partido físico, muy físico; exigente, muy exigente. Ríspido por momentos, con ricas alternativas, estimulante desde el punto de vista de los límites psicológicos. Partido de verdad, de esos que para jugarlos hay que ser muy jugador de playoff, y triunfo de Miami Heat 108-111 para poner el 1-1 en las Finales y desactivar el factor cancha, tal y como hizo anteriormente ante Bucks, Knicks y Celtics.
Denver llegó al inicio del cuarto final con 8 puntos de ventaja. Esta temporada cuando había ocurrido eso -llegar al inicio del cuarto final con 8 o más puntos de colchón- su marca había sido de 37-1. Pero a Miami le importa poco la historia, porque para estos Heat la estadística es un objeto que quebrar. No en vano están aquí siendo el octavo equipo del Este, llegando a estas instancias desde el play-in.
Sin Tyler Herro, sin Victor Oladipo, con Caleb Martin limitado por la enfermedad, con el ambiente del Ball Arena y su milla de altura en contra y con Nikola Jokic anotando 41 puntos. Las circunstancias adversas no pueden ser un impedimento. El equipo de Spoelstra está curtido, es una escuadra llamada a buscar los límites de su indiscutible fortaleza mental.
Gabe Vincent anotó 23 puntos, Bam Adebayo firmó 21 puntos y 9 rebotes, Jimmy Butler logró 21 puntos y 9 asistencias, Max Strus abrió el partido reivindicándose tras su horrible primer juego, metiendo 4 triples en el primer cuarto tras el 0 de 9 del partido inaugural, y Duncan Robinson emergió en el momento decisivo, en el inicio del último cuarto.
Miami Heat olvidó su calamitosa jornada de tiro del primer partido y se despachó con un gran 17 de 35 desde el triple. Y metiendo triples la cosa cambió.
Denver, por el contrario, se vino abajo en el cuarto final tras dominar los centrales, y de nada sirvieron los 41 puntos y 11 rebotes de un Nikola Jokic que lanzó 28 tiros y al que la defensa de Miami llevó a perder más balones, 5, que asistencias dio, 4. Jamal Murray fue su único apoyo con 18 puntos y 10 asistencias, brillando solamente cuando Jimmy Butler no estuvo en cancha.
En el lado más negativo, la penosa actuación de Michael Porter Jr., que acabó con 5 puntos.
El partido tuvo muchos partidos. Un primer cuarto en el que Miami llegó a tener 11 puntos de ventaja tras un inicio muy convincente. Un segundo en el que Denver se puso 15 arriba (50-35) tras encadenar entre los dos cuartos un parcial de 40-14, con un 27-9 en el cuarto. Un tercer cuarto dominado por Jokic, que anotó 18 puntos en el período e hizo un portentoso coast to coast para dejar sin efecto la reacción rival y terminar el cuarto ganando Denver 83-75. Y un último cuarto en el que Miami puso en evidencia su fortaleza mental, su capacidad defensiva y su sentido disruptivo.
Arrancó el cuarto final con parcial de 6-20, con Robinson encendido. Y la apuesta visitante no cesó. Un 2+1 de Butler, un triple de Kyle Lowry, un 2+1 con mate de Adebayo, un triple de Caleb Martin... y la defensa de Denver quebró, adquiriendo Miami su máxima ventaja del partido, 12 puntos con un 95-107.
Denver estaba encallado. Pero llegaron los triples de Aaron Gordon y Murray para poner el 106-109. Kentavious Caldwell-Pope cometió su sexta falta, Adebayo puso el 106-111 desde los libres, Jokic superó los 40 para el 108-111 y fallaron las jugadas finales Butler y Murray, errando sendos triples, el de Murray buscando la prórroga.
El arbitraje, mientras, sigue extrañas vías en estas Finales. A Denver solo le pitaron 8 faltas en todo el primer partido (2 libres tuvo Miami) y nada menos que le cayeron 11 faltas solo en el cuarto final de este segundo juego. Difícil de explicar ambas cosas.
Miami evita con la victoria el 2-0 de difícil retorno (el 86% de las veces un 2-0 equivalió a ser después campeones). Y las Finales viajan a Florida con las espadas en todo lo alto, bajando de las montañas a la playa, desde los 1.609 metros de altura al nivel del mar.