El castigo se ha limitado al aspecto pecuniario. Dallas Mavericks tendrá que afrontar una multa de 750.000 dólares por su simulacro competitivo en su penúltimo partido de temporada regular ante Chicago Bulls, un encuentro que se saldó con derrota y con la eliminación del equipo texano.
Dallas optó por priorizar una buena posición en el próximo draft frente a seguir luchando hasta última hora para estar en el play-in.
Para ello reservó a Kyrie Irving, Tim Hardaway Jr., Christian Wood, Maxi Kleber y Josh Green, además de poner en juego a Luka Doncic solo los 13 minutos iniciales del partido. Por si fuera poco, Jaden Hardy y Markieff Morris, que habían brillado en la primera parte, no vieron pista en la segunda.
La NBA no considera que los jugadores que estuvieron en la cancha jugaran para perder, lo que hubiera acarreado una sanción más grave, pero sí considera que el modo de afrontar el encuentro, con todas esas bajas en un partido crucial, supone un perjuicio para la imagen de la competición.
"La decisión de Mavericks de restringir la participación de jugadores clave en un juego de eliminación el viernes pasado ante Chicago socava la integridad de nuestro deporte", reza un comunicado firmado por el vicepresidente ejecutivo de la NBA, el exjugador Joe Dumars.
La liga abrió una investigación a raíz de lo sucedido y tras examinar los hechos concluye que las acciones de Dallas Mavericks supusieron una conducta perjudicial para la competición, motivo por el cual se sanciona a las franquicia.
Dallas evita así una sanción mucho más dura, como la que hubiera consistido en aplicarle limitaciones respecto al próximo draft, decidiendo tan solo aplicar una multa. Eso sí, una multa ciertamente cuantiosa.