Siguiendo los pasos de Ja Morant, LeBron James regresó de sus 4 semanas de baja como suplente, una extravagancia convertida en nadería, ya que los Lakers perdieron un partido importante en casa ante Chicago Bulls.
Segunda suplencia de LeBron en sus 20 años de carrera NBA (la primera tuvo lugar en el curso 2007-2008 cuando jugaba en los Cavs). Eso sí, jugó 30 minutos y fue el máximo anotador de su equipo con 19 puntos, que acompañó con 8 rebotes.
James venía de perderse 13 partidos en los que Lakers había firmado una marca de 8-5.
Cuando parecía que Lakers tomaba carrerilla, llegó una derrota de impacto debido a la altura de la temporada en la que estamos, más aún cuando Lakers fue incapaz de sacar rédito de la expulsión en el segundo cuarto de Nikola Vucevic por una doble técnica que Billy Donovan dijo no entender teniendo en cuenta que estaba protestando en serbio. El montenegrino solo pudo jugar 15 minutos.
Volvió a ausentarse D'Angelo Russell y se desinfló como un mal globo Anthony Davis, que venía de hacer partidos audaces y brillantes. Ante Bulls solo lanzó 8 veces a canasta para terminar con 15 puntos y 9 rebotes.
Definitorias en Bulls las actuaciones de Zach LaVine (32 puntos con 13 de 19 en el tiro) y sus suplentes, que dominaron el marcador con Coby White y Andre Drummond al frente.
DeMar DeRozan firmó 17 puntos y 10 asistencias en unos Bulls que acumulan ya 7 victorias en sus últimos 9 partidos.
Se enfrentaban dos equipos que se han mantenido durante toda la temporada a la deriva, pero que aún albergan esperanzas de futuro. Ambos están en puestos de play-in. Bulls en el Este con 36-38 y Lakers en el Oeste con 37-38.
Lakers desperdició la ocasión de ponerse por encima del 50% de victorias, algo que no logra desde enero de 2022, lo que da una idea del desbarre competitivo por el que camina la franquicia, que entre despachos, cuerpo técnico y jugadores está hecho un carajal.
Uno de esos jugadores fue Patrick Beverley, ahora en Bulls, un Beverley que se midió a su exequipo sumando 10 puntos y 5 asistencias, y atreviéndose a hacerle el gesto a LeBron de "too small" tras anotar una canasta ante él. Es Patrick Beverley, nada que pueda sorprender a nadie.
Chicago tuvo el control del partido, llegó a acumular 20 puntos de ventaja en la primera parte y terminó ganando tras perder solo 9 balones en todo el encuentro, anotar el 54% de sus lanzamientos a canasta, mostrarse eficiente desde el triple y disfrutar de una notable segunda unidad.
Lakers llegó con un déficit de 13 puntos al final del tercer cuarto, una losa de la que no fue capaz de desprenderse.
Además de LeBron y Davis, Lakers tuvo a Malik Beasley con 18 puntos, un Beasley monotemático que lanzó 14 veces a canasta, solo de 3. Troy Brown Jr. hizo otros 18 puntos y Dennis Schröder 17.