Los cambios de guion tienen un éxito acotado cuando el fondo de la historia no tiene recorrido. Algo así le pasa al All-Star. Le pueden cambiar los nombres a los actores (Este u Oeste por Equipo Giannis o Equipo LeBron o Equipo X), le pueden otorgar el añadido de un final no tradicional en el que pervive el espíritu Kobe Bryant... pero la mentira tiene patas muy cortas y poco duraderas, y a las segundas o terceras de cambio, ¡zas!, los viejos fantasmas permanecen y cuando te quitas las manos de los ojos siguen ahí.
El Partido de las Estrellas 2023 'disputado' esta noche en Salt Lake City siguió el patrón que llevó a suprimir de la cita las palabras Este y Oeste: nula competitividad, falta de espectáculo real, suprimido con edulcorantes flashes muy de siglo XXI, y culto, en definitiva, a un baloncesto sin alma, en el que un mate pierde la fuerza de un mate a base de repetirse sin oposición y en el que una gracieta o un gestito se convierten en icono de una noche sin espíritu.
Más allá de toda esta pequeña amargura, de que en un partido que termina 175-184, se cometan se lancen 4 tiros libres y del equipo ganador cometa 2 faltas, una de las cuales la hizo Giannis Antetokounmpo para ser sustituido, la cita de las estrella de 2023 quedará en los libros de historia por un nombre propio, el de Jayson Tatum, líder del triunfo del Equipo Giannis frente al Equipo LeBron.
Porque esa fue la única ¡lucha del partido!: saber si Tatum o su compañero Donovan Mitchell sería MVP del partido.
Sí, Ja Morant hizo un mate de 360 grados, Jaylen Brown le metió un triple en la cara a su compañero de Tatum y le hizo el gesto de que era Tatum muy pequeñito y bla bla bla... la narrativa del espectáculo de cartón piedra... pero lo peor fue ver el final del partido, un encuentro resuelto con un triple de Damian Lillard sin defensa alguna, segundos después de que Lauri Markkanen, sin defensor en kilómetros a la redonda, hubiera podido anotar ese triple ganador que al final anotó su compañero.
Pero volviendo a Tatum, tuvo el de Celtics noche de récord: 55 puntos, máxima anotación de la historia de un All-Star superando los 52 de Anthony Davis en 2017.
Tatum finalizó con 55 puntos (27 en el tercer cuarto), 10 rebotes y 6 asistencias en 35 minutos. Metió 10 triples. Y Mitchell sumó 40 puntos, 10 asistencias y 8 triples.
Se sumó a la fiesta Lillard con 26 puntos y otros 8 triples y tuvo un buen debut en un All-Star Lauri Markkanen.
Todo en un partido en el que los capitanes eligieron a sus compañeros por el método draft justo antes del encuentro, lo que fue una novedad, y en el que dichos capitanes apenas jugaron.
Giannis Antetokounmpo jugó 20 segundos. Salió con su lesión en la muñeca derecha, anotó una canasta, hizo una falta y se retiró para no volver, tal y como estaba previsto; LeBron James metió 13 puntos en 14 minutos, ausentándose en la segunda parte por una contusión en la mano derecha.
En el equipo perdedor, 35 puntos y 14 rebotes de Jaylen Brown, que jugó con una máscara por su lesión facial, 32 puntos y 15 asistencias de Kyrie Irving y otros 32 puntos de Joel Embiid.
Buen debut de Tyrese Haliburton con 18 puntos y nuevo ejemplo de Luka Doncic y Nikola Jokic de lo mucho que a los jugadores europeos les cuesta meterse en este tipo de tinglados, tal y como demostró, sin ir más lejos, Dirk Nowitzki en su carrera.
El partido, pues ¿qué decir?... ¡92-99 al descanso y 141-158 al final del tercer cuarto! Nadie pide defensa en este tipo de citas, pero al menos un mínimo interés sí que debería pedirse.
Con ese resultado, el ganador sería quien sumara a esos 158 puntos 24 más en honor a Kobe, es decir, el equipo que llegara a 182. Si no hubiera sido así el vencedor se hubiera proyectado a 200 puntos o más. El Equipo Giannis llevaba 181 y para alcanzar los 182 metió un triple Lillard para el 184 definitivo. En un final sin grandeza alguna.
La trayectoria del All-Star Game no cambia. Son los tiempos. Lo mejor del Fin de Semana de las Estrellas es que todos tienen un respiro, incluidos los aficionados al baloncesto competitivo. La NBA ya no sabe cómo poner coto a este desmadre. Que no pare la fiesta.