Se fue un Russell -Russell Westbrook- y vino otro Russell -D'Angelo Russell- y los Lakers confían en que este último Russell aporte una nueva etapa al equipo. Por ahora, lo poco que se puede decir es que su regreso al equipo ha empezado bien.
Lakers jugó sin LeBron James y sufrió a un Anthony Davis negado en ataque en un Warriors-Lakers de bajo perfil mediático por las ausencias del citado LeBron y de Stephen Curry.
Lo cierto es que el equipo de Darvin Ham incorporaba a los recién fichados D'Angelo Russell, Jarred Vanderbilt y Malik Beasley, rindiendo bien los dos primeros, aunque el líder del ataque visitante fue Dennis Schröder, autor de 26 puntos en la victoria de Lakers ante los vigentes campeones por 103-109, un triunfo que puede sentirse, de alguna manera, como la prueba de que existen brotes verdes en Lakers, aunque a saber hasta qué punto es cierto.
Lo mejor que se puede decir de los Lakers es que defendieron, y eso ya es mucho. No fue, desde luego, un partido de muchas virtudes ofensivas, nada que obnubilara los ojos de los espectadores, pero al menos fue un encuentro serio en la retaguardia.
Lakers, al que solo le pitaron 12 faltas en todo el partido, tuvo buenas aportaciones de Rui Hachimura y los ya nombrados Russell y Vandelbilt, con Davis trabajando la defensa y el rebote, pero haciendo un 5 de 19 en el tiro.
Russell volvía al equipo con el que empezó su carrera NBA, pero a la vez se enfrentaba a otro exequipo, porque tuvo una corta etapa con Golden State. Extraña situación para él que capeó bastante bien.
A Warriors le mató el triple, mientras espera a ver si se soluciona o no el problemático estado de Gary Payton II en su, por ahora, truncado regreso a la franquicia.
Entre los locales, Jordan Poole hizo 29 puntos asumiendo 25 tiros y dando 6 asistencias y Klay Thompson se quedó en 15 tras ir de más a menos y terminar con un 5 de 21 en el disparo.
Otro que fue a menos fue Andrew Wiggins. No fue su noche.
Contribuyeron al equipo Draymond Green, con 10 asistencias, Kevon Looney en el rebote y JaMychal Green y Ty Jerome como integrantes de la segunda unidad.
El partido, que siempre estuvo igualado, nos llevó hasta el último cuarto con opciones para ambos bandos y fue en ese último cuarto cuando pudimos ver cómo Anthony Davis y Draymond Green se encaraban el uno al otro y cómo Warriors tuvo poco poder a la hora de la definición, incluyendo una defensa en la que se demoró demasiados segundos en hacer una falta rápida a los Lakers. Dos libres de Dennis Schröder a 11,4 segundos del final definieron la cita, sin ya más opciones para los locales.
La anécdota de la noche fue la imagen de una joven espectadora entrando en alucinación imprevista cuando vio que a su lado se sentó LeBron James.
Desde luego no está siendo esta la temporada ni de Warriors ni de Lakers. Ambos equipos con malos registros victorias-derrotas, ofreciendo en general rendimientos decepcionantes, pero la esperanza es lo último que se pierde. Eso es lo único que, hoy por hoy, puede animar a sus aficiones.