El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, recibió en la Casa Blanca la visita de los vigentes campeones de la NBA, Golden State Warriors, a los que se agasajó como suele ser la norma habitual, una norma que se rompió durante la presidencia de Donald Trump.
Warriors se sintió en su casa tras el tremendo desencuentro pasado con Trump, que retiró la invitación al equipo después de que Curry dijera que no tenía intención de acudir. Aquello ya es agua pasada.
El equipo que ha ganado 4 títulos de la NBA en los últimos 8 años volvió a unas dependencias que conoce muy bien por sus anteriores visitas.
Allí les esperaban el presidente estadounidense y la vicepresidenta, Kamala Harris, que es californiana y que nunca ha ocultado su pasión por los Warriors.
La comitiva de Golden State -formada por los propietarios de la franquicia, el cuerpo técnico y los jugadores- entregó una camiseta de Warriors a Biden con el número 46, que es el número que ocupa Biden en la lista de presidentes de la nación, y otra a Harris con el número 1, como primera aficionada del equipo.
Biden se dirigió a la comitiva asegurando que los Warriors "siempre son bienvenidos en esta Casa Blanca", a la par que elogió las capacidades del equipo y de su gran estrella, Stephen Curry.
Hablaron también Kamala Harris, Stephen Curry y Steve Kerr, agradeciendo Curry al presidente los esfuerzos por sacar de Rusia a la encarcelada Brittney Griner, estrella del baloncesto estadounidense.