Que la rehabilitación de Lonzo Ball no ha ido por buen camino es un hecho. El base de Chicago Bulls lleva sin jugar desde enero. Se dañó una rodilla. Operación de menisco. Se perdió 47 partidos la pasada temporada. Y ha estado ausente en los 20 primeros de esta.
Ahora parece que Ball empieza a ver la luz. En las últimas semanas ha hecho progresos notables. Y podría regresar al juego a principios de 2023. Si es así completaría un año entero sin jugar.
Avanza esos progresos y este nuevo plazo Shams Charania (The Athletic).
La rehabilitación de Lonzo ha estado plagada de obstáculos. En forma de retrocesos, recaídas, molestias que nunca se han ido. Los dolores en la rodilla operada han sido persistentes. Pero ahora reina cierto optimismo en los Bulls.
Ball ha visto como una lesión grave ha devenido en muy grave. El jugador ha sufrido una significativa ampliación en sus plazos de recuperación.
La cerrera profesional del base no ha sido fácil. En las 5 temporadas que ha jugado en la NBA nunca ha pasado de jugar 63 partidos. Y en esta tampoco llegará a esa cifra. Hasta el momento, por cada temporada... 52, 47, 63, 55 y 35 encuentros jugados. Son muchos juegos perdidos. Demasiados.