Otra heroicidad extrema de Stephen Curry que se queda en nada. Los Warriors volvieron a perder como visitantes, y su marca ya fuera de casa es de 0-8. Cayeron en Phoenix pese a los 50 puntos de su gran estrella, pero es que defendiendo así se hace imposible ganar con asiduidad.
Otra cochambre defensiva de los californianos, que al descanso habían encajado 72 puntos y que en los tres primeros cuartos ya tenían 103 en contra. Nula intensidad atrás, y llueve sobre mojado: porque el peor mal de Golden State en este deficiente inicio de campaña radica en la defensa.
Curry estuvo inmenso en ataque, sí, otra vez: 50 puntos, 9 rebotes, 6 asistencias, asunción de 28 tiros y un 7 de 11 desde el triple. Ya había metido 47 esta temporada. Es el tercero que llega a 50 tras los 59 de Embiid y los 51 de Garland. Pero solo Curry no basta, más aún ante un equipo como Suns que tira del poder grupal dejando atrás el lastre que supone jugar, por una u otra cosa, sin Chris Paul, Cam Johnson, Jae Crowder y Landry Shamet.
El infravalorado Cameron Payne sigue reivindicándose a lo grande. Hoy hizo su máxima anotación en la NBA, para terminar con 29 puntos, 7 asistencias y 6 triples. Le acompañó un muy buen Devin Booker, autor de 27 puntos y 9 asistencias.
Suns tiró del poder de su remozado quinteto titular. Todos en 13 o más puntos. Con partidazo de Mikal Bridges, a todos los efectos el mejor de Phoenix hoy con 23 puntos, 9 rebotes, 9 asistencias, defensa y 5 de 8 desde el triple.
Deandre Ayton rubricó 14 puntos y 7 rebotes de Torrey Craig, 13 tantos y 10 rebotes.
Se veía venir una victoria local. El 7-1 que atesora Suns como local contrasta con el 0-8 que sufre Warriors como visitante. Y la tendencia no se quebró.
Warriors brilló desde el triple metiendo 18, pero es que Suns estuvo aún mejor con 21 triples anotados con una efectividad superior al 50%.
Golden State, que está 6-9, tuvo a Klay Thompson con 19 puntos, pero otra vez mal en el tiro, a Andrew Wiggins gris con 14, un mal Jordan Poole y un insuficiente Draymond Green.