Los parciales de cada cuarto y el 111-101 final pueden inducir a equívocos. No, no fue un partido en el filo en el que cualquiera de los dos equipos podrían haber ganado. Muy al contrario fue un encuentro dominado por completo por Sixers en la segunda parte.
Philadelphia empezó a mostrar su dominio en el tercer cuarto después de no adelantarse en el marcador hasta bien avanzado el segundo y lo potenció en el último, tiempo del partido en el que llegó a amasar una ventaja de 20 puntos (101-81) al calor del mejor momento de la noche de James Harden, que dio un estirón a su juego en el último cuarto para dejar sentenciado el partido ante unos Mavs muy poco convincentes que sufrieron la mala noche en el tiro de Luka Doncic (5 de 20).
Joel Embiid y James Harden fueron los dueños del juego. El camerunés firmó 32 puntos, 8 rebotes, 4 asistencias y 5 recuperaciones de balón y 'La Barba' estuvo en 24 puntos, 12 asistencias y 7 rebotes.
El equipo de Doc Rivers sobrevivió a los problemas de faltas de Matisse Thybulle en la primera parte y de Tobias Harris a lo largo de todo el partido, así como al apagón ofensivo de Tyrese Maxey tras el descanso.
Todas esas circunstancias adversas fueron superadas por el rendimiento ofensivo de sus estrellas y por el rendimiento defensivo de todo el equipo, que se esforzó por anular a Doncic hasta conseguirlo.
Sixers (tercero del Este con 43-26) tuvo a Harris en 14 puntos a pesar de sus problemas de faltas, gozó del acierto en la segunda parte de Georges Niang desde el triple, tuvo buenos minutos de DeAndre Jordan y disfrutó el buen trabajo defensivo de los exteriores Thybulle y Danny Green.
Dallas, mientras, tuvo a todo su cinco inicial en dobles dígitos encestadores, pero con matices.
Esos matices nos dejaron a un jugador muy por encima de sus compañeros. Fue Jalen Brunson, que se lució en su antiguo hogar (jugó como universitario en Villanova). Nos dejó el zurdo de Mavs momentos de excelsa calidad técnica para terminar con 24 puntos y 10 de 14 en el tiro. Y esos mismos matices nos mostraron a un buen Dwight Powell un día más, la labor callada pero bien armada de Dorian Finney-Smith, la irregular noche de Spencer Dinwiddie y la jornada errática de Doncic, que sumó 17 puntos y 10 asistencias con un punto de mira poco beneficioso para su equipo.