Se llama Ja Morant y está instalado ya, pese a su juventud, en los puestos más altos del escalafón de la NBA. Hoy fue Chicago Bulls quien sufrió en sus carnes el efecto Morant, un efecto demoledor que terminó pasando factura al equipo de Billy Donovan.
Victoria de Memphis en Chicago (110-116) con 46 puntos de Ja Morant, su récord anotador en la NBA (su mejor registro era de 44 puntos) y también el de su franquicia (en poder de Mike Miller con 45).
Noche estelar del gran líder de los Grizzlies, que metió 16 puntos en la primera parte y nada menos que 30 en la segunda, de los cuales 20 llegaron en un explosivo tercer cuarto en el que Memphis llegó a tener 17 puntos de ventaja para terminarlo ganando 79-93.
Pero ya antes el bueno de Morant nos había dejado pinceladas del máximo nivel, incluida esta alucinante jugada en la que DeMar DeRozan le ve pasar por el aire sin dar crédito a lo ocurrido.
Morant fue el faro incuestionable que iluminó el triunfo de Memphis Grizzlies (42-20). Ningún otro jugador de su equipo superó los 12 puntos. Eso sí, uno de ellos mereció por méritos propios el apodo de escudero de Morant, y ese jugador no fue otro que Steven Adams, que tras completar un formidable primer tiempo acabó el partido con 12 puntos, 21 rebotes y 5 asistencias.
Memphis jugó a su ritmo habitual -55 tiros de campo en el primer tiempo y 100 al final del partido-, un ritmo endiablado auspiciado por la electricidad de su jugador franquicia, y dominó el rebote de forma escandalosa con Adams al frente. Ese aspecto del juego, el rebote, mató a los Bulls, que cedieron 19 en su canasta y que capturaron en el partido 20 menos que su rival para terminar perdiendo y ceder en su pelea con Miami Heat por el primer puesto del Este.
A pesar de ello, Chicago tuvo el partido muy cerca. Redujo su desventaja de 17 puntos (tercer cuarto) a solo 1 (en el último). Pero se quedó varias veces a 1 punto sin ser capaz de remontar.
Y llegó la recta final, con 110-111 para Memphis a 25,5 segundos de la conclusión. Se puso poco después 110-113 el luminoso cuando DeMar DeRozan atacó el aro y fue parado por Kyle Anderson. El alero de Chicago pidió falta y terminó expulsado por doble técnica a 5,3 segundos del final. Y 3 tiros libres consecutivos de Morant (uno procedente de la técnica) resolvieron el juego.
Fue un mal final para DeRozan después de ofrecer su mejor baloncesto en la segunda parte, momento en el que anotó 24 de sus 31 puntos finales. Esta vez terminó con 10 de 29 en el tiro, poniendo fin a su récord de 8 partidos seguidos metiendo al menos 35 puntos y sin bajar en ninguno de ellos del 50% en el tiro. Eso sí, ya suma 10 consecutivos sin bajar de 30 puntos.
Además, 28 puntos de Zach LaVine, 15 de Coby White y un triste doble-doble de un errático Nikola Vucevic.
Y los Grizzlies ganaron a pesar del 4 de 18 de Desmond Bane, a pesar del partido gris de Jaren Jackson Jr. y a pesar de que nadie superó los 12 puntos salvo Morant. Pero, claro, es que Morant los superó por mucho, en otra noche imparable del joven base de Memphis, que paso a paso sigue engrosando su maravillosa trayectoria profesional.