Los Knicks son una montaña rusa que cualquier día de estos quedará varada; Miami Heat es, por el contrario, una apuesta exitosa con poco riesgo por el momento para el apostador. Ganó Miami a New York pese a la portentosa actuación de RJ Barrett. Se cumplieron los pronósticos.
La presencia de Barrett en el partido estaba en el aire. Andaba el joven jugador en la lista de lesionados como cuestionable tras llevar 17 días sin jugar por culpa de una lesión de tobillo. Al final jugó, ¡y cómo jugó!
Barrett hizo una primera parte primorosa para irse al descanso con 30 puntos, 6 triples anotados y 0 pérdidas de balón... y acabó el partido con su mejor anotación de siempre en la NBA: 46 puntos. Además, 9 rebotes, un 13 de 22 en el tiro de campo y nada menos que una serie de 14 de 22 desde los tiros libres.
RJ fue la buena noticia de los Knicks y Quentin Grimes, la mala. El joven Grimes se lesionó en el primer cuarto. Se dañó la rodilla derecha, y su equipo ya ha anunciado que se trata de una subluxación rotuliana. Está haciendo Grimes una gran temporada.
Porque lo de Julius Randle (2 de 15 en el tiro) ya no resulta noticiable. Está haciendo una temporada decepcionante.
El partido fue de Miami (100-115), con New York metiendo solo 15 puntos en el último cuarto, reflejo de lo que está siendo una pésima temporada de los neoyorquinos.
Miami está en otra onda. Tiene marca de 39-21, la mejor del Este igualada con Chicago Bulls.
Hoy, Tyler Herro metió 25 puntos desde la segunda unidad, Jimmy Butler hizo 23 (17 tras el descanso), Kyle Lowry sumó 19 y Bam Adebayo ofreció una actuación completísima con 16 puntos, 16 rebotes, 4 tapones y 4 asistencias.
El equipo de Erik Spoelstra funciona, y más aún cuando tiene a todas sus piezas esenciales sanas.