Una filfa. Pocas veces un resultado ha sido tan engañoso. Cualquiera que al levantarse haya visto que los Suns se han impuesto en Chicago 124-127 habrá pensado que fue un pulso apasionante lleno de emoción. Nada más lejos de la realidad.
Phoenix dominó con puño de hierro la situación. Al descanso ya ganaba 49-67 con 22 puntos de Devin Booker, mediado el tercer cuarto la ventaja de los Suns ya era de 27 puntos (61-88), al final del tercer acto el dominio seguía siendo incontestable (83-102) y a menos de 2 minutos del final los visitantes mandaban en el marcador por 15 puntos (112-127).
Con 115-127, y faltando 1:12 para la conclusión, Monty Williams quitó a todos los titulares, y fue en ese marco, con los suplentes en pista en ambos equipos, cuando Chicago desarrolló una tímida amenaza que consistió más en maquillar el resultado que en gozar de una auténtica opción de triunfo. Los Bulls llegaron a ponerse 122-127 y el 124-127 lo anotaron sobre la bocina. Es decir, jamás optaron a ganar.
Eso no resta mérito al equipo local, que se empeñó en no desfallecer estando 27 abajo y que llegó a ponerse a 9 puntos (104-113) a 5:56 del final generando ahí sí una cierta esperanza a su afición. Pero no pasó de ese ahí.
Phoenix se mostró como un equipo sólido para sumar ya 13 victorias en 14 partidos, ponerse 43-10 en la temporada y estar en un tremendo 21-5 como visitante, es decir, por encima del 80% de victorias fuera de casa, algo que al final de temporada solo consiguieron en la historia de la NBA 4 equipos (Lakers en 1972, Celtics en 1973, Bulls en 1996 y Warriors en 2016).
Booker volvió a ser el santo y seña de la ofensiva de Suns. Sumó 38 puntos, con 14 de 23 en el tiro de campo. Y Chris Paul fue el jugador que articuló de nuevo dicha ofensiva con 19 puntos y 11 asistencias.
Otro jugador importante fue JaVale McGee, en un partido en el que Deandre Ayton malconvivió durante toda la noche con las faltas, cometiendo 6 en 23 minutos. McGee le suplió con un éxito desbordante: 16 puntos, 8 rebotes, 3 tapones y un +11 para su equipo en los 23 minutos que pisó cancha.
Además, 15 puntos de Mikal Bridges y doble-doble de Jae Crowder, que brilló especialmente en la primera mitad.
Los Suns metieron el 54,4% de sus tiros de campo, tuvieron una buena relación asistencias-pérdidas y dominaron a su rival con comodidad durante buena parte del encuentro.
Chicago recuperó para la causa a Zach LaVine (32 puntos y 8 asistencias) y a Coby White (13 puntos), que se habían perdido los últimos partidos.
El equipo de Billy Donovan volvió a gozar de una versión mayor de DeMar DeRozan, que metió 25 puntos en la segunda parte -15 de ellos en el último cuarto- para terminar con 38 después de anotar en el partido anterior 45 puntos. La temporada de DeRozan está siendo espectacular.
En el lado negativo, la gris noche de Nikola Vucevic (13 puntos y 12 rebotes tras una primera parte para olvidar) y el encuentro minúsculo del novato Ayo Dosunmu, que venía de hacer auténticos partidazos. Hoy, 2 puntos, ninguna asistencia, 1 de 7 en el tiro y más de un problema en defensa.
Chicago queda con marca de 33-21 para estar empatado en la tercera posición del Este con Cleveland.