Terminó la gira de Lakers. Han sido 6 partidos que han acabado con 4 derrotas. El equipo ha perdido sus 3 últimos juegos. Todos ellos jugados sin LeBron James. Y está con marca de 24-27. En puesto de play-in, y gracias a que no juega en el Este. Atlanta vive otra realidad. Una realidad más feliz.
Estos Hawks empiezan a carburar. Victoria por 129-121 ante Lakers a partir de un gran último cuarto. Y ya suma el equipo de Georgia 7 victorias seguidas para acercarse al 50% de triunfos. Trae Young lideró la ofensiva triunfal. Pero la victoria local se fraguó en la defensa impuesta en los últimos 12 minutos.
Lakers vivió vacas gordas en la primera mitad. Máxima anotación de la temporada del equipo angelino al descanso: 71 puntos. Ganando por 9. Metiendo el 71,4% de sus tiros de campo. Ese nivel de acierto era inviable a la hora de mantenerlo tras el descanso. Y no se mantuvo, claro. Pero los angelinos no perdieron por eso. Perdieron porque no defendieron en todo el partido. Encajaron 62 puntos en la primera mitad. Y 129 al final del juego. Así se hace muy difícil pensar en ganar. Y cuando llegaron las vacas flacas casi fueron famélicas... reacción cero: 38-20 en el cuarto final.
Trae Young y Onyeka Okongwu torpedearon a Lakers en el último cuarto. Con 13 y 12 puntos, respectivamente. Sí, Okongwu fue más que Anthony Davis en el decisivo cuarto final. En general, los hombres altos de Atlanta hicieron mucho daño a Lakers. John Collins acabó el partido con 20 puntos, 11 rebotes y 10 de 13 en el tiro. Okongwu firmó 16 puntos con 8 de 9. Y Clint Capela sumó 15 tantos y 9 rebotes.
Pero el rey fue Young. El líder indiscutible de estos Hawks. Sus números fueron espectaculares: 36 puntos y 12 asistencias.
Atlanta terminó el partido con un 58,3% en el tiro de campo. Y dejando a Lakers en un 7 de 22 en el último cuarto. Fueron 12 minutos apabullantes, con ese ya citado 38-20. Los californianos zarandeados de mala manera.
Lo mejor de Lakers fue Malik Monk. La sorpresa más agradable del equipo en la temporada. Actuación de relumbrón: 33 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias, 8 triples y 12 de 19 en el tiro. Brutal partido.
Mientras, las dos estrellas de Lakers tuvieron buenos números. Pero no dieron el paso triunfal. Anthony Davis sumó 27 puntos. Poco hizo en el último cuarto. Russell Westbrook añadió 20 tantos y 12 asistencias. No fue el culpable del desaguisado.
Ellos tres comandaron a un equipo que no juega como equipo. Especialmente en defensa. Lakers es el paraíso de la incomunicación en la retaguardia.
El partido nos dejó 22 libres errados (11 por equipo). Y lo ganó el equipo que se dio cuenta primero de que había que defender. Aunque lo descubriera jugándose ya el cuarto final.