Milwaukee Bucks reivindicó su vigencia como campeón de la NBA pasando por el Barclays Center con una suficiencia arrolladora ante unos Nets que siguen dando últimamente señales evidentes de falta de claridad y de cierto agotamiento, con lagunas defensivas que no parecen arreglarse nunca.
Fue un triunfo cómodo, muy cómodo, demasiado cómodo. Bucks ya se colocó al mando en el primer cuarto llegando a tener 11 puntos de ventaja, siguió en cabeza en el segundo con máxima de 13 puntos para plantarse en el descanso ganando 49-60, rompió el partido en el tercero adquiriendo 24 puntos de ventaja (63-87) mediado el período y no tuvo ningún sobresalto en el último cuarto, adquiriendo una ventaja de 22 puntos (95-117) a menos de 6 minutos del final para después relajarse sin situarse nunca al alcance del rival.
El 109-121 final no refleja la total superioridad mostrada por Milwaukee a lo largo de todo el partido a pesar de no contar, entre otros muchos, con Mike Budenholzer y Jrue Holiday.
Giannis Antetokounmpo volvió a ser un líder muy confiable. Excelente el griego, que superó sus problemas de faltas de la primera parte (solo jugó 11 minutos antes del descanso) para dominar después el juego a su antojo y terminar con 31 puntos, 7 rebotes y 9 asistencias en 27 minutos, tirando bien incluso desde el triple y desde el libre, las que se suponen, sobre todo el triple, las aristas peor pulidas de su formidable baloncesto.
Bobby Portis hizo 25 puntos y 12 rebotes después de mostrarse intratable en la primera parte (20 y 9) y Khris Middleton terminó con 20 puntos, pero 15 de esos 20 puntos los anotó en un fantástico tercer cuarto, justo el cuarto en el que Milwaukee rompió el partido de forma definitiva.
Lo más que pudo hacer Brooklyn fue ponerse 86-98 en el inicio del último cuarto, pero un triple de Jordan Nwora frenó cualquier reacción. Vino luego un buen tiro a media distancia de Anteto, un triple de Rodney Hood, otro de Portis tras una estupenda asistencia del griego... y los Bucks adquirieron 20 puntos de ventaja en un periquete.
Brooklyn, sin Kyrie Irving al jugar en casa, tuvo a un gran Kevin Durant (29 puntos, 9 rebotes y 7 asistencias). Superó Durant en el primer cuarto a Patrick Ewing en la lista de anotadores para situarse en el puesto 23º de todos los tiempos. Superar a Ewing en Nueva York tiene su aquel, claro está. Pero el fabuloso alero de Nets estuvo demasiado solo en su batalla contra Milwaukee.
James Harden no tuvo su mejor día, LaMarcus Aldridge solo jugó 9 minutos, Patty Mills hizo un 1 de 8 en el tiro de campo... destacar solo los 14 puntos de Cam Thomas y los 14 de un Nik Claxton que nos dejó en el último cuarto una potente secuencia al hacer un matazo ante Anteto y acto seguido protagonizar una gran defensa sobre el griego.
Más allá de eso, Nets tiene una gran plantilla pero sigue sin tener un orden preciso. Al menos ante la mirada de cualquier neófito no existe un criterio discernible en el baloncesto que propugna Steve Nash hasta la fecha. El equipo neoyorquino sigue defendiendo mal (encajó 69 puntos en la suma del segundo y tercer cuarto) y depende demasiado de la heroica de Durant. Hoy, además, otro día para olvidar desde el triple (6 de 27). Pero lo más urgente es defender, algo que no parece estar en el ADN de este equipo. Eso sí, la calidad hace que los Nets sean segundos en el Este, justo por delante de estos Bucks reinvindicativos.