El partido fue del equipo que lo supo cerrar bien, y el equipo que supo resolver en un apretado final no fue otro que Sixers gracias a que en sus filas estuvo el jugador más resolutivo de la noche, un brillante e imparable Joel Embiid.
Antes de iniciarse el encuentro ya tuvimos el primer incidente. Pasaron 7 minutos entre la interpretación del himno estadounidense y la presentación de los equipos, un retraso debido al encendido por error de la alarma de incendios del pabellón, como si fuera un símbolo descarnado de lo que está siendo la temporada para los Celtics, que marchan con las alarmas encendidas, muchas bajas por Covid-19 y marca de 15-16 transcurridos dos meses de competición.
Empezó el encuentro con quintetos titulares bastante aparentes a esta altura de pandemia, aunque ambos equipos arrastran muchas bajas, lo que se notó fundamentalmente en las segundas unidades. Eso sí, una baja local, la del titular Robert Williams III, hizo que fuera Enes Freedom el que jugara de inicio y se encargara de defender a Embiid, lo que anticipaba problemas para Boston, como así fue, aunque culpar al turco de la derrota sería simplemente injusto. Sin ir más lejos, jugadores como Jayson Tatum o Marcus Smart, por poner dos ejemplos, desaparecieron en el momento de la verdad, cuando más los necesitaba su equipo.
Embiid fue una máquina aniquiladora. Sumó 41 puntos, 10 rebotes, 5 asistencias y 4 tapones, metió 17 puntos en el decisivo cuarto final y nada menos que 11 en los 3 minutos y 5 segundos que cerraron el partido, tiempo en el que anotó más puntos que todo el equipo de los Celtics.
A Boston le condenó su mala resolución. Un triple de Jaylen Brown puso a los locales 7 puntos arriba a 4:14 del final. De ahí a la conclusión, parcial de 6-18 para perder 103-108, y 11 de esos 18 puntos llevaron la firma de Embiid.
Poco importó que Sixers perdiera a Matisse Thybulle a 2:20 de la conclusión, por mucho que Doc Rivers pidiera revisión de la ajustada jugada con Marcus Smart.
Embiid fue más Embiid que en pasadas ocasiones y los Sixers vivieron toda la noche de 3 jugadores, un big three configurado por el camerunés, por Seth Curry (26 puntos, 7 asistencias, 10 de 14 en el tiro de campo y 3 de 3 en triples), que firmó algunas jugadas propias de su hermano y completó una gran primera parte, y por Tobias Harris, autor de 25 puntos, 7 rebotes y 3 de 3 en el triple.
A este trío demoledor apenas les acompañó algo Danny Green, el compromiso del eliminado Thybulle, y pare usted de contar. Porque el gran mérito de Philadelphia fue ganar con una segunda unidad integrada por Aaron Henry, Isaiah Joe, Charles Bassey y Myles Powell, circunstancia pandémica, claro está, una segunda unidad que totalizó 47 minutos en pista, no anotó ni una sola canasta de campo (0 de 5) y terminó con 1 punto en su haber. Suplencia lastre.
El partido fue bien igualado, con los Celtics ofreciendo una amenaza nula desde el triple, reboteando bien y perdiendo más balones, 18, que asistencias dieron, 16.
Jaylen Brown fue el máximo anotador local con 30 puntos, Jayson Tatum sumó 17 con 9 rebotes y 6 asistencias, pero con malos porcentajes de tiro, 6 pérdidas de balón y solo 2 puntos en el último cuarto, y el turco-estadounidense Freedom se fue a 15 puntos y 11 rebotes tras jugar 40 minutos en los que su equipo solo perdió por 3 puntos en el marcador. Su suplente fue Bruno Fernando. Raro verle jugar ya en el primer cuarto. Circunstancias obligabana. Eso sí, nos dejó Fernando un par de taponazos seguidos en el segundo cuarto, el segundo de los cuales fue considerado falta por los árbitros de forma incomprensible.
Además, 15 puntos de Marcus Smart, que fue de más a menos, y 14 de Payton Pritchard, que está en buena forma. En el capítulo negativo, el partido del alemán Schröder.
El triunfo de Sixers hace que esté por delante de Celtics. Los primeros presentan un 16-15 y los segundos un 15-16.