Un equipo muy bien trabajado por Nate McMillan contra un equipo por trabajar por Jason Kidd, y mucho va a tener que trabajar el nuevo entrenador de Dallas para dar con la tecla adecuada con una plantilla llena de automatismos propios de llevar jugando bastante tiempo junta.
Atlanta está en otra pantalla, tal y como se vio la pasada temporada. El equipo sabe a lo que juega, su técnico sigue un manual preciso que se va instalando en el éxito y los jóvenes talentos del equipo crecen sin parar, un cóctel lleno de esperanza de cara al futuro, pero un cóctel que a la vez tiene un radiante presente.
No hubo emoción en el Hawks-Mavericks. Ni siquiera hubo duelo entre Trae Young y Luka Doncic en el verdadero término de la palabra. Lo único que hubo fue una superioridad manifiesta del equipo local, que ha dejado seca a la ofensiva rival para ganar por un contundente 113-87. El ataque de Dallas, pelado. Como si nunca hubiera estado Carlisle por estos pagos.
Dio gusto ver jugar a Cam Reddish, estético y productivo, fantástico con sus 20 puntos en 21 minutos, como fue enorme la efectividad e intimidación de Clint Capela, que en 21 minutos hizo 12 puntos y 13 rebotes, puso 2 tapones y no falló un solo intento a canasta. Como siempre, Trae Young, sin lucir sus mejores galas, fue el motor de los Hawks con 19 puntos y 14 asistencias, con John Collins a su vera con 16 puntos y 9 rebotes. También llegaron al doble dígito anotador Bogdanovic y Hunter.
Formidable la labor defensiva del equipo local, con Dallas en un 30,6% de acierto en el tiro terminado el tercer cuarto, y excelente el trabajo de la segunda unidad del equipo a pesar de no jugar ni Danilo Gallinari ni Lou Williams.
Atlanta ya se puso con 12 de ventaja en el segundo cuarto (43-31 tras un triple de Young y un alley-oop de este con Capela), pero Dallas sobrevivió al descanso (51-44).
Fue en la reanudación cuando se desataron todos los demonios de los Mavs, un equipo que ya había dado antes signos de agotamiento colectivo a la hora de atacar el aro rival. El tercer cuarto de Atlanta resultó definitivo: parcial de 35-20 y un 86-64 para dejar sentenciado el partido y hacer que el cuarto final fuera un simple pasatiempo.
El tercer acto mostró bien a las claras que estábamos ante dos equipos con dos intensidades de juego distintas. Impotencia total en Dallas, que dio una muy pobre imagen en el estreno de Kidd.
Doncic terminó con 18 puntos, 11 rebotes y 7 asistencias, pero con 6 de 17 en el tiro, muy lejos de su mejor yo. Lo mejor del equipo visitante estuvo en Jalen Brunson (17 puntos). Tim Hardaway Jr. (14 puntos) y Kristaps Porzingis (4 de 13 en el tiro) fueron de más a menos, especialmente el letón, que volvió a decepcionar y que al ir a los tiros libres pudo escuchar desde la grada un desagradable "Luka hates you".
Sorprende que con esta plantilla Dallas se permita el lujo de poner en juego al recién llegado Reggie Bullock solo 15 minutos y desde la segunda unidad. Veremos cómo termina encajando el ex de Knicks en su nuevo equipo.