El número de jugadores vacunados para hacer frente a la Covid-19 sigue aumentando. Según la cadena de televisión ESPN, en los últimos días el porcentaje de vacunados ha pasado del 90% al 95%.
Ese repunte del 90 al 95% incluye a jugadores que solo han recibido la primera dosis de la vacuna y que están pendientes de la segunda.
Lo cierto es que la cifra de vacunados sigue incrementándose según comienza la pretemporada y según se acerca el inicio de la competición, a lo que se une, y esto es muy importante, el hecho de que los jugadores de equipos con sede en San Francisco y Nueva York se perderán todos los partidos como locales si no están vacunados, con la consiguiente pérdida salarial.
Los casos de jugadores no vacunados más sonados son los de Kyrie Irving (Nets), Andrew Wiggins (Warriors), que se verían afectados por las exigentes normativas de Nueva York y San Francisco, y Bradley Beal (Wizards), que no tendría ese problema en Washington.
La NBA y la NBPA acordaron la normativa a seguir con los jugadores no vacunados, que padecerán restricciones que no afectarán a los vacunados. Así, tendrán que aislarse de sus compañeros y del personal de la franquicia (incluyendo su posición distanciada en los banquillos) y tendrán que asumir restricciones propias de la pasada temporada.
Mientras, los jugadores y técnicos vacunados no tendrán que someterse a pruebas diarias, entre otros beneficios.
A algo menos de tres semanas de que se inicie la competición el ritmo de vacunación es muy alto, y eso debería ser un motivo de tranquilidad para la liga.