Tenía que llega algún día y ha llegado: ¡Luis Scola pone fin a su larga y exitosa carrera como jugador de baloncesto! El baloncestista porteño se retira de la práctica deportiva a los 41 años para ejercer como directivo en Pallacanestro Varese, su último equipo.
Scola ya se despidió de la selección argentina en los recientes Juegos Olímpicos de Tokio. Ahora dice adiós de forma definitiva como jugador, yéndose con él la última figura clave de la Generación Dorada que aún quedaba en activo.
Se va un jugador que estuvo nada menos que 10 años en la NBA tras ser drafteado en la segunda ronda de 2002, una década en la que jugó para Rockets (sus mejores años en Estados Unidos), Suns, Pacers, Raptors y Nets. Disputó 743 partidos de temporada regular (505 como titular) con medias de 12 puntos y 6,7 rebotes, y accedió en 4 campañas a los playoffs.
Su mejor curso NBA llegó con Rockets en 2010-2011, cuando se fue a promedios de 18,3 puntos y 8,2 rebotes, siendo 3 temporadas consecutivas en las que promedió más de 15 puntos con el equipo texano.
Luifa dio el salto en sus comienzos de su Argentina natal a España, donde estuvo 9 años (2 en Gijón y 7 en Baskonia, donde forjó su imagen internacional). Ganó 1 título de la ACB, 3 Copas del Rey, 3 Supercopas de España y fue 2 veces MVP de la liga española.
Después vino la NBA, y tras esta estuvo 2 años en China (Shanxi Zhongyu y Shanghai Sharks), para finalizar su carrera en Italia pasando por Olimpia Milano y Pallacanestro Varese, dos equipos históricos.
Una Argentina histórica
Scola se va de la competición tras ser una pieza clave de la Argentina más exitosa de la historia, una selección con la que Luifa ganó 16 medallas, entre ellas la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas 2004, un hito histórico para el baloncesto argentino y para el baloncesto mundial.
El ex de Baskonia y Rockets, los dos equipos con los que hizo más carrera, fue oro olímpico en Atena y bronce en Pekín 2008.
Además, conquistó dos platas mundiales con 17 años de diferencia (Estados Unidos 2002 y China 2019), así como 9 preseas en FIBA Américas (2 de oro) y un título en los Panamericanos.
Se va, en definitiva, una leyenda del baloncesto, un jugador que ha alargado su carrera de forma espectacular y que ha inscrito su nombre con letras de oro en este deporte.