New York Knicks ha prolongado el contrato de su general manager, Scott Perry, según ha avanzado el periodista de The Athletic Shams Charania. Perry llegó a los Knicks en 2017 de la mano de Steve Mills y sobrevivió a la salida de este del club y la llegada de Leon Rose a sus despachos.
Los tres primeros años de Perry como ejecutivo de los Knicks fueron duros. Las tres temporadas se saldaron con balances de victorias y derrotas muy negativos: 29-53, 17-65 y 21-45. Pero la campaña recién terminada se movió por derroteros bien distintos, consiguiendo New York quedar cuarto del Este con marca de 41-31, para después caer en la primera ronda de los playoffs ante los Hawks.
Perry, de 57 años, es el segundo en los despachos del equipo neoyorquino, estando a las órdenes de Leon Rose.
El general manager de los Knicks tiene como gran aval el haber impulsado la llegada de Julius Randle al equipo en 2019.
La experiencia de Perry como ejecutivo en la NBA es muy amplia. Comenzó en el año 2000 como integrante de los despachos de Pistons (incluyendo el año en el que la franquicia ganó el título -2004-). Recaló en 2007 en Seattle Supersonics como asistente del general manager, justo el año en el que el equipo seleccionó en el draft a Kevin Durant. Regresó a Pistons en 2008, donde fue hasta 2012 vicepresidente de Operaciones de Baloncesto; en 2012 llegó a Orlando como asistente del general manager; en 2017 firmó por los Kings como vicepresidente de Operaciones de Baloncesto; y 3 meses después de llegar a Sacramento se marchó a Nueva York, donde seguirá trabajando en los próximos años.